ASPECTOS FÍSICOS
(Tavo: Menciona Mack que lo
interesante del aspecto físico del fenómeno es que confirma las experiencias en
sí mismas. Otra cosa es que, por la naturaleza de esos efectos, su relación con
un fenómeno como el alienígena se confirme. Las marcas en el cuerpo de los
secuestrados son lesiones médicamente insignificantes, por ejemplo. Respecto a
todo lo que envuelve embarazos y retirada de fetos no hay pruebas concluyentes.
Igualmente ocurre respecto a todos los aparatos electrónicos que dejan de
funcionar o se ven afectados cuando llega el secuestro, imposible de probar su
relación directa con el fenómeno. A propósito de los supuestos implantes
colocados bajo la piel de algunos secuestrados, Mack afirma lo siguiente.)
Los llamados implantes
pueden sentirse como pequeños nódulos bajo la piel, y en varios casos diminutos
objetos han sido retirados de los secuestrados, siendo analizados
bioquímicamente y mediante electromicroscopio. David Pritchard, físico del MIT,
quien también ha analizado un implante que salió del pene de un secuestrado, ha
escrito sobre el criterio de examen y la determinación de la naturaleza de
tales objetos (Pritchard 1992). Yo mismo
he estudiado un áspero y delgado objeto (de ½ a ¼ de pulgada. 1 pulgada = 2’54
cms) entregado por una de mis pacientes, una mujer de 24 años, después de
expulsarlo de su nariz tras una experiencia de secuestro. Un análisis elemental
y fotografía electrónica y microscópica revela, de manera interesante una fibra
retorcida consistente de carbono, silicio, oxígeno, no nitrógeno y trazas de
otros elementos. Un análisis de carbono isotópico no fue notable. Un colega
biólogo nuclear dijo que el espécimen no era un objeto biológico que se diera
de forma natural, pero podría ser una fibra manufacturada de alguna clase. Parece
difícil saber cómo ir más allá. No hay evidencia de ningún implante recuperado
que esté compuesto de elementos extraños, o de elementos comunes en combinación
inusual. En conversación con un ingeniero químico y otros expertos en
materiales tecnológicos, se me dijo que sería extremadamente difícil hacer un
diagnóstico positivo de la naturaleza de cualquier sustancia desconocida sin
tener más información sobre sus orígenes. Bajo las mejores circunstancias sería
muy difícil de probar, por ejemplo, que una sustancia no era de origen
terrestre o incluso biológicamente humano.
De hecho, si esos objetos
fueron realmente dejados dentro de un cuerpo humano por seres alienígenas, lo
cual sería virtualmente imposible de probar, ello no sería difícil para esos
seres, a la luz de todas las otras cosas que, a nuestros ojos, parecen capaces
de hacer. (…) Ahora no soy tan optimista como para pensar que el fenómeno se
revele a sí mismo de esta forma. En
otras palabras, podría ser equivocado esperar que un fenómeno cuya misma
naturaleza es imperceptible, y uno de sus propósitos puede que sea extender y
expandir nuestras vías de conocimiento más allá del acercamiento puramente
materialista de la ciencia occidental, muestre sus secretos a una epistemología
(estudio del conocimiento) o metodología que opera en un más bajo nivel de
conciencia (el apunte está hecho en el caso de Eva, capítulo 11). (…) Una
teoría que empezara a explicar el fenómeno de los secuestros tiene que tener en
cuenta cinco dimensiones básicas, que son las siguientes:
1-El
alto grado de consistencia de los detallados informes de secuestro, relatados
con la emoción coherente en experiencias reales, por parte observadores
aparentemente fiables.
2-La
ausencia de enfermedad mental u otros aparentes factores psicológicos o emocionales
que podrían explicar lo que está siendo relatado.
3-Los
cambios físicos y lesiones que afectan el cuerpo de los experimentadores, los
cuales no siguen un patrón evidente de psicodinámica.
4-La
asociación con los ovnis (el cual puede que el secuestrado no vea) atestiguada
independientemente por otros mientras los secuestros tienen lugar.
5-Los
informes de secuestros de niños tan pequeños como 2 y 3 años de edad (véase
Colin en capítulo 6).
Claramente, a día de hoy no
hay explicación evidente que aborde todos esos elementos.
IMPACTO Y SECUELAS DE LAS EXPERIENCIAS DE SECUESTRO
No es necesario decir que los secuestros afectan profundamente
las vidas de aquellos que los experimentan. Estos efectos son traumáticos y
perturbadores, pero a su vez pueden ser transformados, conduciendo a
significativos cambios personales y crecimiento espiritual. Si este elemento transformador es intrínseco al fenómeno de los
secuestros, dependiente en parte del trabajo terapéutico integrador que se
lleva a cabo con el investigador, o si es un derivado asumible (o no) con la
naturaleza traumática de las experiencias, es una de las cuestiones que será
exploradas en este libro.
TRAUMA
El aspecto traumático tiene
4 dimensiones. La primera son
las experiencias en sí mismas. Ser
paralizado y llevado contra tu voluntad por seres extraños a un recinto externo
para ser sometido a procedimientos intrusivos semejantes a una violación,
algunos de los cuales son especialmente humillantes para la dignidad humana es,
obviamente, altamente perturbador.
Segunda. Los
secuestrados experimentan de por vida un sentimiento de aislamiento y
alejamiento respecto de quienes les rodea. Tanto si recuerdan conscientemente o
no muchos elementos de sus experiencias, los secuestrados siente que ellos, de
alguna manera, son diferentes de “otros”; que no forman parte de una sociedad
incluso si, al menos superficialmente, ellos parece que se las arreglan bien.
Como niños, se les ha dicho mayormente que los eventos relacionados con los
secuestros que han descrito son sueños, o incluso que están mintiendo. De modo
que los experimentadores aprenden a mantener esos temas para ellos mismos, y se
sienten mucho más solos con sus experiencias. Un espabilado niño de 8 años,
secuestrado, me miró con incredulidad cuando le pregunté si él había confesado
a sus amigos lo de sus “encuentros”, los cuales era capaz de distinguir
rápidamente de sueños, incluso cuando éstos tuvieran que ver con ovnis. “No, no
se lo digo a nadie a quien no conozca bien”, me dijo. “Es sólo que no quiero
que ellos sepan que tengo esos encuentros. Creo que un montón de gente que conozco
se asusta si escucha historias de miedo… supongo que la gente puede pensar, eh,
eso es demasiado raro”. Este chico, de hecho, es popular entre otros chicos y
sus profesores, y no ven nada anormal en él. Como adultos, también, los secuestrados aprenden a no hablar de
sus experiencias, excepto en circunstancias de confianza, sabiendo que,
probablemente, los mirarían con escepticismo y con una falsa interpretación, si
no con completa mofa.
Tercera. La experiencia de los secuestrados que he llamado “shock
ontológico” (relativo al ser) como la realidad de sus encuentros puede
entenderse. Ellos, como todos nosotros, han crecido en la creencia de que estamos solos en el universo, y que sería
simplemente imposible para seres inteligentes entrar en nuestro mundo sin hacer
uso de una tecnología altamente avanzada respecto a la nuestra y obedeciendo
las leyes de nuestra física. Los secuestrados tienden a persistir en la
esperanza de que se encuentre una explicación psicológica para sus experiencias,
incluso cuando me dicen que lo que han vivido es tan real como la conversación
que estamos manteniendo.
Finalmente, traumas
relacionados con los secuestros son inusuales, dado que los secuestros pueden
volver a ocurrir en cualquier momento. La mayoría de los traumas, tales como
las experiencias vinculadas a la guerra, la violación, abusos en la infancia,
son finitos; suceden y luego cesan, incluso si se extienden durante un
determinado periodo de tiempo. Pero los secuestros por alienígenas son
impredecibles y su repetición en la vida de un individuo no sigue un patrón
predecible. Los secuestrados que son padres generalmente buscarán investigar
sus propias experiencias, cuando descubren que uno o más de sus hijos están
sufriendo secuestros. Descubrir que ellos no pueden cumplir con sus
responsabilidades de protección como padres les romperá su negación y motivará
que encaren sus propias experiencias enterradas, de modo que pueden ser más
útiles a sus hijos.
En adición a estos efectos
específicamente traumáticos de larga duración, los secuestrados también pueden
sufrir de un número de síntomas de larga duración que, aunque sutil, ellos
vinculan a sus experiencias de secuestro. Ahí se incluyen miedos varios, como a
los hospitales, agujas, dolores de cabeza, nasales, en extremidades, síntomas
gastrointestinales, síntomas urológicos/ginecológicos, y perturbaciones en lo
relativo al funcionamiento sexual (Jerry, capítulo 6). Es, de alguna manera,
irónico a la vista de estas secuelas patológicas, que tantos secuestrados hayan
experimentado o sido testigos de sanación de condiciones que van desde pequeñas
heridas a neumonía, leucemia infantil e incluso un caso que conocí de primera
mano, de la superación de una atrofia muscular en una pierna relacionada con
poliomielitis.
Es interesante que no todos los secuestrados experimenten
traumáticos procedimientos intrusivos que ha acabado siendo lo que caracteriza
al fenómeno (por ejemplo, Arthur, capítulo 15). No creo que esto sea simplemente un asunto de resistencia o negación.
Algunos individuos parecen haber sido “seleccionados”, en principio, para ser
instruidos, incluso “iluminados”, una clase de “reprogramación” por parte de
seres habitualmente de la clase más sutil o luminosa. A lo mejor, esos individuos, que parecen tener cualidades de liderazgo
espiritual, tienen una conciencia diferente, menos miedo o mayor disposición
para estar fuera de control y moverse a través de sus miedos que el resto de
los secuestrados. Es una cuestión que merece un estudio más profundo.
Como hemos analizado en
muchos casos, una historia de secuestro puede dar lugar a un gran estrés en una
relación marital o de otra clase. Este es el especialmente el caso cuando uno
de los dos miembros de una pareja es un experimentador y el otro no sólo no lo
es de forma evidente, sino que encuentra que no puede aceptar la realidad de
las experiencias de su pareja. Las relaciones también se ven perturbadas cuando
uno de sus miembros experimenta un significativo desarrollo persona, directa o
indirectamente como consecuencia de sus experiencias, dejando a sus parejas más
o menos atrás (Eva, capítulo 11).
ASPECTOS TRANSFORMADORES O DE CONCIENCIA ALTERADA
Dedicaré más atención en
este libro a los aspectos transformadores y de crecimiento espiritual de lo que
se le ha dedicado en otros libros sobre el tema. Hay varias razones para esta
decisión. Primero, creo que esta característica del fenómeno ha sido
desatendida o vista como incompatible con la dimensión traumática de un
secuestro, la que más habitualmente se ha descrito. Segundo, tengo la
impresión de que esta área, en gran medida, sin investigar, es de una
significancia considerable. Finalmente, y lo más interesante, creo –en mi experiencia personal- como
psiquiatra que lidia con los secuestrados: Me parece recibir más información de
este tipo en mi trabajo con los secuestrados que, aparentemente, lo que le
ocurre a otros investigadores. No está completamente clara la razón por la que
esto es así. Quizás, el conjunto de mis pacientes está preseleccionado,
predispuesto en la dirección de sujetos que, en la búsqueda de ayuda de un
psiquiatra, profundizan la comprensión de sus experiencias a través de la
exploración de su conciencia. Posiblemente,
los secuestrados sienten que estoy abierto a escuchar sus experiencias o información
que podría ser considerada demasiado “fantástica” para la mayoría de los
investigadores; y mi propia evolución personal puede, de hecho, haberme hecho
más abierto a la información que ellos, los secuestrados, buscan expresar.
Tratándose de cualquier
suceso procuro ser lo suficientemente escrupuloso como para no conducir a los
pacientes hacia una dirección en concreto, de tal forma que si la información
que es relevante para la expansión espiritual o de conciencia del fenómeno de
los secuestros emerge durante nuestras sesiones, será de manera libre y
espontánea y no como resultado de concretas indagaciones mías. Delinearé
brevemente los tipos de experiencias que podrían tener lugar en esta categoría.
De primordial importancia es el cambio que se necesita que ocurra en la relación
entre el experimentador y los seres alienígenas, antes de que la información
que altera la conciencia sea recibida. Aunque la relación con los alienígenas
pueda haber sido provechosa, incluso íntima, en la niñez temprana, tiende a
cambiar a más perturbadora y traumática a medida que llega la pubertad y
comienza el “proyecto” de reproducción de híbridos. Como tienen lugar
intrusiones traumáticas, los secuestrados tienden a sentirse a sí mismos como
víctimas de seres hostiles que los tratan con frialdad, o simplemente, como
especímenes en un proyecto que sirve a las necesidades de los alienígenas.
Pueden llegar a sentirse traicionados por ellos una vez que la naturaleza de su
interacción ha cambiado.
Pero, a medida que nuestro trabajo se hace más profundo,
especialmente al tiempo que empieza a conocerse el poder de este extraordinario
encuentro alienígena, surge la aceptación de sus carencias en lo que al control
del proceso se refiere, la espantosa y conflictiva calidad de la relación
parece dar paso a una nueva relación más recíproca y con mayor comunicación
compartida por ambas partes. Los secuestrados pueden incluso experimentar un
profundo amor por los seres alienígenas, en algunas formas más poderoso que el
que experimentan en relaciones humanas, y pueden sentir que este amor es
correspondido.
La conexión a través de los ojos parece
jugar un papel importante en la evolución de este proceso.
Considerando, por
ejemplo, que los secuestrados se sentían amargamente resentidos por el hecho de
que los alienígenas usaran sus óvulos y esperma en el proyecto de hibridación,
ellos pueden llegar a sentir que están
participando en un proceso que posee el valor de la creación y la evolución de
la vida. Hay quienes pueden discutir que tal cambio de postura en los
secuestrados a la hora de encarar la indefensión permanente de su situación de
secuestro es, de hecho, una postura defensiva, incluso un autoengaño con el
objetivo de mitigar el dolor y la angustia. Podría ser considerado un
intento del ego por mantener un sentido de control mediante la entrega
voluntaria de aquello que se toma por la fuerza, o un intento de reducir la
disonancia cognitiva a través de creer que el coste emocional de semejantes
experiencias traumáticas pueden verse
equilibradas aportando algo bueno y positivo para el universo. En la otra mano,
es posible que trabajando a través de la demoledora experiencia del secuestro
pueda ofrecer a los secuestrados un acceso a las experiencias de sentido
transpersonal, amor universal y conectividad que hace posible tal compasión. Es
complicado, en el área de la transformación o crecimiento espiritual vinculado
a experiencias de este fenómeno, separar causa y efecto, o incluso, en lo más
mínimo, pensar en términos de casualidad. Por ejemplo, ¿un secuestrado recibe
(y comunica) información sobre una experiencia de vida pasada porque su
conciencia está abierta a la posibilidad de tales asuntos? ¿La aparición,
dentro de la conciencia, de la memoria de una vida pasada, en sí misma
facilitada por nuestro trabajo en común, trae consigo un expandido horizonte
personal y un ensanchamiento de uno mismo en relación al más grande tejido de
conciencia universal?
El hecho de que la relación
entre los secuestrados y los alienígenas pueda desarrollarse tan dramáticamente
a lo largo de los años, hace que me cuestiones categorizaciones de los seres en
constructivos, buenos y amorosos, y otros que son engañosos y hostiles,
inclinados a poseer nuestro planeta; la idea de que los seres de luz son buenos
o cariñosos, por ejemplo; los grises son indiferentes y serios. Este tipo de
clasificación se parece sospechosamente a la clase de polarización que
caracteriza a grupos humanos o relaciones étnico-nacionales que podría tener
poco que ver con la manera en que funcionan más allá de la Tierra las
relaciones entre especies o dimensiones, si es que realmente vinieron a ser
establecidas. Además, es común para los secuestrados experimentar durante un
mismo suceso, por ejemplo, con ambos -seres de luz y pequeños grises- (Arthur,
capítulo 15); o reptilianos y otras clases de seres (Carlos, capítulo 14). Es
posible que estemos lidiando con procesos de relaciones que son de naturaleza
evolucionaria, pero no incomprensibles en los términos lineales de nuestras
polaridades conocidas.
Los siguientes son tipos de
experiencias de secuestro que están relacionadas con la transformación y el
crecimiento personal:
1-“Obligar
a aceptar” ocurre; a saber, experimentar completamente el terror y la rabia
asociados con el desamparo y la intrusiva instrumentación usada en las naves.
Cuando esto sucede, conocimiento y aceptación de la fuerza de las experiencias
se hace realidad, y sigue una relación más recíproca en la que puede darse el
crecimiento personal y el aprendizaje. Desde la “muerte del ego” siguen otros
niveles de transformación:
2-Los
alienígenas pueden ser percibidos como intermediarios o entidades intermedias
entre completo estado de encarnación de seres humanos y la fuente primigenia de
la creación o “Dios” (en el sentido de una conciencia cósmica, en vez de una
ser personificado). Con esta consideración, a veces los secuestrados equiparan
a los seres alienígenas con los ángeles u otros “seres de luz” (incluyendo a
los “grises”).
3-Los
secuestrados pueden realmente experimentarse a sí mismos en regreso a su fuente
cósmica u “hogar”, un inexpresablemente hermoso reino más allá, si no dentro,
del espacio/tiempo que conocemos. Cuando esto sucede durante una sesión de
hipnosis, se producen sensaciones poderosas, inexplicablemente gozosas, incluso
orgásmicas. A la inversa, los secuestrados pueden llorar con tristeza cuando
experimentan teniendo que abandonar su hogar cósmico, regresar a la Tierra y
volver de nuevo al cuerpo.
4-Las
“vidas pasadas” son experimentadas durante las sesiones con la fuerte emoción
coherente con el material informativo que sale a flote. Esto es más probable
que suceda cuando el investigador se da cuenta de algún detalle en la sesión
durante la cual encuentros de la infancia están siendo re-experimentados. Expresan
quejas o simplemente observaciones de estar en la Tierra “de Nuevo” o “de
regreso”, que yo luego pregunto. Las “vidas pasadas” que emergen parecen tener
relevancia en el desarrollo personal o evolución del experimentador, como he
visto en los casos de Dave y Joe.
5-Las
experiencias de vidas pasadas proporcionan a los secuestrados (y al
investigador) una diferente perspectiva sobre el tiempo y la naturaleza de la
identidad humana. Ciclos de nacimiento y muerte en el curso de largos trechos
de tiempo pueden de este modo ser revividos, dando un diferente –menos ego-
sentido de la continuidad de la vida y la pequeñez de la experiencia vital de
un individuo desde una perspectiva cósmica. La conciencia es experimentada como coincidente con el cuerpo; la noción
de un alma con una experiencia separada del cuerpo se convierte en relevante.
6-Una
vez es captada la separación de la conciencia del cuerpo, otras clases de
experiencias “transpersonales” se hacen posible; a menudo sucede la
identificación de la conciencia con seres y entidades virtualmente sin fin a
través del espacio/tiempo y más allá. Paul (capítulo 10), entre mis casos por
ejemplo, se encontró a sí mismo durante
nuestras sesiones, identificado con dinosaurios o parecidos a reptiles de
otra era, y experimentó en sí mismo el estar presente en el lugar en el que un
ovni se estrelló varias décadas atrás, cuando los seres alienígenas fueron
destruidos por la violencia y el miedo humanos. Otro secuestrado, un joven
hombre brasileño, encontró que sus encuentros con alienígenas le abrieron a la
identificación con mitos y entidades espirituales del folclore de su cultura,
de la cual se había separado dada su formación intelectual y científica
occidental.
7-Un
aspecto distinto pero importante de esta clase de experiencia transpersonal es que
el secuestrado tiene un sentido de posesión de doble identidad, humana/alienígena.
En su naturaleza alienígena ellos pueden descubrirse a sí mismos hacienda muchas
de las cosas que los “otros” alienígenas les han hecho a ellos y a otros seres
humanos, tales como analizar sus mentes o incluso llevar a cabo procedimientos
reproductivos. La identidad alienígena parece estar conectada de alguna manera
con el alma del humano, y una de las tareas del secuestrado cuando lo confronta
es integración de sus dos naturalezas (humana y alienígena), las cuales asume
en el carácter de un re-almarse (volver a tomar alma) de su humanidad.
8-Volver
a vivir el contenido de un secuestro conduce a los secuestrados a abrirse a
otras realidades más allá del espacio/tiempo, reinos que son diversamente
descritos como más allá del “velo” o alguna otras frontera que los ha mantenido
dentro de una “caja” o con una conciencia reducida al mundo físico. Cuando son
preguntados sobre esas experiencias, los secuestrados tienen dificultad para
hallar las palabras adecuadas para describir lo que les ha ocurrido, y hablan
del “colapso” del espacio/tiempo, de la irrelevancia de las nociones del
espacio/tiempo, y de estar existiendo en múltiples tiempos y espacios simultáneamente.
El resultado de todas estas
experiencias para los secuestrados es el descubrimiento de un nuevo y alterado
sentido del lugar que ocupan en el diseño cósmico, uno que es más modesto,
respetuoso y armonioso en relación con la tierra y sus sistemas vivientes. Emociones
de sobrecogimiento, respeto por el misterio de la naturaleza, y un agudizado
sentido de la sacralidad del mundo natural son experimentados junto con una
profunda tristeza sobre la aparente desesperanza de la crisis medioambiental
terrestre.
Los tres casos presentados
en este libro, 8 hombres y 5 mujeres, fueron seleccionados de entre 75
secuestrados que he entrevistado sobre la base de los siguientes criterios:
1-Sus
historias, aunque en algún momento complejas, me parecieron suficientemente
claras que permiten una narrativa coherente.
2-Cada
caso parece ilustrar en profundidad uno o más de los aspectos centrales del fenómeno
de los secuestros.
3-Cada
persona estaba dispuesta a tener su propia historia, con o sin su nombre real.
Conocí a estos individuos
bastante bien. Pero hay secuestrados a los que he conocido por más tiempo o con
los que he trabajado en mayor profundidad. Si he elegido no contar sus
historias aquí es porque no podría hacer justicia a la riqueza de sus
experiencias con la suficiente claridad y concisión.
La secuencia de casos
refleja generalmente una clase de progresión, yendo desde las historias más
sencillas a las que son más narradas con mayor complejidad multidimensional. El
último de los casos sugiere que el fenómeno de los secuestros puede abogar por
la transformación de nuestras instituciones y vidas colectivas.
AQUÍ la segunda parte de esta traducción
AQUÍ la tercera parte de esta traducción
AQUÍ la cuarta parte de esta traducción
AQUÍ la quinta parte de esta traducción
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