sábado, 10 de agosto de 2019

"Secuestros Alienígenas", por Dr. John Mack (VI)


ASPECTOS FÍSICOS

(Tavo: Menciona Mack que lo interesante del aspecto físico del fenómeno es que confirma las experiencias en sí mismas. Otra cosa es que, por la naturaleza de esos efectos, su relación con un fenómeno como el alienígena se confirme. Las marcas en el cuerpo de los secuestrados son lesiones médicamente insignificantes, por ejemplo. Respecto a todo lo que envuelve embarazos y retirada de fetos no hay pruebas concluyentes. Igualmente ocurre respecto a todos los aparatos electrónicos que dejan de funcionar o se ven afectados cuando llega el secuestro, imposible de probar su relación directa con el fenómeno. A propósito de los supuestos implantes colocados bajo la piel de algunos secuestrados, Mack afirma lo siguiente.)


Los llamados implantes pueden sentirse como pequeños nódulos bajo la piel, y en varios casos diminutos objetos han sido retirados de los secuestrados, siendo analizados bioquímicamente y mediante electromicroscopio. David Pritchard, físico del MIT, quien también ha analizado un implante que salió del pene de un secuestrado, ha escrito sobre el criterio de examen y la determinación de la naturaleza de tales objetos (Pritchard 1992). Yo mismo he estudiado un áspero y delgado objeto (de ½ a ¼ de pulgada. 1 pulgada = 2’54 cms) entregado por una de mis pacientes, una mujer de 24 años, después de expulsarlo de su nariz tras una experiencia de secuestro. Un análisis elemental y fotografía electrónica y microscópica revela, de manera interesante una fibra retorcida consistente de carbono, silicio, oxígeno, no nitrógeno y trazas de otros elementos. Un análisis de carbono isotópico no fue notable. Un colega biólogo nuclear dijo que el espécimen no era un objeto biológico que se diera de forma natural, pero podría ser una fibra manufacturada de alguna clase. Parece difícil saber cómo ir más allá. No hay evidencia de ningún implante recuperado que esté compuesto de elementos extraños, o de elementos comunes en combinación inusual. En conversación con un ingeniero químico y otros expertos en materiales tecnológicos, se me dijo que sería extremadamente difícil hacer un diagnóstico positivo de la naturaleza de cualquier sustancia desconocida sin tener más información sobre sus orígenes. Bajo las mejores circunstancias sería muy difícil de probar, por ejemplo, que una sustancia no era de origen terrestre o incluso biológicamente humano.
De hecho, si esos objetos fueron realmente dejados dentro de un cuerpo humano por seres alienígenas, lo cual sería virtualmente imposible de probar, ello no sería difícil para esos seres, a la luz de todas las otras cosas que, a nuestros ojos, parecen capaces de hacer. (…) Ahora no soy tan optimista como para pensar que el fenómeno se revele a sí mismo de esta forma. En otras palabras, podría ser equivocado esperar que un fenómeno cuya misma naturaleza es imperceptible, y uno de sus propósitos puede que sea extender y expandir nuestras vías de conocimiento más allá del acercamiento puramente materialista de la ciencia occidental, muestre sus secretos a una epistemología (estudio del conocimiento) o metodología que opera en un más bajo nivel de conciencia (el apunte está hecho en el caso de Eva, capítulo 11). (…) Una teoría que empezara a explicar el fenómeno de los secuestros tiene que tener en cuenta cinco dimensiones básicas, que son las siguientes:

1-El alto grado de consistencia de los detallados informes de secuestro, relatados con la emoción coherente en experiencias reales, por parte observadores aparentemente fiables.
2-La ausencia de enfermedad mental u otros aparentes factores psicológicos o emocionales que podrían explicar lo que está siendo relatado.
3-Los cambios físicos y lesiones que afectan el cuerpo de los experimentadores, los cuales no siguen un patrón evidente de psicodinámica.
4-La asociación con los ovnis (el cual puede que el secuestrado no vea) atestiguada independientemente por otros mientras los secuestros tienen lugar.
5-Los informes de secuestros de niños tan pequeños como 2 y 3 años de edad (véase Colin en capítulo 6).
Claramente, a día de hoy no hay explicación evidente que aborde todos esos elementos.

IMPACTO Y SECUELAS DE LAS EXPERIENCIAS DE SECUESTRO

No es necesario decir que los secuestros afectan profundamente las vidas de aquellos que los experimentan. Estos efectos son traumáticos y perturbadores, pero a su vez pueden ser transformados, conduciendo a significativos cambios personales y crecimiento espiritual. Si este elemento transformador es intrínseco al fenómeno de los secuestros, dependiente en parte del trabajo terapéutico integrador que se lleva a cabo con el investigador, o si es un derivado asumible (o no) con la naturaleza traumática de las experiencias, es una de las cuestiones que será exploradas en este libro.

TRAUMA

El aspecto traumático tiene 4 dimensiones. La primera son las experiencias en sí mismas. Ser paralizado y llevado contra tu voluntad por seres extraños a un recinto externo para ser sometido a procedimientos intrusivos semejantes a una violación, algunos de los cuales son especialmente humillantes para la dignidad humana es, obviamente, altamente perturbador.

Segunda. Los secuestrados experimentan de por vida un sentimiento de aislamiento y alejamiento respecto de quienes les rodea. Tanto si recuerdan conscientemente o no muchos elementos de sus experiencias, los secuestrados siente que ellos, de alguna manera, son diferentes de “otros”; que no forman parte de una sociedad incluso si, al menos superficialmente, ellos parece que se las arreglan bien. Como niños, se les ha dicho mayormente que los eventos relacionados con los secuestros que han descrito son sueños, o incluso que están mintiendo. De modo que los experimentadores aprenden a mantener esos temas para ellos mismos, y se sienten mucho más solos con sus experiencias. Un espabilado niño de 8 años, secuestrado, me miró con incredulidad cuando le pregunté si él había confesado a sus amigos lo de sus “encuentros”, los cuales era capaz de distinguir rápidamente de sueños, incluso cuando éstos tuvieran que ver con ovnis. “No, no se lo digo a nadie a quien no conozca bien”, me dijo. “Es sólo que no quiero que ellos sepan que tengo esos encuentros. Creo que un montón de gente que conozco se asusta si escucha historias de miedo… supongo que la gente puede pensar, eh, eso es demasiado raro”. Este chico, de hecho, es popular entre otros chicos y sus profesores, y no ven nada anormal en él. Como adultos, también, los secuestrados aprenden a no hablar de sus experiencias, excepto en circunstancias de confianza, sabiendo que, probablemente, los mirarían con escepticismo y con una falsa interpretación, si no con completa mofa.
Tercera. La experiencia de los secuestrados que he llamado “shock ontológico” (relativo al ser) como la realidad de sus encuentros puede entenderse. Ellos, como todos nosotros, han crecido en la creencia de que estamos solos en el universo, y que sería simplemente imposible para seres inteligentes entrar en nuestro mundo sin hacer uso de una tecnología altamente avanzada respecto a la nuestra y obedeciendo las leyes de nuestra física. Los secuestrados tienden a persistir en la esperanza de que se encuentre una explicación psicológica para sus experiencias, incluso cuando me dicen que lo que han vivido es tan real como la conversación que estamos manteniendo.
Finalmente, traumas relacionados con los secuestros son inusuales, dado que los secuestros pueden volver a ocurrir en cualquier momento. La mayoría de los traumas, tales como las experiencias vinculadas a la guerra, la violación, abusos en la infancia, son finitos; suceden y luego cesan, incluso si se extienden durante un determinado periodo de tiempo. Pero los secuestros por alienígenas son impredecibles y su repetición en la vida de un individuo no sigue un patrón predecible. Los secuestrados que son padres generalmente buscarán investigar sus propias experiencias, cuando descubren que uno o más de sus hijos están sufriendo secuestros. Descubrir que ellos no pueden cumplir con sus responsabilidades de protección como padres les romperá su negación y motivará que encaren sus propias experiencias enterradas, de modo que pueden ser más útiles a sus hijos.
En adición a estos efectos específicamente traumáticos de larga duración, los secuestrados también pueden sufrir de un número de síntomas de larga duración que, aunque sutil, ellos vinculan a sus experiencias de secuestro. Ahí se incluyen miedos varios, como a los hospitales, agujas, dolores de cabeza, nasales, en extremidades, síntomas gastrointestinales, síntomas urológicos/ginecológicos, y perturbaciones en lo relativo al funcionamiento sexual (Jerry, capítulo 6). Es, de alguna manera, irónico a la vista de estas secuelas patológicas, que tantos secuestrados hayan experimentado o sido testigos de sanación de condiciones que van desde pequeñas heridas a neumonía, leucemia infantil e incluso un caso que conocí de primera mano, de la superación de una atrofia muscular en una pierna relacionada con poliomielitis.
Es interesante que no todos los secuestrados experimenten traumáticos procedimientos intrusivos que ha acabado siendo lo que caracteriza al fenómeno (por ejemplo, Arthur, capítulo 15). No creo que esto sea simplemente un asunto de resistencia o negación. Algunos individuos parecen haber sido “seleccionados”, en principio, para ser instruidos, incluso “iluminados”, una clase de “reprogramación” por parte de seres habitualmente de la clase más sutil o luminosa. A lo mejor, esos individuos, que parecen tener cualidades de liderazgo espiritual, tienen una conciencia diferente, menos miedo o mayor disposición para estar fuera de control y moverse a través de sus miedos que el resto de los secuestrados. Es una cuestión que merece un estudio más profundo.
Como hemos analizado en muchos casos, una historia de secuestro puede dar lugar a un gran estrés en una relación marital o de otra clase. Este es el especialmente el caso cuando uno de los dos miembros de una pareja es un experimentador y el otro no sólo no lo es de forma evidente, sino que encuentra que no puede aceptar la realidad de las experiencias de su pareja. Las relaciones también se ven perturbadas cuando uno de sus miembros experimenta un significativo desarrollo persona, directa o indirectamente como consecuencia de sus experiencias, dejando a sus parejas más o menos atrás (Eva, capítulo 11).

ASPECTOS TRANSFORMADORES O DE CONCIENCIA ALTERADA

Dedicaré más atención en este libro a los aspectos transformadores y de crecimiento espiritual de lo que se le ha dedicado en otros libros sobre el tema. Hay varias razones para esta decisión. Primero, creo que esta característica del fenómeno ha sido desatendida o vista como incompatible con la dimensión traumática de un secuestro, la que más habitualmente se ha descrito. Segundo, tengo la impresión de que esta área, en gran medida, sin investigar, es de una significancia considerable. Finalmente, y lo más interesante, creo –en mi experiencia personal- como psiquiatra que lidia con los secuestrados: Me parece recibir más información de este tipo en mi trabajo con los secuestrados que, aparentemente, lo que le ocurre a otros investigadores. No está completamente clara la razón por la que esto es así. Quizás, el conjunto de mis pacientes está preseleccionado, predispuesto en la dirección de sujetos que, en la búsqueda de ayuda de un psiquiatra, profundizan la comprensión de sus experiencias a través de la exploración de su conciencia. Posiblemente, los secuestrados sienten que estoy abierto a escuchar sus experiencias o información que podría ser considerada demasiado “fantástica” para la mayoría de los investigadores; y mi propia evolución personal puede, de hecho, haberme hecho más abierto a la información que ellos, los secuestrados, buscan expresar.
Tratándose de cualquier suceso procuro ser lo suficientemente escrupuloso como para no conducir a los pacientes hacia una dirección en concreto, de tal forma que si la información que es relevante para la expansión espiritual o de conciencia del fenómeno de los secuestros emerge durante nuestras sesiones, será de manera libre y espontánea y no como resultado de concretas indagaciones mías. Delinearé brevemente los tipos de experiencias que podrían tener lugar en esta categoría. De primordial importancia es el cambio que se necesita que ocurra en la relación entre el experimentador y los seres alienígenas, antes de que la información que altera la conciencia sea recibida. Aunque la relación con los alienígenas pueda haber sido provechosa, incluso íntima, en la niñez temprana, tiende a cambiar a más perturbadora y traumática a medida que llega la pubertad y comienza el “proyecto” de reproducción de híbridos. Como tienen lugar intrusiones traumáticas, los secuestrados tienden a sentirse a sí mismos como víctimas de seres hostiles que los tratan con frialdad, o simplemente, como especímenes en un proyecto que sirve a las necesidades de los alienígenas. Pueden llegar a sentirse traicionados por ellos una vez que la naturaleza de su interacción ha cambiado.
Pero, a medida que nuestro trabajo se hace más profundo, especialmente al tiempo que empieza a conocerse el poder de este extraordinario encuentro alienígena, surge la aceptación de sus carencias en lo que al control del proceso se refiere, la espantosa y conflictiva calidad de la relación parece dar paso a una nueva relación más recíproca y con mayor comunicación compartida por ambas partes. Los secuestrados pueden incluso experimentar un profundo amor por los seres alienígenas, en algunas formas más poderoso que el que experimentan en relaciones humanas, y pueden sentir que este amor es correspondido. La conexión a través de los ojos parece jugar un papel importante en la evolución de este proceso.
Considerando, por ejemplo, que los secuestrados se sentían amargamente resentidos por el hecho de que los alienígenas usaran sus óvulos y esperma en el proyecto de hibridación, ellos pueden llegar a sentir que están participando en un proceso que posee el valor de la creación y la evolución de la vida. Hay quienes pueden discutir que tal cambio de postura en los secuestrados a la hora de encarar la indefensión permanente de su situación de secuestro es, de hecho, una postura defensiva, incluso un autoengaño con el objetivo de mitigar el dolor y la angustia. Podría ser considerado un intento del ego por mantener un sentido de control mediante la entrega voluntaria de aquello que se toma por la fuerza, o un intento de reducir la disonancia cognitiva a través de creer que el coste emocional de semejantes experiencias traumáticas pueden verse equilibradas aportando algo bueno y positivo para el universo. En la otra mano, es posible que trabajando a través de la demoledora experiencia del secuestro pueda ofrecer a los secuestrados un acceso a las experiencias de sentido transpersonal, amor universal y conectividad que hace posible tal compasión. Es complicado, en el área de la transformación o crecimiento espiritual vinculado a experiencias de este fenómeno, separar causa y efecto, o incluso, en lo más mínimo, pensar en términos de casualidad. Por ejemplo, ¿un secuestrado recibe (y comunica) información sobre una experiencia de vida pasada porque su conciencia está abierta a la posibilidad de tales asuntos? ¿La aparición, dentro de la conciencia, de la memoria de una vida pasada, en sí misma facilitada por nuestro trabajo en común, trae consigo un expandido horizonte personal y un ensanchamiento de uno mismo en relación al más grande tejido de conciencia universal?
El hecho de que la relación entre los secuestrados y los alienígenas pueda desarrollarse tan dramáticamente a lo largo de los años, hace que me cuestiones categorizaciones de los seres en constructivos, buenos y amorosos, y otros que son engañosos y hostiles, inclinados a poseer nuestro planeta; la idea de que los seres de luz son buenos o cariñosos, por ejemplo; los grises son indiferentes y serios. Este tipo de clasificación se parece sospechosamente a la clase de polarización que caracteriza a grupos humanos o relaciones étnico-nacionales que podría tener poco que ver con la manera en que funcionan más allá de la Tierra las relaciones entre especies o dimensiones, si es que realmente vinieron a ser establecidas. Además, es común para los secuestrados experimentar durante un mismo suceso, por ejemplo, con ambos -seres de luz y pequeños grises- (Arthur, capítulo 15); o reptilianos y otras clases de seres (Carlos, capítulo 14). Es posible que estemos lidiando con procesos de relaciones que son de naturaleza evolucionaria, pero no incomprensibles en los términos lineales de nuestras polaridades conocidas.
Los siguientes son tipos de experiencias de secuestro que están relacionadas con la transformación y el crecimiento personal:

1-“Obligar a aceptar” ocurre; a saber, experimentar completamente el terror y la rabia asociados con el desamparo y la intrusiva instrumentación usada en las naves. Cuando esto sucede, conocimiento y aceptación de la fuerza de las experiencias se hace realidad, y sigue una relación más recíproca en la que puede darse el crecimiento personal y el aprendizaje. Desde la “muerte del ego” siguen otros niveles de transformación:

2-Los alienígenas pueden ser percibidos como intermediarios o entidades intermedias entre completo estado de encarnación de seres humanos y la fuente primigenia de la creación o “Dios” (en el sentido de una conciencia cósmica, en vez de una ser personificado). Con esta consideración, a veces los secuestrados equiparan a los seres alienígenas con los ángeles u otros “seres de luz” (incluyendo a los “grises”).

3-Los secuestrados pueden realmente experimentarse a sí mismos en regreso a su fuente cósmica u “hogar”, un inexpresablemente hermoso reino más allá, si no dentro, del espacio/tiempo que conocemos. Cuando esto sucede durante una sesión de hipnosis, se producen sensaciones poderosas, inexplicablemente gozosas, incluso orgásmicas. A la inversa, los secuestrados pueden llorar con tristeza cuando experimentan teniendo que abandonar su hogar cósmico, regresar a la Tierra y volver de nuevo al cuerpo.

4-Las “vidas pasadas” son experimentadas durante las sesiones con la fuerte emoción coherente con el material informativo que sale a flote. Esto es más probable que suceda cuando el investigador se da cuenta de algún detalle en la sesión durante la cual encuentros de la infancia están siendo re-experimentados. Expresan quejas o simplemente observaciones de estar en la Tierra “de Nuevo” o “de regreso”, que yo luego pregunto. Las “vidas pasadas” que emergen parecen tener relevancia en el desarrollo personal o evolución del experimentador, como he visto en los casos de Dave y Joe.

5-Las experiencias de vidas pasadas proporcionan a los secuestrados (y al investigador) una diferente perspectiva sobre el tiempo y la naturaleza de la identidad humana. Ciclos de nacimiento y muerte en el curso de largos trechos de tiempo pueden de este modo ser revividos, dando un diferente –menos ego- sentido de la continuidad de la vida y la pequeñez de la experiencia vital de un individuo desde una perspectiva cósmica. La conciencia es experimentada como coincidente con el cuerpo; la noción de un alma con una experiencia separada del cuerpo se convierte en relevante.

6-Una vez es captada la separación de la conciencia del cuerpo, otras clases de experiencias “transpersonales” se hacen posible; a menudo sucede la identificación de la conciencia con seres y entidades virtualmente sin fin a través del espacio/tiempo y más allá. Paul (capítulo 10), entre mis casos por ejemplo, se encontró a sí mismo durante nuestras sesiones, identificado con dinosaurios o parecidos a reptiles de otra era, y experimentó en sí mismo el estar presente en el lugar en el que un ovni se estrelló varias décadas atrás, cuando los seres alienígenas fueron destruidos por la violencia y el miedo humanos. Otro secuestrado, un joven hombre brasileño, encontró que sus encuentros con alienígenas le abrieron a la identificación con mitos y entidades espirituales del folclore de su cultura, de la cual se había separado dada su formación intelectual y científica occidental.

7-Un aspecto distinto pero importante de esta clase de experiencia transpersonal es que el secuestrado tiene un sentido de posesión de doble identidad, humana/alienígena. En su naturaleza alienígena ellos pueden descubrirse a sí mismos hacienda muchas de las cosas que los “otros” alienígenas les han hecho a ellos y a otros seres humanos, tales como analizar sus mentes o incluso llevar a cabo procedimientos reproductivos. La identidad alienígena parece estar conectada de alguna manera con el alma del humano, y una de las tareas del secuestrado cuando lo confronta es integración de sus dos naturalezas (humana y alienígena), las cuales asume en el carácter de un re-almarse (volver a tomar alma) de su humanidad.

8-Volver a vivir el contenido de un secuestro conduce a los secuestrados a abrirse a otras realidades más allá del espacio/tiempo, reinos que son diversamente descritos como más allá del “velo” o alguna otras frontera que los ha mantenido dentro de una “caja” o con una conciencia reducida al mundo físico. Cuando son preguntados sobre esas experiencias, los secuestrados tienen dificultad para hallar las palabras adecuadas para describir lo que les ha ocurrido, y hablan del “colapso” del espacio/tiempo, de la irrelevancia de las nociones del espacio/tiempo, y de estar existiendo en múltiples tiempos y espacios simultáneamente.

El resultado de todas estas experiencias para los secuestrados es el descubrimiento de un nuevo y alterado sentido del lugar que ocupan en el diseño cósmico, uno que es más modesto, respetuoso y armonioso en relación con la tierra y sus sistemas vivientes. Emociones de sobrecogimiento, respeto por el misterio de la naturaleza, y un agudizado sentido de la sacralidad del mundo natural son experimentados junto con una profunda tristeza sobre la aparente desesperanza de la crisis medioambiental terrestre.
Los tres casos presentados en este libro, 8 hombres y 5 mujeres, fueron seleccionados de entre 75 secuestrados que he entrevistado sobre la base de los siguientes criterios:

1-Sus historias, aunque en algún momento complejas, me parecieron suficientemente claras que permiten una narrativa coherente.

2-Cada caso parece ilustrar en profundidad uno o más de los aspectos centrales del fenómeno de los secuestros.

3-Cada persona estaba dispuesta a tener su propia historia, con o sin su nombre real.

Conocí a estos individuos bastante bien. Pero hay secuestrados a los que he conocido por más tiempo o con los que he trabajado en mayor profundidad. Si he elegido no contar sus historias aquí es porque no podría hacer justicia a la riqueza de sus experiencias con la suficiente claridad y concisión.

La secuencia de casos refleja generalmente una clase de progresión, yendo desde las historias más sencillas a las que son más narradas con mayor complejidad multidimensional. El último de los casos sugiere que el fenómeno de los secuestros puede abogar por la transformación de nuestras instituciones y vidas colectivas.





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