UAP – LA NECESIDAD DE UNA
APROXIMACIÓN UNIFICADA
Lo que aquí presentamos es
un nuevo marco para el análisis del UAP que tiene en cuenta las lecciones
aportadas por el programa SETI. En cualquier cuestión científica debe ser
posible verificar en qué medida una hipótesis, cuando es testada y se ha
probado como cierta, realmente “explica” los hechos observados.
En el caso del
UAP, de la manera en que, como ocurre generalmente en la física, una hipótesis
bien puede ser comprobada mientras una hipótesis aparentemente contradictoria
también puede ser demostrada como cierta. De este modo, la hipótesis de que un
fenómeno de luz es causado por partículas resulta cierta, pero también es veraz
la hipótesis opuesta, de que un fenómeno de luz viene provocado por ondas.
Debemos estar preparados para el momento en el que estemos en disposición de formular
hipótesis científicas para el UAP, y entonces podría ser que encaremos una
situación similar.
El marco que presentamos
aquí está basado en tal aparente contradicción, porque argumentaremos que el
UAP puede ser teorizado por ambas vías, una física y otra “psíquica”. Esperamos
que ello les resulte estimulante, como un acercamiento unificado a un fenómeno
desconcertante que, innegablemente, presenta ambos efectos: físicos, sugiriendo
que se trata de un aparato tecnológico o nave y, a la vez, efectos psíquicos
reminiscentes de la literatura sobre poltergeists y el fenómeno psicoquinético.
Aquí usamos el término “psíquico” en el sentido de interacción entre la
realidad física y el entendimiento humano. La sensación de absurdez y
contradicción en estos dos aspectos no es peor que el desconcierto científico
ante las controversias de partículas y ondas o, más recientemente,
entrelazamiento cuántico y transportes multidimensionales. La contradicción no
tiene nada que ver con las insuficiencias de nuestro lenguaje a la hora de
entender un fenómeno que desafía nuestros intentos de clasificarlo.
LOS SEIS ESTRATOS DEL ANÁLISIS
DEL UAP
Permítannos considerar las
características de los avistamientos que no pueden explicarse mediante comunes
causas naturales. Podemos reconocer seis grandes estratos, en términos de
nuestra percepción de estas características, tal y como ellas pueden extraerse
de previos trabajos sobre la fenomenología del Fenómeno Aéreo No Identificado (UAP) (Vallee, 1975ª, 1975b) o a
través de la actual base de datos NIDS (United
States the National Institute for Discovery Science).
ESTRATO I: El primero de todos es el estrato
físico, evidente en la mayoría de los informes de un objeto que:
1-OCUPA
UNA POSICIÓN EN EL ESPACIO, CONSISTENTE CON LA GEOMETRÍA
2-SE
MUEVE AL PASO DEL TIEMPO
3-INTERACTÚA
CON EL ENTORNO A TRAVÉS DE EFECTOS TÉRMICOS
4-MUESTRA
LUZ DE ABSORCIÓN Y EMISIÓN DE LAS CUALES PUEDEN ESTIMARSE POTENCIA ENERGÉTICA
5-GENERA
TURBULENCIAS
6-AL
ATERRIZAR DEJA MARCAS Y QUEMADURAS DE LAS CUALES PUEDEN EXTRAERSE CANTIDADES DE
MASA Y ENERGÍA
7-DA
LUGAR A IMÁGENES FOTOGRÁFICAS
8-DEJA
RESIDUOS MATERIALES CONGRUENTES CON LA QUÍMICA TERRESTRE
9-DA
LUGAR A PERTURBACIONES ELÉCTRICAS, MAGNÉTICAS Y GRAVITACIONALES
Por consiguiente, UAP, en un
sentido físico básico, es consistente con una tecnología centrada en una nave
que parece ser hace uso de un revolucionario sistema de propulsión.
ESTRATO II: Ante la falta de un término adecuado, llamaremos a este
segundo estrato, anti-físico. Las
variables son semejantes a aquellas de la categoría previa, si bien éstas
forman patrones que entran en conflicto con aquellas pronosticadas por la
física moderna: objetos explicados como físicos y materiales pero que también
son descritos como:
1-SE
HUNDEN EN LA TIERRA
2-SE
REDUCEN DE TAMAÑO, SE AGRANDAN, O CAMBIAN DE FORMA EN UN SEGUNDO
3-SE
VUELVEN NEBULOSOS O TRANSPARENTE DE INMEDIATO
4-SE
DIVIDEN EN DOS O MÁS NAVES O MUCHAS DE ELLAS SE FUNDEN EN UNA SOLA LENTAMENTE
5-DESAPARECEN
DE UN LUGAR E INSTANTANEAMENTE APARECEN EN OTRO
6-PERMANECEN
VISUALMENTE OBSERVABLES AUNQUE NO HAYAN SIDO DETECTABLES POR RADAR
7-GENERAN
LA PÉRDIDA O DILATACIÓN TEMPORAL
8-PRODUCEN
INVERSIÓN TOPOLÓGICA O DILATACIÓN ESPACIAL (objeto estimado exteriormente
pequeño, pero los testigos observaron que internamente es bastante más grande.)
9-APARECEN
COMO BOLAS DE COLOR INTENSAMENTE BRILLANTES BAJO CONTROL INTELIGENTE
ESTRATO III: Tiene que ver con la psicología
de los testigos y las condiciones sociales que los rodean. Los observadores
humanos tienden a ver el UAP en su entorno habitual y en grupos sociales
normales. Ellos perciben los objetos como algo no convencional, pero tratan de
explicarlos hechos comunes, hasta que se encuentran con la inevitable
conclusión de que lo que han visto es realmente desconocido.
ESTRATO IV: Reacciones fisiológicas
son otro estrato significativo de información. Se ha reportado que el
fenómeno puede causar:
1-SONIDOS
(pitidos, zumbidos, tarareo, silbidos penetrantes/agudos, sonido de brisa,
bramido ensordecedor, sonido de tormenta, etc.)
2-VIBRACIONES
3-QUEMADURAS
4-PARÁLISIS
PARCIAL
5-SENSACIÓN
EXTREMA DE CALOR O FRÍO
6-OLORES
(potentes, dulce o fragancia extraña, huevos podridos, azufre, cáustico,
almizcle animal, etc.)
7-SABOR
METÁLICO
8-ESCOZOR
9-CEGUERA
TEMPORAL
10-SANGRADO
NARIZ Y/O OÍDOS, FUERTE DOLOR DE CABEZA
11-DIFICULTAD
AL RESPIRAR
12-PÉRDIDA
DE VOLUNTAD
13-SOMNOLENCIA
EN DÍAS POSTERIORES
14-NAUSEAS
ESTRATO V: La quinta categoría de los efectos sólo puede etiquetarse como
paranormal, porque involucra una
clase de fenómeno comúnmente encontrado en la literatura de parapsicología,
tales como:
1-IMPRESIÓN
DE COMUNICACIÓN SI CANAL SENSORIAL DIRECTO
2-FENÓMENOS
DE POLTERGEIST: MOVIMIENTOS Y SONIDOS SIN UNA CAUSA ESPECÍFICA ALREDEDOR DE LA
PRESENCIA DEL UAP
3-LEVITACIÓN
DEL TESTIGO O DE OBJETOS Y ANIMALES EN LOS ALREDEDORES
4-MANIOBRAS
DEL UAP APARECEN PREVIAMENTE EN LOS PENSAMIENTOS DEL TESTIGO
5-SUEÑOS
Y VISIONES PREMONITORIAS
6-CAMBIOS
DE PERSONALIDAD QUE PROMUEVEN INUSUALES HABILIDADES EN EL TESTIGO
7-SANACIONES
ESTRATO VI: La sexta categoría podría llamarse cultural. Tiene que ver con las reacciones de la sociedad a los
informes, la forma en que llegan a producirse cada uno de los efectos
secundarios (fraudes, ficción e imaginería de ciencia-ficción, teorías
científicas, encubrimiento o revelación del fenómeno, censura o publicidad en
los medios, sensacionalismo, etc.), así como la actitud de los miembros de una
cultura hacia los conceptos que las observaciones del UAP aparecen como un
reto. El más grande de los impactos del fenómeno ha sido la aceptación general
de la idea de vida en el espacio y, de forma más limitada pero potencialmente
muy significativa, un cambio en el concepto popular de la inteligencia no
humana.
POSIBLE NATURALEZA DE LA
TECNOLOGÍA DEL UAP
Un marco de referencia para
la hipótesis científica de las observaciones del UAP puede construirse en la
identificación (ciertamente muy rudo) de los seis mayores estratos de los
efectos causados por el UAP. Si tuviéramos que formular una vista del problema
en una sola sentencia, concluiríamos que:
Todo funciona como si el UAP fuera el producto de una tecnología
que integra dos fenómenos –físico y paranormal-, así como fundamentalmente,
efectos culturales variables en nuestra sociedad, a través de la manipulación
de los parámetros fisiológicos y psicológicos de los testigos
Esta declaración puede
desarrollarse del siguiente modo:
A) El
fenómeno es producto de una tecnología. Durante la observación, el UAP es un
objeto material, real, físico. En cualquier caso, parece hacer uso de un muy
inteligente engaño o muy avanzados principios físicos, dando como resultado, en
sus efectos, lo que hemos llamado anti-física, la cual debe finalmente ser
reconciliada con las leyes de la física.
B) La
tecnología desencadena efectos paranormales, o bien deliberadamente o como
efecto colateral de sus manifestaciones. Estos fenómenos de percepción son
ahora demasiado comunes como para ignorarlos o relegarlos a la categoría de
hechos erróneamente interpretados. Todos aquellos que hemos investigado de
cerca los avistamientos estamos habituados a estos efectos.
C)
El propósito de la tecnología podría ser la manipulación cultural (es posible,
pero no necesariamente bajo el control de una forma de inteligencia no humana)
en cuyo caso los efectos fisiológicos y psicológicos tienen sentido para tal
fin. Pero la parapsicología dentro de un marco Jungiano podría sostener que el
Inconsciente Colectivo humano es también una potencial fuente de tales efectos,
sin que para ello sea preciso contar con intervención alienígena alguna.
EL PROBLEMA DE LA
INCONMENSURABILIDAD
Estas últimas
consideraciones nos llevan de vuelta al debate del paradigma del programa SETI.
Muchos trabajadores de SETI ahora se dan cuenta de que no podemos ser tan
presuntuosos como para asumir que las culturas extraterrestres, poseyendo una
disparidad cognitiva respecto a nosotros, se comportarían como los humanos del
siglo XXI. Concretamente, no hay razón alguna para restringirlas a la
tecnología basada en las comunicaciones de radio, excluyendo viajes
interestelares o enviando sondas automatizadas. De este modo, el programa SETV
(Búsqueda de Visitas Extraterrestres)/SETI coincide con la ufología radicada en
la Hipótesis Extraterrestre. Ambas están dedicadas a detectar inteligencia no
humana en la tierra o cerca de ella, demostrando que se aleja del “punto de
vista ortodoxo de SETI” y el principio de mediocridad.
La visión de que los
extraterrestres y los humanos podrían tener dichas diferentes maneras de
conceptualizar el mundo y que no puede darse comprensión mutua está referida en
la literatura SETI (Vakoch, 1995; D.A. Vakoch, comunicación privada, 1999) como
el “Problema de la Inconmensurabilidad”. La disparidad cognitiva o el Problema
de la Inconmensurabilidad entre humanos y culturas extraterrestres garantizará
que las segundas desarrollarán unas técnicas de comunicación distintas a las de
radio. Las culturas extraterrestres puede ser que estén enviando señales de
radio u ópticas a la tierra ahora, pero también podrían estar enviando señales
en una variedad de formas como las imágenes holográficas, psíquicas o señales
basadas en otros conocimientos, neutrinos modulados, explosiones de rayos
gamma, agujeros de gusano con rayos cáusticos de luz, señales generadas por
técnicas de lentes gravitacionales, rayos X, señales de tele-transporte
cuántico o algunos efectos teóricos del campo cuántico, etc. El Problema de la
Inconmensurabilidad es la visión de que ninguna especie inteligente puede
entender la realidad son hacer ciertas elecciones metodológicas, y que dichas
elecciones pueden variar de una civilización a otra (Vakoch, 1995). Si las
entidades extraterrestres y las del UAP tienen diferentes biologías y viven en
diferentes entornos respecto a los humanos, puede ser que ellos tengan
distintos objetivos para sus ciencias, y un criterio radicalmente distinto a la
hora de evaluar el éxito de su ciencia. Sus mecanismos de exploración, sus
preocupaciones predictivas, sus modelos de control sobre la naturaleza podrían
ser todos muy diferentes, y sus medios para formular modelos de la realidad
deberían ser, previsiblemente, drásticamente distintos a los nuestros (Rescher,
1985). A este respecto, hay una característica adicional que necesita ser
mencionada, en apoyo a los paradigmas alternativos a SETI. La
descripción/codificación del programa SETI pone el énfasis en imágenes
pictóricas o mensajes, dando por hecho que los extraterrestres comparten la
visión humana de la ortodoxia de SETI (Oliver et al., 1973). Observamos que
este énfasis no es tanto una reflexión de la primacía de la visión en humanos,
sino una reflexión de las asunciones filosóficas sobre el sentido adecuado de
obtener conocimiento. Por consiguiente, la autoselección antropocéntrica viene
a manifestarse dentro de la “ortodoxa perspectiva” de SETI y la Ufología.
Michel Foucault afirma que
la confianza humana en la ciencia está fundamentada en el estudio de las
características visibles de los objetos (Foulcalt, 1966). La creencia de que el
verdadero conocimiento debe adquirirse mediante la vista nació en el siglo
XVII. Este énfasis en la vista conduce a eliminar los otros sentidos como
potencialmente valiosos fuentes de información científica.
Sin ni siquiera evaluar la
cuestión de si las entidades extraterrestres o del UAP pueden “ver”, nosotros
podríamos ser prudentes y no sobreestimar la importancia que las
representaciones pictóricas tendrían para ellos. Lo mismo se puede aplicar a
nosotros respecto a las transmisiones de extraterrestres (ETs) y UAP. Nosotros
podemos ver y obtenemos conocimiento por la vista, pero las señales de ETs y
UAP potencialmente bombardeando la Tierra podrían ser incomprendidas, no
reconocidas o no detectadas porque nosotros no estamos empleando paradigmas que
impliquen nuestras otras modalidades, como el funcionamiento psíquico. Sobre
esto tenemos muchos ejemplos en las interacciones entre humanos de distintas
culturas (Highwater, 1981).
Porque nosotros no tenemos
certeza de la naturaleza de ET/UAP, destinatarios de nuestros mensajes y ellos
no pueden tener certeza de nuestra naturaleza cuando nos están enviando sus
mensajes, a priori, es difícil construir imágenes que serán ambiguas. De algún
modo, los observadores ET/UAP de nuestros pictogramas podrían proyectar
características de propias de sus experiencias como especie dentro de nuestros
mensajes, y ciertamente nosotros proyectamos nuestras propias experiencias como
especie en sus mensajes. Lo anterior podría ser la causa de la escasez de
señales ET (salvo aquellas 100+ señales de radio y señales ópticas que no son
falsos positivos pero tampoco se han repetido por sus fuentes) mientras que lo
segundo podría ser la causa del actual punto muerto en el estudio del fenómeno
UAP.
SEMIÓTICA (Teoría general y
ciencia que estudia los signos, sus relaciones y su significado)
En su análisis del problema
de comunicación del Instituto SETI, el psicólogo Doug Vakoch ha propuesto la
aplicación de semiótica, la teoría general de los signos (D.A. Vakoch,
comunicación privada, 1999), donde un signo es algo que representa algo más, el
significado. Por ejemplo, las palabras “la moneda” podría representar el objeto
que tienes en tu mano.
En mensajes interestelares,
en términos de la teoría clásica de la información, no existe una relación
innata entre la forma del mensaje y el contenido transmitido por el mensaje.
Una vez la información del mensaje ha sido decidida, un medio eficiente de
codificación es buscado. En este acercamiento hay una conexión puramente
caprichosa entre el contenido y la forma del mensaje. Los mensajes basados en
la semiótica tienen un rango más amplio de posibilidades de conectar forma y
contenido. Los semióticos categorizan signos en función de las maneras en que
el signo y el significado están vinculados el uno al otro. En la asociación
entre el signo “la moneda” y su objeto significado, esta relación es puramente
arbitraria. El signo para este objeto perfectamente podría haber sido “el
poofhoffer”. Esta es una asociación enteramente convencional. En semiótica,
cuando la asociación entre el signo y el significado es arbitraria, el signo es
mencionado como un símbolo. Con símbolos, no hay conexión intrínseca entre la
forma de expresión (el signo) y el contenido que es expresado (el significado).
Hay alternativas a la
arbitraria conexión entre signo y significado que son vistas como símbolos. Una
alternativa es el icono, un signo que otorga una semejanza física al
significado. Con iconos, la forma de los mensajes refleja su contenido. Por el
ejemplo, perfil de un hombre en una moneda de 25 centavos es un icono para un hombre
concreto que fue el primer presidente de EEUU. También podemos representar a
ese mismo hombre con el símbolo “George Washington”. En este caso, la imagen de
Washington es un icono porque físicamente refleja el significado. Los iconos
también pueden ser usados cuando el significado es menos concreto. Por ejemplo,
el icono de la balanza de justicia representa el concepto de justicia porque
hay una similitud entre el signo (balanza que equilibra dos pesos) y el
significado (concepto de justicia, el cual implica el equilibrio entre la el
delito y el castigo).
Es también útil darnos
cuenta que los iconos no son exclusivos de la modalidad sensorial visual. Es
posible tener un signo que físicamente refleje el significado de una manera no
visual. Por ejemplo, la mosca Spilomyia
hamifera bate sus alas a una frecuencia muy cercana a la frecuencia de
batir de alas de la peligrosa avispa Dolichovespula
arenaria. Como resultado, cuando una de estas moscas vuela cerca de un
grupo de estas avispas, la mosca obtiene cierta inmunidad ante el ataque de
pájaros come insectos. La imitación que estas moscas hacen de las avispas
sucede dentro de una modalidad auditiva. No es atacada por los que podrían ser
predadores porque suena como si fuese una avispa. Siendo concisos, la
estrategia defensiva de la mosca está fundamentada en generar un icono audible
en el cual el batir de las alas (signo) físicamente se asemeja al batir de alas
de las avispas (el significado) (D.A.Vachok, comunicación privada, 1999).
Iconos pueden funcionar en
cualquier modalidad sensorial. Dado que nosotros no estamos seguros de qué
modalidad sensorial sería la más importante para ETs/UAP, sería preferible
hacer uso de un signo para la comunicación que no esté condicionado a ninguna
modalidad sensorial concreta. En SETI/CETI, la radiación electromagnética es
usada como una representación icónica, permitiendo una comunicación directa de
conceptos (química de la Tierra, organización del sistema solar, ADN humano,
matemáticas, geometría, etc.) sin codificar el mensaje dentro de un formato
específico a una particular modalidad sensorial. En el uso de los iconos, los
recipientes de los mensajes están apuntando directamente hacia el fenómeno de
interés, y no hacia nuestros modelos de estos fenómenos.
Desde una más completa
perspectiva, el signo y el significado están en una triada junto al intérprete
de la relación. De este modo, las similitudes que existen entre un icono y su
referente no existen independientemente de la inteligencia que está percibiendo
la similitud. Aunque en la iconografía hay una conexión natural entre el signo
y su significado, esta conexión no puede existir sin la inteligencia que
observa la conexión. Por último, el problema de la iconografía es que la
similitud está en el ojo del observador. Y porque nosotros desconocemos cómo
son realmente los ETs/UAP, no podemos estar seguros de que lo que a nosotros
nos parece una similitud obvia sea percibida así por parte de una inteligencia
con una biología, cultura e historia distintas, posiblemente originadas en un
universo diferente al nuestro. De tal forma, el juicio de similitud no es
enteramente objetivo, pero está influido por una variedad de factores que
impactan las convenciones de interpretación.
EL UAP Y EL PROBLEMA DE LAS
ABDUCCIONES
El ya mencionado
comportamiento del UAP no es fundamentalmente absurdo. Esta aparente absurdez
es simplemente un reflejo de discordancia cognitiva o Problema de la
Inconmensurabilidad que existe entre los humanos y el fenómeno.
En este caso particular, el
UAP está enviando el mensaje y nosotros somos los receptores. Los mensajes que
ellos nos envían a nosotros son iconos, iconos a la manera del fenómeno y
enviados a nosotros por varias vías sensoriales. La diferencia entre nuestras
respectivas culturas, biologías, modalidades sensoriales, historias, existencia
dimensional, evolución física, modelos de naturaleza y ciencia, etc, es
directamente responsable de nuestra falta de comprensión del fenómeno y su
mensaje. Nosotros no podemos ver lo que el UAP cree que son (icónicas)
similitudes en el mensaje que está destinándonos. Estas manifiestas diferencias
directamente impactan nuestras convenciones de interpretación de una forma tal
que alteran nuestra comprensión de la “similitud” entre el signo y el
significado contenido dentro de los mensajes del UAP, además de alterar nuestra
habilidad para ver y comprender el potencial mensaje.
La diferencia entre las
modalidades sensoriales de las entidades del UAP y los humanos es la
responsable de nuestra incapacidad para detectar adecuadamente el mensaje del
UAP (iconos) y corresponderlos adecuadamente. Esta diferencia puede también
impedirnos una correcta interpretación de lo que sus iconos son en caso de que,
de hecho, los reconociéramos. A este respecto, recordar que nosotros
proyectaremos las experiencias propias de nuestra especie sobre sus iconos
(mensajes) de forma que se manifiesta la aparente absurdez durante la
interacción entre humanos y el UAP.
Los casos de abducción
pueden ejemplificar estos, en el sentido de que las actividades (o escenas)
“absurdas” que se dan en los eventos de abducción podrían ser simplemente un
mecanismo de defensa incónica desarrollado por el UAP para protegerse a sí
mismo de la víctima/sometido en la manera en que la mosca Spilomyia se protege
de ser comido por los pájaros come insectos.
Kuiper (1977) y Freitas
(1980) sugieren que los ETs/UAP visitando la Tierra encontrarían necesario el
ocultarse a sí mismos de nuestros mecanismos de detección hasta que ellos
hubieran evaluado nuestros niveles tecnológicos o amenazas potenciales y
riesgos. Ellos emplearían un programa adaptativo de varios niveles de riesgo
para evitar el peligro. Una acción furtiva de observación como el camuflaje a
través de la imitación, que funciona bien en la naturaleza, podría ser la
técnica elegida por los visitantes del UAP expertos en supervivencia (Stride,
1998). Ejemplos de técnicas de imitación/mimetismo son el UAP entrando en la
atmósfera con la apariencia o trayectoria de un meteoro, o escondido dentro de
una lluvia de meteoros, comportándose como oscuros meteoros sin el distintivo
óptico asociado, oculto dentro de una nube natural o artificial o un satélite
reentrando (a la Tierra), comportándose como pseudo-estrellas quietas,
estacionadas sobre cierta región o mimetizándose con naves de factura humana
(Stride, 1988). Otra posibilidad es que las técnicas de imitación/mimetismo
empleadas para la manipulación de la percepción humana provocando las varias
manifestaciones de “absurdez”, interacciones o escenario asociado con el
encuentro.
CONCLUSIÓN
La ingeniería moderna nos ha
familiarizado con alardes tecnológicos que producen imágenes tridimensionales
con color, movimiento y perspectiva a través de aparatos físicos. Nosotros
especulamos que el UAP es análogo a estos alardes tecnológicos pero utilizados
en un rango más amplio de variables para operar sobre los pensamientos del
testigo y, a través de ellos, sobre la cultura humana. La larga escala del
tiempo y la naturaleza global de los efectos hacen difícil examinar hipótesis
que involucren semejantes efectos culturales.
La ciencia ficción nos ha
familiarizado con el concepto de máquinas (o seres) que proyectan una imagen de
sí mismos que sistemáticamente confunden a los observadores. Uno podría
imaginar que el UAP representa naves físicas equipadas con el sentido de
interactuar con la atmósfera circundante y con los sentidos del observador, de
tal forma en que expresa una falsa imagen de su verdadera naturaleza. Uno
podría razonar que tal objeto podría usar artilugios de microondas para crear
alucinaciones de percepción en los testigos (incluyendo mensajes que son
escuchados por un solo individuo en un grupo).
Incluso con un complejo
esquema semejante, de alguna manera, no logra explicar todos los efectos
reportados y los consiguientes cambios de comportamiento en los testigos de un
encuentro cercano. Debemos asumir algo más, el desencadenante de procesos bien
arraigados dentro de su personalidad. La pregunta que entonces nos surge es:
¿Hasta qué punto son dichos efectos la evidencia de una acción intencionada por
parte de quien opera (el fenómeno)? Para responder a esta pregunta, y para
examinar más completamente la hipótesis de que el fenómeno UAP es de naturaleza
doble, físico y psíquico, necesitamos investigaciones mucho mejores, una gran
subida en la calidad de los datos y un análisis más instruido no sólo del
objeto a describir, sino del impacto de la observación en los testigos y en su
entorno social.
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