Secuestros Alienígenas
Encuentros humanos con alienígenas
Por John E. Mack
(1994)
-Abduction –
Human Encounters With Aliens
EXTRACTOS
(Tomados y traducidos por Tavo de Armas)
Trabajando con los secuestrados
(Páginas 8-27)
Con este dilema en mente me
acerqué, para pedirle consejo sobre mi investigación, a Thomas Kuhn, autor del
clásico de 1962 La estructura de las
revoluciones científicas, en el cual analiza cómo cambian los paradigmas
científicos. Conocí a Tom Kuhn desde la infancia, pues sus padres y los míos
fueron amigos en Nueva York, y a menudo asistimos a fiestas de ponche y navidad
en el hogar de los Kuhn. Encontré muy útil el consejo que me ofrecieron él y su
esposa, Jehane, con altísimo conocimiento en el campo de la mitología y el
folclore. Lo que más me ayudó fue la observación de Kuhn de que el paradigma
científico de Occidente vino a adoptar la rigidez de una teología, y que este
sistema de creencias estaba sostenido por las estructuras, categorías y
polaridades del lenguaje, tales como real/irreal, existente/inexistente,
objetivo/subjetivo, mundo intrapsíquico/externo, sucedido/no sucedido. Me
sugirió que en el transcurso de mis investigaciones suspendiera las
clasificaciones disponibles en esas formas de lenguaje y que simplemente
recogiera la información cruda, poniendo a un lado si lo que aprendía encajaba
o no con mi particular cosmovisión. Más tarde vería lo encontrado y si habría
alguna formulación teórica coherente para ello. Esto, en líneas generales, es
la manera en que me he tratado de acercar a lo siguiente.
(Tavo: Mack explica que su
procedimiento durante los años en que, de una u otra forma, recibió como
pacientes a supuestas víctimas de secuestros por parte de alienígenas, siempre
fue el mismo: informar que por encima de todo estaba la salud y el bienestar de
ellos y ellas, sus pacientes. Comenzaba con una aproximación de varias horas de
entrevista, recibiendo datos del suceso en cuestión así como el máximo de
información posible sobre el paciente y su entorno.)
Los abducidos pueden tener
un montón de recuerdos conscientes de sus experiencias sin el uso de la
hipnosis. Un paciente de 19 años recordó en nuestra primera entrevista los
detalles de una abducción que vivió cuando tenía 4 años. Con inquietud me habló
de haber sido recogido en un claro detrás de su casa por parte de alienígenas
grises en medio del día y llevado al interior de su nave espacial. Fue capaz de
describir la forma del ovni así como a los seres con gran detalle. En la nave
no tenía capacidad de moverse, y fue forzado a tenderse en un cubículo en el
que se le dio un baño de luz como láser, al tiempo que le tomaban una muestra
de piel con un instrumento cilíndrico. Tras esto se le devolvió al claro y se
le dijo que “ahora corriera” en dirección al complejo de apartamentos donde vivía.
(Tavo: Sin embargo, a
menudos los secuestrados dicen que hay grandes áreas de su vida que fuertemente
sienten que están fuera de la memoria de su conciencia, y que eso les afecta en
el día a día. A pesar de saber que esas experiencias han sido traumáticas y que
revivirlas será perturbador, eligen investigarlas. Por muy duro que sea lo que
les espera, les parece más llevadero que no poder acceder a esas experiencias
que conforman sus vidas. La inducción de un estado no ordinario, así se trate sólo
del uso de técnicas de relajación, parece ser muy efectivo y les brinda la oportunidad
de llevar esas experiencias al consciente, descargando así su impacto traumático.)
No entiendo por qué esto es
tan dramáticamente cierto. La mayoría de los secuestrados con los que he
trabajado parecen moverse fácilmente dentro de un no ordinario estado de
conciencia, aunque estudios previos hayan mostrado que no son más fáciles de
hipnotizar que los demás (Spanos e al. 1993; Rodeghier, Goodpaster, y
Blatterbauer 1991). Es como si el
cambiado estado de conciencia, en una suerte de espejo opuesto que escanea la
original conciencia de la psique, desatara las fuerzas de represión que fueron
impuestas en el momento en que sucedió la experiencia del secuestro. Estas fuerzas represivas son percibidas por
los secuestrados como si fueran mucho más que sus propias defensas de
autoprotección. Ellos pueden sentir que tanto como el 90% de la energía que los
mantiene alejados de recordar la experiencia es el resultado de un apagado de
memoria realizado por los propios alienígenas. Según los secuestrados, los
alienígenas les comunican frecuentemente que ellos, los secuestrados, no
recordarán o no deberán recordar lo que ha ocurrido. Algunas veces esto se
justifica diciendo que es por su propia protección y, en verdad, especialmente
en casos con niños pequeños, el desarrollo de recuerdo consciente de
experiencias dolorosas o traumáticas podría interferir con la vida diaria (por
ejemplo, Jerry, capítulo 6). Cuando los secuestrados cooperan conmigo en el
recuerdo de sus secuestros, pueden sentir que están desobedeciendo las órdenes
específicas dadas por los seres alienígenas, con quienes ellos a menudo se
sienten conectados o siendo aliados en un nivel muy profundo. Esta demanda reconfirma
–respecto a mí- que, según mi entendimiento, ningún daño ha venido alguna vez
de recordar esas experiencias cuando se ha realizado en un contexto de apoyo apropiado.
Mientras que los informes a menudo comienzan como profundamente
traumáticos, al final el experimentador frecuentemente informa de una profunda
conexión con esos seres. Se ha sugerido que esta alianza con los seres alienígenas
es una manifestación del “Síndrome de Estocolmo”, o la identificación con el
perpetrador, a través del cual las víctimas simpatizan con el agresor con el
fin de mantener un sentido de agencia
(de autonomía) en una situación de desamparo. Mientras esto queda como una hipótesis
válida, en mi experiencia, y en los siguientes casos, los abducidos parecen
llegar a sentir una más auténtica identificación con el propósito del fenómeno
completo.
La economía y el relato del
recordatorio en el fenómeno de los secuestros es uno de sus aspectos más interesantes.
El detallado recuerdo de experiencias que nunca fueron conscientes en el
conocimiento puede desencadenarse años, incluso varias décadas, después de que
el suceso, mediante algo que se escucha o se ve, muestre sólo una mínima relación
con el secuestro real. Qué combinación de factores entre el secuestrado y los
alienígenas determina el momento temporal para recordar, incluyendo cuando los
experimentadores eligen investigar sus historias y quién viene a contarla, nos
falta por entender aún. En mi trabajo con los secuestrados les doy valor en un
entorno seguro y tranquilo que les haga permanecer enfocados en la respiración
como un instrumento que les centre e integre. Trabajando con ellos he
encontrado que esto es invaluable. Esto está relacionado a la extraordinaria
intensidad de las energías involucradas/conectadas aparentemente con el
poder de la experiencia original, manifestada en sensaciones corpóreas,
movimientos y fuertes emociones, especialmente terror, rabia y tristeza, que
salen a relucir cuando el material del secuestro emerge (…) Como es
habitualmente cierto que los supervivientes de otros eventos traumáticos buscan
recordar plenamente, igual sucede con los secuestrados por alienígenas (…)
Cuando los experimentadores me preguntan por el estatus de sus experiencias en
el estado no ordinario, yo sólo puedo decirles que los elementos de su historia
han aparecido una y otra vez en las historias de otros individuos que no están
mentalmente perturbados (…) La negación (de lo ocurrido) nunca desaparece
completamente, y un shock puede volver a darse, incluso después de varias
sesiones de hipnosis, especialmente si un segundo secuestrado informa de manera
independiente que ha sido testigo o ha compartido un secuestro que el primero
ha contado. Un aspecto importante de mi trabajo con ellos son las reuniones
regulares de apoyo en grupo, en una atmósfera amigable y privada donde la
socialización es fácil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario