sábado, 20 de julio de 2019

Inconmensurabilidad, Ortodoxia y Física de la Alta Extrañeza (II)



UAP – LA NECESIDAD DE UNA APROXIMACIÓN UNIFICADA

Lo que aquí presentamos es un nuevo marco para el análisis del UAP que tiene en cuenta las lecciones aportadas por el programa SETI. En cualquier cuestión científica debe ser posible verificar en qué medida una hipótesis, cuando es testada y se ha probado como cierta, realmente “explica” los hechos observados.
En el caso del UAP, de la manera en que, como ocurre generalmente en la física, una hipótesis bien puede ser comprobada mientras una hipótesis aparentemente contradictoria también puede ser demostrada como cierta. De este modo, la hipótesis de que un fenómeno de luz es causado por partículas resulta cierta, pero también es veraz la hipótesis opuesta, de que un fenómeno de luz viene provocado por ondas. Debemos estar preparados para el momento en el que estemos en disposición de formular hipótesis científicas para el UAP, y entonces podría ser que encaremos una situación similar.
El marco que presentamos aquí está basado en tal aparente contradicción, porque argumentaremos que el UAP puede ser teorizado por ambas vías, una física y otra “psíquica”. Esperamos que ello les resulte estimulante, como un acercamiento unificado a un fenómeno desconcertante que, innegablemente, presenta ambos efectos: físicos, sugiriendo que se trata de un aparato tecnológico o nave y, a la vez, efectos psíquicos reminiscentes de la literatura sobre poltergeists y el fenómeno psicoquinético. Aquí usamos el término “psíquico” en el sentido de interacción entre la realidad física y el entendimiento humano. La sensación de absurdez y contradicción en estos dos aspectos no es peor que el desconcierto científico ante las controversias de partículas y ondas o, más recientemente, entrelazamiento cuántico y transportes multidimensionales. La contradicción no tiene nada que ver con las insuficiencias de nuestro lenguaje a la hora de entender un fenómeno que desafía nuestros intentos de clasificarlo.

LOS SEIS ESTRATOS DEL ANÁLISIS DEL UAP

Permítannos considerar las características de los avistamientos que no pueden explicarse mediante comunes causas naturales. Podemos reconocer seis grandes estratos, en términos de nuestra percepción de estas características, tal y como ellas pueden extraerse de previos trabajos sobre la fenomenología del Fenómeno Aéreo No Identificado (UAP) (Vallee, 1975ª, 1975b) o a través de la actual base de datos NIDS (United States the National Institute for Discovery Science).

ESTRATO I: El primero de todos es el estrato físico, evidente en la mayoría de los informes de un objeto que:

1-OCUPA UNA POSICIÓN EN EL ESPACIO, CONSISTENTE CON LA GEOMETRÍA
2-SE MUEVE AL PASO DEL TIEMPO
3-INTERACTÚA CON EL ENTORNO A TRAVÉS DE EFECTOS TÉRMICOS
4-MUESTRA LUZ DE ABSORCIÓN Y EMISIÓN DE LAS CUALES PUEDEN ESTIMARSE POTENCIA ENERGÉTICA
5-GENERA TURBULENCIAS
6-AL ATERRIZAR DEJA MARCAS Y QUEMADURAS DE LAS CUALES PUEDEN EXTRAERSE CANTIDADES DE MASA Y ENERGÍA
7-DA LUGAR A IMÁGENES FOTOGRÁFICAS
8-DEJA RESIDUOS MATERIALES CONGRUENTES CON LA QUÍMICA TERRESTRE
9-DA LUGAR A PERTURBACIONES ELÉCTRICAS, MAGNÉTICAS Y GRAVITACIONALES

Por consiguiente, UAP, en un sentido físico básico, es consistente con una tecnología centrada en una nave que parece ser hace uso de un revolucionario sistema de propulsión.

ESTRATO II: Ante la falta de un término adecuado, llamaremos a este segundo estrato, anti-físico. Las variables son semejantes a aquellas de la categoría previa, si bien éstas forman patrones que entran en conflicto con aquellas pronosticadas por la física moderna: objetos explicados como físicos y materiales pero que también son descritos como:

1-SE HUNDEN EN LA TIERRA
2-SE REDUCEN DE TAMAÑO, SE AGRANDAN, O CAMBIAN DE FORMA EN UN SEGUNDO
3-SE VUELVEN NEBULOSOS O TRANSPARENTE DE INMEDIATO
4-SE DIVIDEN EN DOS O MÁS NAVES O MUCHAS DE ELLAS SE FUNDEN EN UNA SOLA LENTAMENTE
5-DESAPARECEN DE UN LUGAR E INSTANTANEAMENTE APARECEN EN OTRO
6-PERMANECEN VISUALMENTE OBSERVABLES AUNQUE NO HAYAN SIDO DETECTABLES POR RADAR
7-GENERAN LA PÉRDIDA O DILATACIÓN TEMPORAL
8-PRODUCEN INVERSIÓN TOPOLÓGICA O DILATACIÓN ESPACIAL (objeto estimado exteriormente pequeño, pero los testigos observaron que internamente es bastante más grande.)
9-APARECEN COMO BOLAS DE COLOR INTENSAMENTE BRILLANTES BAJO CONTROL INTELIGENTE

ESTRATO III: Tiene que ver con la psicología de los testigos y las condiciones sociales que los rodean. Los observadores humanos tienden a ver el UAP en su entorno habitual y en grupos sociales normales. Ellos perciben los objetos como algo no convencional, pero tratan de explicarlos hechos comunes, hasta que se encuentran con la inevitable conclusión de que lo que han visto es realmente desconocido.

ESTRATO IV: Reacciones fisiológicas son otro estrato significativo de información. Se ha reportado que el fenómeno puede causar:

1-SONIDOS (pitidos, zumbidos, tarareo, silbidos penetrantes/agudos, sonido de brisa, bramido ensordecedor, sonido de tormenta, etc.)
2-VIBRACIONES
3-QUEMADURAS
4-PARÁLISIS PARCIAL
5-SENSACIÓN EXTREMA DE CALOR O FRÍO
6-OLORES (potentes, dulce o fragancia extraña, huevos podridos, azufre, cáustico, almizcle animal, etc.)
7-SABOR METÁLICO
8-ESCOZOR
9-CEGUERA TEMPORAL
10-SANGRADO NARIZ Y/O OÍDOS, FUERTE DOLOR DE CABEZA
11-DIFICULTAD AL RESPIRAR
12-PÉRDIDA DE VOLUNTAD
13-SOMNOLENCIA EN DÍAS POSTERIORES
14-NAUSEAS

ESTRATO V: La quinta categoría de los efectos sólo puede etiquetarse como paranormal, porque involucra una clase de fenómeno comúnmente encontrado en la literatura de parapsicología, tales como:
1-IMPRESIÓN DE COMUNICACIÓN SI CANAL SENSORIAL DIRECTO
2-FENÓMENOS DE POLTERGEIST: MOVIMIENTOS Y SONIDOS SIN UNA CAUSA ESPECÍFICA ALREDEDOR DE LA PRESENCIA DEL UAP
3-LEVITACIÓN DEL TESTIGO O DE OBJETOS Y ANIMALES EN LOS ALREDEDORES
4-MANIOBRAS DEL UAP APARECEN PREVIAMENTE EN LOS PENSAMIENTOS DEL TESTIGO
5-SUEÑOS Y VISIONES PREMONITORIAS
6-CAMBIOS DE PERSONALIDAD QUE PROMUEVEN INUSUALES HABILIDADES EN EL TESTIGO
7-SANACIONES

ESTRATO VI: La sexta categoría podría llamarse cultural. Tiene que ver con las reacciones de la sociedad a los informes, la forma en que llegan a producirse cada uno de los efectos secundarios (fraudes, ficción e imaginería de ciencia-ficción, teorías científicas, encubrimiento o revelación del fenómeno, censura o publicidad en los medios, sensacionalismo, etc.), así como la actitud de los miembros de una cultura hacia los conceptos que las observaciones del UAP aparecen como un reto. El más grande de los impactos del fenómeno ha sido la aceptación general de la idea de vida en el espacio y, de forma más limitada pero potencialmente muy significativa, un cambio en el concepto popular de la inteligencia no humana.

POSIBLE NATURALEZA DE LA TECNOLOGÍA DEL UAP

Un marco de referencia para la hipótesis científica de las observaciones del UAP puede construirse en la identificación (ciertamente muy rudo) de los seis mayores estratos de los efectos causados por el UAP. Si tuviéramos que formular una vista del problema en una sola sentencia, concluiríamos que:

Todo funciona como si el UAP fuera el producto de una tecnología que integra dos fenómenos –físico y paranormal-, así como fundamentalmente, efectos culturales variables en nuestra sociedad, a través de la manipulación de los parámetros fisiológicos y psicológicos de los testigos

Esta declaración puede desarrollarse del siguiente modo:

A) El fenómeno es producto de una tecnología. Durante la observación, el UAP es un objeto material, real, físico. En cualquier caso, parece hacer uso de un muy inteligente engaño o muy avanzados principios físicos, dando como resultado, en sus efectos, lo que hemos llamado anti-física, la cual debe finalmente ser reconciliada con las leyes de la física.

B) La tecnología desencadena efectos paranormales, o bien deliberadamente o como efecto colateral de sus manifestaciones. Estos fenómenos de percepción son ahora demasiado comunes como para ignorarlos o relegarlos a la categoría de hechos erróneamente interpretados. Todos aquellos que hemos investigado de cerca los avistamientos estamos habituados a estos efectos.

C) El propósito de la tecnología podría ser la manipulación cultural (es posible, pero no necesariamente bajo el control de una forma de inteligencia no humana) en cuyo caso los efectos fisiológicos y psicológicos tienen sentido para tal fin. Pero la parapsicología dentro de un marco Jungiano podría sostener que el Inconsciente Colectivo humano es también una potencial fuente de tales efectos, sin que para ello sea preciso contar con intervención alienígena alguna.

EL PROBLEMA DE LA INCONMENSURABILIDAD

Estas últimas consideraciones nos llevan de vuelta al debate del paradigma del programa SETI. Muchos trabajadores de SETI ahora se dan cuenta de que no podemos ser tan presuntuosos como para asumir que las culturas extraterrestres, poseyendo una disparidad cognitiva respecto a nosotros, se comportarían como los humanos del siglo XXI. Concretamente, no hay razón alguna para restringirlas a la tecnología basada en las comunicaciones de radio, excluyendo viajes interestelares o enviando sondas automatizadas. De este modo, el programa SETV (Búsqueda de Visitas Extraterrestres)/SETI coincide con la ufología radicada en la Hipótesis Extraterrestre. Ambas están dedicadas a detectar inteligencia no humana en la tierra o cerca de ella, demostrando que se aleja del “punto de vista ortodoxo de SETI” y el principio de mediocridad.
La visión de que los extraterrestres y los humanos podrían tener dichas diferentes maneras de conceptualizar el mundo y que no puede darse comprensión mutua está referida en la literatura SETI (Vakoch, 1995; D.A. Vakoch, comunicación privada, 1999) como el “Problema de la Inconmensurabilidad”. La disparidad cognitiva o el Problema de la Inconmensurabilidad entre humanos y culturas extraterrestres garantizará que las segundas desarrollarán unas técnicas de comunicación distintas a las de radio. Las culturas extraterrestres puede ser que estén enviando señales de radio u ópticas a la tierra ahora, pero también podrían estar enviando señales en una variedad de formas como las imágenes holográficas, psíquicas o señales basadas en otros conocimientos, neutrinos modulados, explosiones de rayos gamma, agujeros de gusano con rayos cáusticos de luz, señales generadas por técnicas de lentes gravitacionales, rayos X, señales de tele-transporte cuántico o algunos efectos teóricos del campo cuántico, etc. El Problema de la Inconmensurabilidad es la visión de que ninguna especie inteligente puede entender la realidad son hacer ciertas elecciones metodológicas, y que dichas elecciones pueden variar de una civilización a otra (Vakoch, 1995). Si las entidades extraterrestres y las del UAP tienen diferentes biologías y viven en diferentes entornos respecto a los humanos, puede ser que ellos tengan distintos objetivos para sus ciencias, y un criterio radicalmente distinto a la hora de evaluar el éxito de su ciencia. Sus mecanismos de exploración, sus preocupaciones predictivas, sus modelos de control sobre la naturaleza podrían ser todos muy diferentes, y sus medios para formular modelos de la realidad deberían ser, previsiblemente, drásticamente distintos a los nuestros (Rescher, 1985). A este respecto, hay una característica adicional que necesita ser mencionada, en apoyo a los paradigmas alternativos a SETI. La descripción/codificación del programa SETI pone el énfasis en imágenes pictóricas o mensajes, dando por hecho que los extraterrestres comparten la visión humana de la ortodoxia de SETI (Oliver et al., 1973). Observamos que este énfasis no es tanto una reflexión de la primacía de la visión en humanos, sino una reflexión de las asunciones filosóficas sobre el sentido adecuado de obtener conocimiento. Por consiguiente, la autoselección antropocéntrica viene a manifestarse dentro de la “ortodoxa perspectiva” de SETI y la Ufología.
Michel Foucault afirma que la confianza humana en la ciencia está fundamentada en el estudio de las características visibles de los objetos (Foulcalt, 1966). La creencia de que el verdadero conocimiento debe adquirirse mediante la vista nació en el siglo XVII. Este énfasis en la vista conduce a eliminar los otros sentidos como potencialmente valiosos fuentes de información científica.
Sin ni siquiera evaluar la cuestión de si las entidades extraterrestres o del UAP pueden “ver”, nosotros podríamos ser prudentes y no sobreestimar la importancia que las representaciones pictóricas tendrían para ellos. Lo mismo se puede aplicar a nosotros respecto a las transmisiones de extraterrestres (ETs) y UAP. Nosotros podemos ver y obtenemos conocimiento por la vista, pero las señales de ETs y UAP potencialmente bombardeando la Tierra podrían ser incomprendidas, no reconocidas o no detectadas porque nosotros no estamos empleando paradigmas que impliquen nuestras otras modalidades, como el funcionamiento psíquico. Sobre esto tenemos muchos ejemplos en las interacciones entre humanos de distintas culturas (Highwater, 1981).
Porque nosotros no tenemos certeza de la naturaleza de ET/UAP, destinatarios de nuestros mensajes y ellos no pueden tener certeza de nuestra naturaleza cuando nos están enviando sus mensajes, a priori, es difícil construir imágenes que serán ambiguas. De algún modo, los observadores ET/UAP de nuestros pictogramas podrían proyectar características de propias de sus experiencias como especie dentro de nuestros mensajes, y ciertamente nosotros proyectamos nuestras propias experiencias como especie en sus mensajes. Lo anterior podría ser la causa de la escasez de señales ET (salvo aquellas 100+ señales de radio y señales ópticas que no son falsos positivos pero tampoco se han repetido por sus fuentes) mientras que lo segundo podría ser la causa del actual punto muerto en el estudio del fenómeno UAP.

SEMIÓTICA (Teoría general y ciencia que estudia los signos, sus relaciones y su significado)

En su análisis del problema de comunicación del Instituto SETI, el psicólogo Doug Vakoch ha propuesto la aplicación de semiótica, la teoría general de los signos (D.A. Vakoch, comunicación privada, 1999), donde un signo es algo que representa algo más, el significado. Por ejemplo, las palabras “la moneda” podría representar el objeto que tienes en tu mano.
En mensajes interestelares, en términos de la teoría clásica de la información, no existe una relación innata entre la forma del mensaje y el contenido transmitido por el mensaje. Una vez la información del mensaje ha sido decidida, un medio eficiente de codificación es buscado. En este acercamiento hay una conexión puramente caprichosa entre el contenido y la forma del mensaje. Los mensajes basados en la semiótica tienen un rango más amplio de posibilidades de conectar forma y contenido. Los semióticos categorizan signos en función de las maneras en que el signo y el significado están vinculados el uno al otro. En la asociación entre el signo “la moneda” y su objeto significado, esta relación es puramente arbitraria. El signo para este objeto perfectamente podría haber sido “el poofhoffer”. Esta es una asociación enteramente convencional. En semiótica, cuando la asociación entre el signo y el significado es arbitraria, el signo es mencionado como un símbolo. Con símbolos, no hay conexión intrínseca entre la forma de expresión (el signo) y el contenido que es expresado (el significado).
Hay alternativas a la arbitraria conexión entre signo y significado que son vistas como símbolos. Una alternativa es el icono, un signo que otorga una semejanza física al significado. Con iconos, la forma de los mensajes refleja su contenido. Por el ejemplo, perfil de un hombre en una moneda de 25 centavos es un icono para un hombre concreto que fue el primer presidente de EEUU. También podemos representar a ese mismo hombre con el símbolo “George Washington”. En este caso, la imagen de Washington es un icono porque físicamente refleja el significado. Los iconos también pueden ser usados cuando el significado es menos concreto. Por ejemplo, el icono de la balanza de justicia representa el concepto de justicia porque hay una similitud entre el signo (balanza que equilibra dos pesos) y el significado (concepto de justicia, el cual implica el equilibrio entre la el delito y el castigo).
Es también útil darnos cuenta que los iconos no son exclusivos de la modalidad sensorial visual. Es posible tener un signo que físicamente refleje el significado de una manera no visual. Por ejemplo, la mosca Spilomyia hamifera bate sus alas a una frecuencia muy cercana a la frecuencia de batir de alas de la peligrosa avispa Dolichovespula arenaria. Como resultado, cuando una de estas moscas vuela cerca de un grupo de estas avispas, la mosca obtiene cierta inmunidad ante el ataque de pájaros come insectos. La imitación que estas moscas hacen de las avispas sucede dentro de una modalidad auditiva. No es atacada por los que podrían ser predadores porque suena como si fuese una avispa. Siendo concisos, la estrategia defensiva de la mosca está fundamentada en generar un icono audible en el cual el batir de las alas (signo) físicamente se asemeja al batir de alas de las avispas (el significado) (D.A.Vachok, comunicación privada, 1999).
Iconos pueden funcionar en cualquier modalidad sensorial. Dado que nosotros no estamos seguros de qué modalidad sensorial sería la más importante para ETs/UAP, sería preferible hacer uso de un signo para la comunicación que no esté condicionado a ninguna modalidad sensorial concreta. En SETI/CETI, la radiación electromagnética es usada como una representación icónica, permitiendo una comunicación directa de conceptos (química de la Tierra, organización del sistema solar, ADN humano, matemáticas, geometría, etc.) sin codificar el mensaje dentro de un formato específico a una particular modalidad sensorial. En el uso de los iconos, los recipientes de los mensajes están apuntando directamente hacia el fenómeno de interés, y no hacia nuestros modelos de estos fenómenos.
Desde una más completa perspectiva, el signo y el significado están en una triada junto al intérprete de la relación. De este modo, las similitudes que existen entre un icono y su referente no existen independientemente de la inteligencia que está percibiendo la similitud. Aunque en la iconografía hay una conexión natural entre el signo y su significado, esta conexión no puede existir sin la inteligencia que observa la conexión. Por último, el problema de la iconografía es que la similitud está en el ojo del observador. Y porque nosotros desconocemos cómo son realmente los ETs/UAP, no podemos estar seguros de que lo que a nosotros nos parece una similitud obvia sea percibida así por parte de una inteligencia con una biología, cultura e historia distintas, posiblemente originadas en un universo diferente al nuestro. De tal forma, el juicio de similitud no es enteramente objetivo, pero está influido por una variedad de factores que impactan las convenciones de interpretación.

EL UAP Y EL PROBLEMA DE LAS ABDUCCIONES

El ya mencionado comportamiento del UAP no es fundamentalmente absurdo. Esta aparente absurdez es simplemente un reflejo de discordancia cognitiva o Problema de la Inconmensurabilidad que existe entre los humanos y el fenómeno.
En este caso particular, el UAP está enviando el mensaje y nosotros somos los receptores. Los mensajes que ellos nos envían a nosotros son iconos, iconos a la manera del fenómeno y enviados a nosotros por varias vías sensoriales. La diferencia entre nuestras respectivas culturas, biologías, modalidades sensoriales, historias, existencia dimensional, evolución física, modelos de naturaleza y ciencia, etc, es directamente responsable de nuestra falta de comprensión del fenómeno y su mensaje. Nosotros no podemos ver lo que el UAP cree que son (icónicas) similitudes en el mensaje que está destinándonos. Estas manifiestas diferencias directamente impactan nuestras convenciones de interpretación de una forma tal que alteran nuestra comprensión de la “similitud” entre el signo y el significado contenido dentro de los mensajes del UAP, además de alterar nuestra habilidad para ver y comprender el potencial mensaje.
La diferencia entre las modalidades sensoriales de las entidades del UAP y los humanos es la responsable de nuestra incapacidad para detectar adecuadamente el mensaje del UAP (iconos) y corresponderlos adecuadamente. Esta diferencia puede también impedirnos una correcta interpretación de lo que sus iconos son en caso de que, de hecho, los reconociéramos. A este respecto, recordar que nosotros proyectaremos las experiencias propias de nuestra especie sobre sus iconos (mensajes) de forma que se manifiesta la aparente absurdez durante la interacción entre humanos y el UAP.
Los casos de abducción pueden ejemplificar estos, en el sentido de que las actividades (o escenas) “absurdas” que se dan en los eventos de abducción podrían ser simplemente un mecanismo de defensa incónica desarrollado por el UAP para protegerse a sí mismo de la víctima/sometido en la manera en que la mosca Spilomyia se protege de ser comido por los pájaros come insectos.
Kuiper (1977) y Freitas (1980) sugieren que los ETs/UAP visitando la Tierra encontrarían necesario el ocultarse a sí mismos de nuestros mecanismos de detección hasta que ellos hubieran evaluado nuestros niveles tecnológicos o amenazas potenciales y riesgos. Ellos emplearían un programa adaptativo de varios niveles de riesgo para evitar el peligro. Una acción furtiva de observación como el camuflaje a través de la imitación, que funciona bien en la naturaleza, podría ser la técnica elegida por los visitantes del UAP expertos en supervivencia (Stride, 1998). Ejemplos de técnicas de imitación/mimetismo son el UAP entrando en la atmósfera con la apariencia o trayectoria de un meteoro, o escondido dentro de una lluvia de meteoros, comportándose como oscuros meteoros sin el distintivo óptico asociado, oculto dentro de una nube natural o artificial o un satélite reentrando (a la Tierra), comportándose como pseudo-estrellas quietas, estacionadas sobre cierta región o mimetizándose con naves de factura humana (Stride, 1988). Otra posibilidad es que las técnicas de imitación/mimetismo empleadas para la manipulación de la percepción humana provocando las varias manifestaciones de “absurdez”, interacciones o escenario asociado con el encuentro.

CONCLUSIÓN

La ingeniería moderna nos ha familiarizado con alardes tecnológicos que producen imágenes tridimensionales con color, movimiento y perspectiva a través de aparatos físicos. Nosotros especulamos que el UAP es análogo a estos alardes tecnológicos pero utilizados en un rango más amplio de variables para operar sobre los pensamientos del testigo y, a través de ellos, sobre la cultura humana. La larga escala del tiempo y la naturaleza global de los efectos hacen difícil examinar hipótesis que involucren semejantes efectos culturales.
La ciencia ficción nos ha familiarizado con el concepto de máquinas (o seres) que proyectan una imagen de sí mismos que sistemáticamente confunden a los observadores. Uno podría imaginar que el UAP representa naves físicas equipadas con el sentido de interactuar con la atmósfera circundante y con los sentidos del observador, de tal forma en que expresa una falsa imagen de su verdadera naturaleza. Uno podría razonar que tal objeto podría usar artilugios de microondas para crear alucinaciones de percepción en los testigos (incluyendo mensajes que son escuchados por un solo individuo en un grupo).
Incluso con un complejo esquema semejante, de alguna manera, no logra explicar todos los efectos reportados y los consiguientes cambios de comportamiento en los testigos de un encuentro cercano. Debemos asumir algo más, el desencadenante de procesos bien arraigados dentro de su personalidad. La pregunta que entonces nos surge es: ¿Hasta qué punto son dichos efectos la evidencia de una acción intencionada por parte de quien opera (el fenómeno)? Para responder a esta pregunta, y para examinar más completamente la hipótesis de que el fenómeno UAP es de naturaleza doble, físico y psíquico, necesitamos investigaciones mucho mejores, una gran subida en la calidad de los datos y un análisis más instruido no sólo del objeto a describir, sino del impacto de la observación en los testigos y en su entorno social.






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