Capítulo
IV
The
Threat – Revealing the Secret Alien Agenda
Por
Dr. David Jacobs
Fantasías mutuamente confirmadas
Realizar investigación sobre abducciones es
excepcionalmente difícil, no sólo a causa de la naturaleza del material con el
que se trabaja –y el modo en que se obtiene-, sino porque las satisfacciones
que este trabajo ofrece son, habitualmente, nulas. Los principales ‘honores’
que se reciben son ridiculización y desprecio.
Yo creo que cualquiera que ponga su reputación en
aventurarse dentro de esta peligrosa área, merece el reconocimiento de aquellos
que valoran la búsqueda de la verdad.
A pesar de esto, incluso los más prominentes
investigadores, algunas veces, caen en la trampa de las fantasías mutuamente
confirmadas.
John Mack, profesor de psiquiatría en la Universidad de
Harvard, además de investigador del fenómeno de las abducciones, es un ejemplo
de las fantasías que son mutuamente confirmadas. Mack, conocido en todo Estados
Unidos como un crítico social y ganador del Premio Pulitzer, quedó fascinado
con el fenómeno de las abducciones, allá por 1990, tras atender una conferencia
de Budd Hopkins. Rápidamente, Mack reconoció que el fenómeno no era generado en
la mente del abducido, sino que, por el contrario, provenía de una realidad
externa. Así que, valientemente, emprendió una investigación del fenómeno a
gran escala, en detrimento de su carrera en Harvard y a pesar del desprecio de
sus colegas.
En su libro de 1994, ‘Abducción: encuentros humanos
con aliens’, Mack relata una sesión de hipnosis con una paciente llamada
Catherine, en la que unos alienígenas –supuestamente- le mostraron a ella,
sobre una pantalla, imágenes de un ciervo, musgo, desiertos, y otras cosas relacionadas
con la naturaleza. Después, Catherine observó las pinturas de una tumba egipcia
y sintió con certeza que cuanto estaba viendo era ella en una vida anterior.
Entonces, los alienígenas le enseñaron una imagen de
pinturas de tumbas con la pintura descascarillada (deteriorada). "Pero
entonces era yo la que estaba pintando". Pero en esa encarnación ella era
un hombre y presenció esta escena (dijo ella). "Esto tiene sentido para
mí... esto no es un truco, es información útil. No están tirando un montón de
mierda como todo lo demás." Ahora Catherine sintió que se confirmaba su
empeño en un intercambio de información más recíproco.
Mack:
‘Entonces, pedí a Catherine que me contase más sobre
esta imagen de ella misma, como pintor en la tumba de una pirámide egipcia. En
respuesta a mi pregunta ella me proporcionó un montón de información sobre el
hombre, sus métodos (de trabajo) y su medio ambiente. Lo asombroso era el hecho
de que Catherine no estaba teniendo fantasías sobre el pintor. Por el contrario,
ella era el pintor, y podía ver cosas desde su punto de vista, en lugar de ver
desde el punto de vista de un observador ajeno a la escena.’
Catherine continuó ‘recordando’ muchos detalles de
la pintura egipcia y su vida pasada. Y al final de la sesión de hipnosis, ella
le dijo a Mack que un alienígena le había preguntado si había comprendido el
significado de aquella escena del Antiguo Egipto. Entonces, ella se dio cuenta
de que ‘todo está conectado, los cañones, los desiertos y los bosques. Uno no puede
existir sin lo otro, y ellos, los alienígenas, me estaban mostrando una vida
pasada para que me diera cuenta de que yo estaba conectada con eso, y con todas
esas otras cosas’. Catherine también se dio cuenta de que estaba conectada a
los alienígenas. Resistirse a ellos sólo significaría luchar contra sí misma,
por lo cual, no había razón alguna para resistir (1).
Mack no sólo acepto la validez de este ‘diálogo’,
sino que también dio por buena la interpretación que Catherine había hecho de
todo el asunto. Mas que tratar el episodio completo con extrema cautela y
escepticismo, Mack no cuestiona ni la interpretación dada por Catherine sobre
su vida pasada, su sentido de la conexión (2), su sensación de que una previa petición de
información recíproca fue respondida afirmativamente (por Mack), y la decisión
de ella de no resistirse a esa afirmación.
Catherine también le dijo a Mack que ‘ellos (los
alienígenas) estaban tratando de que superase el miedo, razón por la que
estaban tratando de asuntarme tanto, porque así yo podría, finalmente,
enfadarme y superarlo, yendo más allá, hacia cosas más importantes’. Una vez
más, Mack da por buena esta conversación y le otorga valor, pidiéndole a
Catherine que ‘explique más cómo es que asustándola intensamente conseguiría
llevarla a superar el miedo’. Esta es una pregunta que reclama una información
que no está dentro del ámbito del testimonio de Catherine. Como era de esperar,
ella le dio a Mack una respuesta con los detalles.
El relato de Catherine contiene una vida pasada,
‘diálogo’, intentos –por parte de los alienígenas- de ayudar al abducido, un
mensaje sobre el medio ambiente, y crecimiento personal. Para el terapeuta
cualificado y diestro en las hipnosis de abducidos, todos y cada uno de los
aspectos de este relato deberían ser sospechosos. Catherine pudo haber sido,
fácilmente, inducida a un estado disociativo en el cual ella consideró ciertas
fantasías internas como si fuesen sucesos que realmente le ocurrieron.
Si las imágenes de la vida pasada en el Antiguo Egipto
ocurrieron (en la mente de Catherine), podrían haber tomado forma durante una
secuencia imaginaria, y ello automáticamente significa que un procedimiento
mental de inculcación estaba en proceso. Algunas veces, los abducidos mezclan
procedimientos imaginarios, sueños, y fantasías, como si fueran recuerdos de
realidades externas. Su interpretación de esos ‘recuerdos’, a menudo, tienen
más que ver con sus sistemas de creencias que con acontecimientos reales. A
menos que el terapeuta esté adecuadamente formado en los problemas que esos
procedimientos mentales pueden crear, será fácil que caiga en aceptar fantasías
como si fuesen realidades. Mack no manifiesta escepticismo acerca de la
historia contada por Catherine. Más aún, él admira la ‘clara y concisa composición’
de la narrativa de la abducida.
Hay otros dos terapeutas de abducciones que, como
John Mack, caen presa de errores metodológicos. Como parte de una serie de
trece regresiones hipnóticas con abducidos, la psicóloga clínica Edith Fiore
presenta –en su libro de ‘Encuentros’ (1999)- una larga transcripción de un
suceso extraterrestre. Fiore cree que el hecho de relacionar la información,
sea ésta real o imaginaria, tiene un valor terapéutico, por tanto, ella está
más interesada en saber qué piensan los abducidos sobre lo que han vivido, que
en saber qué les ocurrió realmente.
Fiore describe la regresión hipnótica de un paciente
llamado Dan, quien ‘recordó’ haber sido miembro de unas Fuerzas Armadas
Alienígenas que luchaban contra sus enemigos en otros planetas. Recordaba haber
visitado los planetas ‘Deneb’ y ‘Markel’, tomar unas copas con el capitán, así
como otros detalles extraordinariamente semejantes a la vida diaria en la
Tierra. Cierto día, Dan se encontró a sí mismo de pie en la Cordillera de las
Cascadas (Norteamérica), mirando fijamente a los árboles. Era hermoso y
calmado. Parecía que Dan había ‘tomado’ el cuerpo de un pequeño niño humano.
Dra. Fiore: ¿Dónde está tu nave?
Dan: Soy un niño. Sin nave ni
responsabilidades, sólo un bonito día de verano sin nada que hacer, mas que
explorar.
Dra. Fiore: Ahora te vemos como un
niño. Voy a preguntarte cómo conectas tú a ese pequeño contigo.
Dan: Somos dos personas
distintas. El niño tiene todos los recuerdos. Es como una ‘jubilación’,
teniendo la oportunidad de no hacer nada si vives más tiempo. Estar en un lugar
precioso.
Dra. Fiore: ¿Cómo llegas tú a ser ese
niño?
Dan: Me uní a él en la
carretera. Realmente, lo reemplacé.
Dra. Fiore: Ahora vayamos al momento
en el que te uniste a él, y hazme saber cómo llegas hasta esa carretera.
Dan: Yo estaba borracho,
tremendamente borracho. Fue una buena fiesta… Me despedí.
Dra. Fiore: ¿Qué ocurrió entonces?
Dan: Soy el de hoy. Uno a uno.
Elige tu planeta, uno que sea fácil. Todos se ríen.
Dra. Fiore: Dices que estabas
borracho…
Dan: La noche anterior. Una
resaca horrible.
Dra. Fiore: ¿Dónde te emborrachaste?
Dan: En la nave. Confusión,
bebiendo.
Dra. Fiore: ¿Qué clase de nave es esa?
Dan: Clase M. Grande. Un
crucero de combate; catorce transbordadores Drop-ship (3). 3.500 personas armadas hasta
los dientes.
Este interrogatorio (tal como está planteado por la
doctora) confirmó lo que el sujeto (Dan) estaba diciendo y, sutilmente, sirvió
para confirmar su autenticidad. Fiore diría más tarde que la información
aportada le sirvió a Dan para ‘la mejora de su autoestima, así como una
maravillosa y profunda paz mental’. Ella cree que cada una de las experiencias
recordadas por los pacientes ‘realmente sucedieron de un modo muy cercano a como
ellos las recordaron’. Claramente, este escenario no se asemeja al escenario de
abducción tal como lo conocemos, aunque hay algunas similitudes entre ambos,
como son los híbridos adultos que, algunas veces, visten uniformes muy
parecidos a los militares.
En lugar de enfocarse en un suceso concreto, Fiore
salta a nueve diferentes encuentros en su primera sesión hipnótica con Dan, lo
cual, en manos de una inexperta terapeuta de hipnosis, puede conducir a unas
conclusiones confusas y superficiales.
Además, Dan conoce la respuesta a prácticamente
todas y cada una de las preguntas que Fiore le plantea acerca de la vida a
bordo de la nave militar. Dicho conocimiento de las respuestas por parte de Dan
es, habitualmente, un fuerte indicador de falsa memoria.
Fiore: ¿Existe ahí la
homosexualidad?
Dan: Algo.
Fiore: ¿Cómo es percibida?
Dan: Tolerada. No se la observa
favorablemente, pero es tolerada.
Fiore: ¿Hay ahí algún problema
con los anticonceptivos?
Dan: No.
Fiore: ¿Por qué no?
Dan: Medicamentos, inyecciones.
Fiore: ¿Con cuánta frecuencia os
los dan (esos medicamentos)?
Dan: En cada viaje.
Las probabilidades de que el relato de Dan sean
fantasías son extremadamente altas. Fiore y Mack estaban cualificados como
terapeutas, no como investigadores del fenómeno. Su aproximación a los relatos
sobre abducciones es muy diferente de la aproximación llevada a cabo por los
investigadores que están orientados empíricamente.
Es importante entender que, a pesar de sus problemas
metodológicos, Mack y Fiore, como otros terapeutas de hipnosis, ponen al
descubierto muchos de los típicos procedimientos –físicos y reproductivos- que
dan forma al núcleo de la experiencia de abducción. No obstante, a causa de su
formación profesional, ellos no están particularmente interesados en lo que,
realmente, le ha ocurrido al abducido. Para Mack, como para otros muchos
terapeutas, investigar en las circunstancias reales y concretas de la
experiencia narrada por un cliente, no es la preocupación primordial.
Averiguar, exactamente qué es lo que le ocurrió al abducido es menos importante
que lo que el cliente cree que le ocurrió. La exactitud y la veracidad del
relato es una mínima preocupación. Como afirma Mack: ‘La cuestión de si la
hipnosis (u otra no habitual modalidad que pueda ayudarnos a acceder a
realidades que están fuera o más allá de la realidad física) revela con
precisión lo que literalmente “ocurrió” puede ser inoportuno. Una cuestión más
práctica sería si el método de investigación puede producir información que es consistente
entre abducidos, y si conlleva convicciones emocionales, y nos sirve para
engrandecer nuestro conocimiento de un fenómeno que es importante para las
vidas de los abducidos y para una cultura más amplia.’
De este modo, cuando Mack dirige una sesión de
hipnosis, lo primero que explica a su paciente es que él está ‘más interesado
en la integración (por parte del abducido) de las experiencias recordadas,
sobre la marcha, durante el proceso de la terapia, que en “extraer la
historia”. La historia se ocupará de sí misma a su debido tiempo’.
La verdad o falsedad de las experiencias de una
persona (la cronología, el procedimiento lógico, y las percepciones exactas de
los sucesos) juega un papel secundario en la metodología de Mack. Plantea que
su ‘criterio para dar crédito a una observación aportada por un abducido
depende, sencillamente, de si el abducido la vivió de una manera real y me la
comunicó a mí sincera y fielmente’. Los hechos juegan un rol limitado en el
momento en que Mack encara un suceso de abducción.
La Dra. Fiore lleva un modelo similar. Ella plantea
que ‘puesto que mi principal preocupación es ayudar a la persona, no es
relevante para mí si, por ejemplo, el paciente me comunica con certeza, o no,
el color de piel del alienígena. Lo que es primordial es que los efectos
negativos de la abducción desaparezcan mediante las sesiones de regresión’.
(1)El
trabajo del Profesor Corrado Malanga tiene otro punto de vista acerca de la
memoria que relatan los abducidos que están bajo estado de hipnosis. Él afirma
que el recuerdo de vidas pasadas tendría que ver con la incorporación, a la
mente de un sujeto abducido, de la ‘memoria’ de otros abducidos ya fallecidos.
Es importante que el lector valore esta otra explicación del fenómeno, cuyo
desconocimiento por parte del Dr. Jacobs justifica su incomprensión de no pocos
de los detalles de las experiencias narradas por algunos abducidos, como
veremos en el caso de Dan. Personalmente, sin obviar la posibilidad de que la
mente del abducido fantasee, creo que la argumentación presentada por Corrado Malanga merece la pena ser tenida en cuenta.
(2)Sentido de la conexión que
la induce a supeditación a los alienígenas.
(3)Nave de la película
‘Aliens’.
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