lunes, 7 de mayo de 2018

La Amenaza - Revelando Secreta Agenda Alienígena (III)


Capítulo IV

The Threat – Revealing the Secret Alien Agenda

Por

Dr. David Jacobs

Fantasías mutuamente confirmadas

Realizar investigación sobre abducciones es excepcionalmente difícil, no sólo a causa de la naturaleza del material con el que se trabaja –y el modo en que se obtiene-, sino porque las satisfacciones que este trabajo ofrece son, habitualmente, nulas. Los principales ‘honores’ que se reciben son ridiculización y desprecio.
Yo creo que cualquiera que ponga su reputación en aventurarse dentro de esta peligrosa área, merece el reconocimiento de aquellos que valoran la búsqueda de la verdad.

A pesar de esto, incluso los más prominentes investigadores, algunas veces, caen en la trampa de las fantasías mutuamente confirmadas.
John Mack, profesor de psiquiatría en la Universidad de Harvard, además de investigador del fenómeno de las abducciones, es un ejemplo de las fantasías que son mutuamente confirmadas. Mack, conocido en todo Estados Unidos como un crítico social y ganador del Premio Pulitzer, quedó fascinado con el fenómeno de las abducciones, allá por 1990, tras atender una conferencia de Budd Hopkins. Rápidamente, Mack reconoció que el fenómeno no era generado en la mente del abducido, sino que, por el contrario, provenía de una realidad externa. Así que, valientemente, emprendió una investigación del fenómeno a gran escala, en detrimento de su carrera en Harvard y a pesar del desprecio de sus colegas.
En su libro de 1994, ‘Abducción: encuentros humanos con aliens’, Mack relata una sesión de hipnosis con una paciente llamada Catherine, en la que unos alienígenas –supuestamente- le mostraron a ella, sobre una pantalla, imágenes de un ciervo, musgo, desiertos, y otras cosas relacionadas con la naturaleza. Después, Catherine observó las pinturas de una tumba egipcia y sintió con certeza que cuanto estaba viendo era ella en una vida anterior.
Entonces, los alienígenas le enseñaron una imagen de pinturas de tumbas con la pintura descascarillada (deteriorada). "Pero entonces era yo la que estaba pintando". Pero en esa encarnación ella era un hombre y presenció esta escena (dijo ella). "Esto tiene sentido para mí... esto no es un truco, es información útil. No están tirando un montón de mierda como todo lo demás." Ahora Catherine sintió que se confirmaba su empeño en un intercambio de información más recíproco.
Mack:

‘Entonces, pedí a Catherine que me contase más sobre esta imagen de ella misma, como pintor en la tumba de una pirámide egipcia. En respuesta a mi pregunta ella me proporcionó un montón de información sobre el hombre, sus métodos (de trabajo) y su medio ambiente. Lo asombroso era el hecho de que Catherine no estaba teniendo fantasías sobre el pintor. Por el contrario, ella era el pintor, y podía ver cosas desde su punto de vista, en lugar de ver desde el punto de vista de un observador ajeno a la escena.’

Catherine continuó ‘recordando’ muchos detalles de la pintura egipcia y su vida pasada. Y al final de la sesión de hipnosis, ella le dijo a Mack que un alienígena le había preguntado si había comprendido el significado de aquella escena del Antiguo Egipto. Entonces, ella se dio cuenta de que ‘todo está conectado, los cañones, los desiertos y los bosques. Uno no puede existir sin lo otro, y ellos, los alienígenas, me estaban mostrando una vida pasada para que me diera cuenta de que yo estaba conectada con eso, y con todas esas otras cosas’. Catherine también se dio cuenta de que estaba conectada a los alienígenas. Resistirse a ellos sólo significaría luchar contra sí misma, por lo cual, no había razón alguna para resistir (1).
Mack no sólo acepto la validez de este ‘diálogo’, sino que también dio por buena la interpretación que Catherine había hecho de todo el asunto. Mas que tratar el episodio completo con extrema cautela y escepticismo, Mack no cuestiona ni la interpretación dada por Catherine sobre su vida pasada, su sentido de la conexión (2), su sensación de que una previa petición de información recíproca fue respondida afirmativamente (por Mack), y la decisión de ella de no resistirse a esa afirmación.
Catherine también le dijo a Mack que ‘ellos (los alienígenas) estaban tratando de que superase el miedo, razón por la que estaban tratando de asuntarme tanto, porque así yo podría, finalmente, enfadarme y superarlo, yendo más allá, hacia cosas más importantes’. Una vez más, Mack da por buena esta conversación y le otorga valor, pidiéndole a Catherine que ‘explique más cómo es que asustándola intensamente conseguiría llevarla a superar el miedo’. Esta es una pregunta que reclama una información que no está dentro del ámbito del testimonio de Catherine. Como era de esperar, ella le dio a Mack una respuesta con los detalles.
El relato de Catherine contiene una vida pasada, ‘diálogo’, intentos –por parte de los alienígenas- de ayudar al abducido, un mensaje sobre el medio ambiente, y crecimiento personal. Para el terapeuta cualificado y diestro en las hipnosis de abducidos, todos y cada uno de los aspectos de este relato deberían ser sospechosos. Catherine pudo haber sido, fácilmente, inducida a un estado disociativo en el cual ella consideró ciertas fantasías internas como si fuesen sucesos que realmente le ocurrieron.
Si las imágenes de la vida pasada en el Antiguo Egipto ocurrieron (en la mente de Catherine), podrían haber tomado forma durante una secuencia imaginaria, y ello automáticamente significa que un procedimiento mental de inculcación estaba en proceso. Algunas veces, los abducidos mezclan procedimientos imaginarios, sueños, y fantasías, como si fueran recuerdos de realidades externas. Su interpretación de esos ‘recuerdos’, a menudo, tienen más que ver con sus sistemas de creencias que con acontecimientos reales. A menos que el terapeuta esté adecuadamente formado en los problemas que esos procedimientos mentales pueden crear, será fácil que caiga en aceptar fantasías como si fuesen realidades. Mack no manifiesta escepticismo acerca de la historia contada por Catherine. Más aún, él admira la ‘clara y concisa composición’ de la narrativa de la abducida.
Hay otros dos terapeutas de abducciones que, como John Mack, caen presa de errores metodológicos. Como parte de una serie de trece regresiones hipnóticas con abducidos, la psicóloga clínica Edith Fiore presenta –en su libro de ‘Encuentros’ (1999)- una larga transcripción de un suceso extraterrestre. Fiore cree que el hecho de relacionar la información, sea ésta real o imaginaria, tiene un valor terapéutico, por tanto, ella está más interesada en saber qué piensan los abducidos sobre lo que han vivido, que en saber qué les ocurrió realmente.
Fiore describe la regresión hipnótica de un paciente llamado Dan, quien ‘recordó’ haber sido miembro de unas Fuerzas Armadas Alienígenas que luchaban contra sus enemigos en otros planetas. Recordaba haber visitado los planetas ‘Deneb’ y ‘Markel’, tomar unas copas con el capitán, así como otros detalles extraordinariamente semejantes a la vida diaria en la Tierra. Cierto día, Dan se encontró a sí mismo de pie en la Cordillera de las Cascadas (Norteamérica), mirando fijamente a los árboles. Era hermoso y calmado. Parecía que Dan había ‘tomado’ el cuerpo de un pequeño niño humano.
Dra. Fiore: ¿Dónde está tu nave?
Dan: Soy un niño. Sin nave ni responsabilidades, sólo un bonito día de verano sin nada que hacer, mas que explorar.
Dra. Fiore: Ahora te vemos como un niño. Voy a preguntarte cómo conectas tú a ese pequeño contigo.
Dan: Somos dos personas distintas. El niño tiene todos los recuerdos. Es como una ‘jubilación’, teniendo la oportunidad de no hacer nada si vives más tiempo. Estar en un lugar precioso.
Dra. Fiore: ¿Cómo llegas tú a ser ese niño?
Dan: Me uní a él en la carretera. Realmente, lo reemplacé.
Dra. Fiore: Ahora vayamos al momento en el que te uniste a él, y hazme saber cómo llegas hasta esa carretera.
Dan: Yo estaba borracho, tremendamente borracho. Fue una buena fiesta… Me despedí.
Dra. Fiore: ¿Qué ocurrió entonces?
Dan: Soy el de hoy. Uno a uno. Elige tu planeta, uno que sea fácil. Todos se ríen.
Dra. Fiore: Dices que estabas borracho…
Dan: La noche anterior. Una resaca horrible.
Dra. Fiore: ¿Dónde te emborrachaste?
Dan: En la nave. Confusión, bebiendo.
Dra. Fiore: ¿Qué clase de nave es esa?
Dan: Clase M. Grande. Un crucero de combate; catorce transbordadores Drop-ship (3). 3.500 personas armadas hasta los dientes.
Este interrogatorio (tal como está planteado por la doctora) confirmó lo que el sujeto (Dan) estaba diciendo y, sutilmente, sirvió para confirmar su autenticidad. Fiore diría más tarde que la información aportada le sirvió a Dan para ‘la mejora de su autoestima, así como una maravillosa y profunda paz mental’. Ella cree que cada una de las experiencias recordadas por los pacientes ‘realmente sucedieron de un modo muy cercano a como ellos las recordaron’. Claramente, este escenario no se asemeja al escenario de abducción tal como lo conocemos, aunque hay algunas similitudes entre ambos, como son los híbridos adultos que, algunas veces, visten uniformes muy parecidos a los militares.
En lugar de enfocarse en un suceso concreto, Fiore salta a nueve diferentes encuentros en su primera sesión hipnótica con Dan, lo cual, en manos de una inexperta terapeuta de hipnosis, puede conducir a unas conclusiones confusas y superficiales.
Además, Dan conoce la respuesta a prácticamente todas y cada una de las preguntas que Fiore le plantea acerca de la vida a bordo de la nave militar. Dicho conocimiento de las respuestas por parte de Dan es, habitualmente, un fuerte indicador de falsa memoria.
Fiore: ¿Existe ahí la homosexualidad?
Dan: Algo.
Fiore: ¿Cómo es percibida?
Dan: Tolerada. No se la observa favorablemente, pero es tolerada.
Fiore: ¿Hay ahí algún problema con los anticonceptivos?
Dan: No.
Fiore: ¿Por qué no?
Dan: Medicamentos, inyecciones.
Fiore: ¿Con cuánta frecuencia os los dan (esos medicamentos)?
Dan: En cada viaje.
Las probabilidades de que el relato de Dan sean fantasías son extremadamente altas. Fiore y Mack estaban cualificados como terapeutas, no como investigadores del fenómeno. Su aproximación a los relatos sobre abducciones es muy diferente de la aproximación llevada a cabo por los investigadores que están orientados empíricamente.
Es importante entender que, a pesar de sus problemas metodológicos, Mack y Fiore, como otros terapeutas de hipnosis, ponen al descubierto muchos de los típicos procedimientos –físicos y reproductivos- que dan forma al núcleo de la experiencia de abducción. No obstante, a causa de su formación profesional, ellos no están particularmente interesados en lo que, realmente, le ha ocurrido al abducido. Para Mack, como para otros muchos terapeutas, investigar en las circunstancias reales y concretas de la experiencia narrada por un cliente, no es la preocupación primordial. Averiguar, exactamente qué es lo que le ocurrió al abducido es menos importante que lo que el cliente cree que le ocurrió. La exactitud y la veracidad del relato es una mínima preocupación. Como afirma Mack: ‘La cuestión de si la hipnosis (u otra no habitual modalidad que pueda ayudarnos a acceder a realidades que están fuera o más allá de la realidad física) revela con precisión lo que literalmente “ocurrió” puede ser inoportuno. Una cuestión más práctica sería si el método de investigación puede producir información que es consistente entre abducidos, y si conlleva convicciones emocionales, y nos sirve para engrandecer nuestro conocimiento de un fenómeno que es importante para las vidas de los abducidos y para una cultura más amplia.’
De este modo, cuando Mack dirige una sesión de hipnosis, lo primero que explica a su paciente es que él está ‘más interesado en la integración (por parte del abducido) de las experiencias recordadas, sobre la marcha, durante el proceso de la terapia, que en “extraer la historia”. La historia se ocupará de sí misma a su debido tiempo’.
La verdad o falsedad de las experiencias de una persona (la cronología, el procedimiento lógico, y las percepciones exactas de los sucesos) juega un papel secundario en la metodología de Mack. Plantea que su ‘criterio para dar crédito a una observación aportada por un abducido depende, sencillamente, de si el abducido la vivió de una manera real y me la comunicó a mí sincera y fielmente’. Los hechos juegan un rol limitado en el momento en que Mack encara un suceso de abducción.
La Dra. Fiore lleva un modelo similar. Ella plantea que ‘puesto que mi principal preocupación es ayudar a la persona, no es relevante para mí si, por ejemplo, el paciente me comunica con certeza, o no, el color de piel del alienígena. Lo que es primordial es que los efectos negativos de la abducción desaparezcan mediante las sesiones de regresión’.

(1)El trabajo del Profesor Corrado Malanga tiene otro punto de vista acerca de la memoria que relatan los abducidos que están bajo estado de hipnosis. Él afirma que el recuerdo de vidas pasadas tendría que ver con la incorporación, a la mente de un sujeto abducido, de la ‘memoria’ de otros abducidos ya fallecidos. Es importante que el lector valore esta otra explicación del fenómeno, cuyo desconocimiento por parte del Dr. Jacobs justifica su incomprensión de no pocos de los detalles de las experiencias narradas por algunos abducidos, como veremos en el caso de Dan. Personalmente, sin obviar la posibilidad de que la mente del abducido fantasee, creo que la argumentación presentada por Corrado Malanga merece la pena ser tenida en cuenta. 
(2)Sentido de la conexión que la induce a supeditación a los alienígenas.
(3)Nave de la película ‘Aliens’.


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