Las apariciones de Fátima
acabarían siendo seis, entre los meses de abril y octubre de 1917. El resultado
físico de aquellas experiencias fue dramático para los niños contactados, que parecían haber perdido
toda su vitalidad y ánimo. Estos síntomas, similares a los experimentados por
los testigos del fenómeno ovni, podrían deberse a la exposición a algún tipo de
radiación electromagnética.
La principal testigo de las
apariciones lusas fue Lucía dos Santos (1907-2005), acompañada de sus primos
Jacinta -7 años- y Francisco Marto, de 9. El 13 de mayo de 1917, en Cova da
Iria, mientras guiaban las ovejas cerro abajo, todo dio comienzo.
En el campo de Fátima se les
aparece una dama vestida de blanco, precedida de unos extraños relámpagos. En
principio no se identifica. Les dice que viene del cielo y que desea que se
acerquen a ese mismo lugar durante los días 13 de los próximos seis meses. Sólo
entonces -les promete- se identificará y desvelará sus pretensiones.
Los niños -curiosos- le
preguntan si ellos irán al cielo, a lo que ella responde afirmativamente, aunque Francisco tendrá que rezar muchos
rosarios para ello. Por entonces, la entidad les pregunta si se comprometen
a soportar sufrimientos que Dios les enviará, como reparación de las ofensas constantes
cometidas contra Él por parte de los pecadores, así como súplica para la
conversión de éstos.
Obsérvese que en este caso
-como ocurriera en apariciones precedentes- el ente pide la conformidad de sus
testigos para llevar a cabo sobre ellos una completa actividad dolorosa,
supuestamente encaminada a la salvación de terceros.
Este factor –el de la
tortura física y psicológica- se repite en muchos casos del contacto con
alienígenas, y podría indicarnos que esos seres precisan de un acto voluntario
de entrega que legitime su posesión corpórea.
Aquella primera aparición en
Cova da Iria acabó cuando los pequeños asintieron y cayeron de rodillas,
alabando a Dios. La dama les exhortó a rezar el rosario diariamente para alcanzar la paz del mundo y el final de
la Primera Guerra
Mundial, conflicto que duraba ya casi tres años. Acto seguido, el ente se
elevó y desapareció. De este modo comenzó la historia de Nuestra Señora de Fátima.
¿En qué consiste el rezo del
rosario?
El rosario en sí -la sarta
de cuentas- podría ser un instrumento que ayudase a sintonizar con los
alienígenas. El rezo, llamado Santo
Rosario, al tratarse de una serie de oraciones invariables, facilita la
concentración de la mente en determinadas emociones, quizá interesantes para
esos seres. El rezo gira alrededor de diversos episodios de la vida de
Jesucristo y su madre. Esa es la fachada, la carcasa física, pero lo importante
es el efecto emotivo en quien se sumerge en el ritual.
El ritual. Comienza con la
anunciación a María de que ha sido elegida para engendrar al Mesías. María
responde que está dispuesta a ser la esclava de su Señor. Acto seguido, el
orador pide por el perdón de los pecados y por no ir al infierno.
Continúa con alabanzas a la Virgen , nueva petición de
perdón de los pecados, y solicitud de no ir derechos al infierno. Le sigue el
breve relato del nacimiento de Jesús, repetición del ruego sobre los pecados y
el ardiente infierno, y la crónica de la presentación del niño Jesús en el
templo; que nos recuerda lo importantes que los varones son para Dios. Acto
seguido se repite la oración que nos permite no olvidar la existencia del
infierno.
La siguiente parte del rezo
está dedicada al cuento del Jesús niño prodigio, que en vez de ser un chaval de
su edad pasa las horas charlando de teología hebrea con los sabios del templo.
De nuevo, somos pecadores y el infierno nos acecha…
Prosigue con el bautismo de
Jesús, pecado-infierno, el primer milagro de Jesús -espléndido, todo sea dicho-,
transformando agua en un vino exquisito. Más advertencias sobre cómo un desliz
conduce directamente a los fuegos del averno, etc, etc, etc… Así transcurren
los rezos, para mayor gloria del inalcanzable Hijo de Dios, y su sumisa madre.
No olvidemos la parte
esencial: ¿Quién, entre los creyentes que rezan el rosario, no querría ser como
María, esclava de su Señor? Sobran
las palabras.
Un mes más tarde de aquella
primera aparición de la Virgen en Portugal, los niños pastores regresaron al
cerro acompañados por varias decenas de personas, todas rezando el rosario. De
nuevo, relámpagos y la dama flotando sobre una encina. En esta ocasión les
comunica que Jesús desea que Lucía sea un instrumento por el cual quiere
establecer en el mundo el culto al Inmaculado
Corazón de María. Quien le dé culto obtendrá la salvación. La alienígena
María quiere esclavos.
En la tercera aparición la
concurrencia ascendió a cuatro mil personas. La dama insistió en la importancia
del rezo diario del rosario como instrumento para que Nuestra Señora del Rosario, única capaz de obsequiar al mundo con
la paz, se remangue y pueda ponerse manos a la obra.
La entidad insiste en no
revelarles su identidad, algo que promete hacer en octubre de 1917 de manera
espectacular. Vuelve a hacer hincapié en la necesidad de sacrificios para
calmar la ira de Dios, enfadado por el desprecio al Inmaculado Corazón de María. (¿Por qué lo llaman Corazón de María cuando quieren decir
Iglesia Católica?)
Se despide mostrando a los
niños una visión aterradora del infierno lleno de almas. Les dice que recen
para salvar a esas almas y para evitar más guerras. Además, les anuncia que
quiere que Rusia sea consagrada a su nombre. Si los seres humanos no cumplen
con este propósito, Rusia esparcirá sus errores por el mundo, causando gran
dolor al Santo Padre y a Dios.
Cuando llega la cuarta
aparición, Lucía le pregunta a la dama qué debe hacerse con cierto dinero
recaudado en el lugar de los encuentros. La entidad le dice que se use para la
fiesta de Nuestra Señora del Rosario, y
para… ¡construir una capilla!
En la quinta aparición, ante
unas treinta mil personas, el ente les anuncia a los niños que para la sexta y
última de las citas previstas, también estarán Jesucristo, Nuestra Señora de los Dolores, Nuestra Señora del Carmen, y San José. ¡La hecatombe!
Por cierto, la entidad
–divinamente sádica- accede a que los niños no duerman con la cuerda de
mortificación atada a la cintura; bastará con que la lleven en sacrificio
durante el día, mientras pastorean duramente, escasos de agua y comida.
13 de octubre de 1917. Unas
setenta mil personas permanecen bajo una copiosa lluvia, cómo no, rezando el
rosario a lo largo y ancho del lodazal. Pero no todas son creyentes.
Allí se han dado cita
curiosos hombres de ciencia, periodistas anticlericales, enviados del gobierno,
etc. Uno de asistentes es el Dr. José María de Proença de Almeida Garrett, hijo
de un profesor de ciencias en la Universidad de Coímbra. Ha acudido para ver el
incumplimiento de la promesa hecha por el ente sobrehumano.
Sin embargo, la dama aparece
y se identifica: Soy la Señora del Rosario, y
quiero que aquí se me construya una capilla.
Los tres niños habían
anunciado, tres meses atrás, que la
Virgen haría ese 13 de octubre –al mediodía- un milagro para que todos creyesen en ella.
Llegó la hora y, aunque
llovía, Lucía dio la orden de que todos los asistentes cerrasen sus paraguas.
Le hicieron caso.
Todo comenzó cuando los
pastorcillos vieron a la entidad salir de un globo luminoso posado sobre un
árbol, para luego dirigirse hacia el interior del sol.
El Dr. Garrett narra lo que
él observó: En el lugar exacto en que
estaban los niños, se levantó una columna de humo, fina, tenue y azulada, que
se elevaba derecha hasta, aproximadamente, dos metros por encima de las
cabezas, disipándose a esa altura. Este fenómeno, observable a simple vista,
duró algunos segundos. Como no registré el tiempo de duración, no puedo afirmar
si fue más o menos de un minuto. El humo se disipó repentinamente y, pasado
algún tiempo, volvió a repetirse el fenómeno una segunda y una tercera vez.
Cesó la lluvia,
desaparecieron las nubes y apareció el disco solar, girando y lanzando rayos
multicolores.
El Dr. Garrett continúa: Pude verlo (el sol) semejante a un disco nítido de luz viva, luminosa y luciente, pero sin
molestar. No me pareció buena la comparación que en Fátima oí hacer, de un
disco de plata opaca. Porque tenía un color más claro, activo y rico, como una
perla… Se sentía que era un astro vivo… Parecía una rueda bruñida cortada en el
nácar de una concha… Maravillosa cosa que pudiera fijarse largo tiempo en el
astro, llama de luz y brasa de calor, sin el menor dolor en los ojos y sin
ningún deslumbramiento en la retina que cegase.
Los testigos (algunos a
veinte kilómetros de distancia, por ejemplo, en la aldea de Alburitel) observaron
un fenómeno físico, lo cual no quiere decir que aquella esfera luminosa que
daba vueltas sobre sí misma, desprendiendo rayos de luz, fuese el sol. La
llamada Danza del Sol fue
fotografiada y publicada en la prensa.
El Dr. Garrett añade: Este disco tenía el vértigo del movimiento.
No era el centelleo de un astro en plena vida. Giraba sobre sí mismo con una
velocidad pasmosa (…) el sol rodeado de llamas muy vivas… tomaba todos los
colores del arco iris… era como un globo de nieve que rodaba sobre sí mismo.
Entretanto, aquel ovni de
color rojizo que se identificaba con el astro rey, comenzó a descender,
sobrevolando a los presentes… Se vivieron momentos de pánico. Las gentes se
echaban a tierra, creyendo que aquel era el fin del mundo.
Sin duda, no se trató de una
alucinación colectiva. ¿Qué fue lo que realmente ocurrió?
Una respuesta es clara: lo
acontecido aquel mediodía en el prado de Fátima fueron artificios que buscan
someter la voluntad de las masas, impresionándolas. Un espectáculo de efectos
especiales que pretende conversión y obediencia, jugando con el pavor vivido
por los testigos.
El periodista Avelino de
Almeida, redactor jefe del anticlerical periódico lisboeta O Século, también fue testigo de lo acontecido. Afirmó: Yo lo he visto... Yo lo he visto...
¿Milagro, como clamaba el pueblo?, ¿fenómeno natural, como dicen los
científicos? Eso no me preocupa en este momento, sino sólo decirte lo que he
visto... Lo demás es asunto para la Ciencia y para la Iglesia.
Como señala Jacques Vallée, los acontecimientos de Fátima incluyen la
aparición de bolas luminosas y resplandores de colores extraños; y una
sensación de oleadas calientes, características todas del fenómeno ovni. El
show había estado a la altura de las expectativas; la revolución rusa lo
merecía.
El 7 de noviembre de 1917,
menos de un mes después de aquel último evento en Fátima, daría comienzo la Revolución de Octubre. Lenin y Trotsky lideran a
las masas contra el poder absolutista del Zar Nicolás II. De aquella
experiencia nacería el primer estado socialista de la historia. Tal vez, esa
fuera la razón por la que la Señora del Rosario había dejado para octubre
su muestra de poder más espectacular. La ocasión lo merecía. Como hemos podido
observar, los alardes de la danza solar
fueron anunciados con meses de antelación (13 de julio), desde el momento en
que la Virgen
deja claro que Rusia es su enemiga.
La entidad aparecida en
Fátima acusa al comunismo, emergente en Portugal, de todos los males habidos y
por haber. No deja de resultar curioso que Arturo Santos, la autoridad civil de
Fátima, fuese un comunista que renegaba de la fe católica.
Es, cuando menos sospechoso,
que la Madre de
Dios se aparezca y no exprese el más mínimo reproche hacia quienes -a
sangre y fuego-, han llevado durante dos mil años el estandarte con el nombre
de su hijo.
Por el contrario, prefiere
promover la reacción hacia los movimientos sociales y políticos que pretendían
liberar al ser humano de la opresión. Nuestra
Señora del Rosario de Fátima no pide autocrítica a sus vicarios, sino que
los respalda y fortalece. ¡Bien callada que ha estado durante cuarenta siglos
de subyugación al género femenino! La mujer, un cero a la izquierda del Padre… y de la Madre , la ególatra Señora del Rosario.
Así fue como un cerro lusitano
en el que pastoreaban tres niños analfabetos, dio paso a un negocio, a un
santuario (coronado con una cruz de 34 metros de altura) visitado por más de
siete millones de personas cada año, que genera un beneficio de cientos de
millones de euros.
Pío XI, devoto de la Virgen , se encargaría de
promover el culto a la aparición de Fátima. Pero, el mayor impulsor de la
veneración mariana fue, sin duda, el anticomunista polaco Juan Pablo II. La
Iglesia Católica siempre a la derecha del Padre.
En 1929, por el Tratado de Letrán, firmados por la Santa Sede y el fascista
Benito Mussolini -Primer Ministro italiano-, se crea el Estado de la Ciudad del Vaticano,
soberano e independiente.
Además, Italia deberá pagar
indemnizaciones económicas al nuevo Estado.
Gracias al Tratado de Letrán, se recuperaba la
residencia veraniega del papa, el Palacio de Castelgandolfo, levantado sobre
las ruinas de la Villa
del emperador Domiciano. Los zorros
tienen cuevas…
El papa Pío XI, satisfecho
por los logros obtenidos, definió a Mussolini como un hombre enviado a nosotros por la Providencia .
La misma Providencia que
evitó que el general Augusto Pinochet rindiera cuentas ante la justicia en 1998.
La providencia vaticana, por
supuesto. La exitosa campaña de apoyo que el Vaticano, vía Opus Dei, desplegó hacia el dictador, entonces detenido en Londres,
para que fuese repatriado a Chile, muestra la desvergüenza de los jerarcas.
Uno de los responsables de
que Pinochet volviera a su país fue el Cardenal Jorge Medina Estévez, prefecto
de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los
Sacramentos. Estévez, entre rezo y rezo por el asesino, reconoció a la
prensa los discretos esfuerzos llevados a cabo para que el sufrido general no
tuviera que responder, ante la justicia, de sus crímenes.
Mi generación todavía
recuerda la imagen del dictador chileno recibiendo el sacramento de la comunión
de manos de Juan Pablo II, allá por 1988. Las nuevas generaciones tienen un
ejemplo más actual de la cercanía de los burócratas de lo sagrado con lo
reprobable, en la ocultación de crímenes sexuales cometidos por parte del
clero.
El escándalo estalló en
2002, cuando se supo que el jefe de la Iglesia Católica de EEUU,
Bernard Law, había protegido durante décadas a los sacerdotes que habían
cometido violaciones. Law hubo de dimitir, y la institución que él representa
se vio obligada a pagar millonarias sumas de dinero a los más de quinientos
afectados por los crímenes. El escándalo de abusos sexuales involucró a más de
mil sacerdotes, en 161 archidiócesis de 177 que hay en el país.
Law marchó a Roma, donde su
jefe –Juan Pablo II- premiaría su conducta de complicidad y silencio. Lo nombró
arcipreste de la Basílica de Santa María Maggiore, donde el viejo zorro cuidó
del rebaño de Cristo hasta que murió en 2017.
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