jueves, 25 de julio de 2019

Cinco argumentos contra la teoría extraterrestre (I)


5 ARGUMENTOS CONTRA
LA TEORÍA EXTRATERRESTRE


Five arguments against the
Extraterrestrial Theory

Una publicación para la Sociedad
para la Exploración Científica
(Journal of Scientific Exploration)
-  1990 –
Presentado en la Octava Conferencia Anual de la Sociedad para la Exploración Científica, Boulder, Colorado, junio 1989.

Unas palabras de advertencia


En ciencia, cada teoría tiene que ser testada y la siguiente cuestión debe ser investigada: ¿Cuáles son los hechos que la nueva teoría necesita explicar o las contradicciones que ha de superar para que sea aceptada?
La teoría del origen extraterrestre de los OVNIS nunca ha sido sometida a semejante examen, por lo que prosigue el escepticismo de la comunidad científica.

En este documento he tratado de mostrar que aspectos considerables del fenómeno no fueron incluidos por la teoría extraterrestre, al menos en su forma simplista, la cual supone que los objetos son naves espaciales de una raza de alienígenas de otro planeta, llegados a la Tierra allá cuando la Segunda Guerra Mundial.
Este documento NO es, como equivocadamente ha sido asumido a menudo, un intento de desacreditar la existencia de los OVNIS, ni afirma que el fenómeno no podría ser extraterrestre. Dicha hipótesis aún debe ser tenida en cuenta, si bien no es la única ni la más interesante, científicamente hablando.
A fin de que sea válida, cualquier explicación del origen extraterrestre de los OVNIS debe explicar, al menos, la serie de cinco hechos que aquí descritos. Haciéndolo se abrirían ricas y nuevas avenidas para la investigación.

Jacques Vallee

5 ARGUMENTOS CONTRA
EL ORIGEN EXTRATERRESTRE
DE LOS OVNIS

Abstracto
La opinión científica, generalmente, ha seguido a la opinión pública en la creencia de que los ovnis o bien no existen (Hipótesis del Fenómeno Natural), o de hacerlo, deben representar la evidencia de que somos visitados por parte de alguna avanzada raza de viajeros espaciales, Hipótesis Extraterreste (ETH). En opinión de este autor la investigación de los ovnis no necesita ser reducida a esas dos opciones. Muy al contrario, la base de datos acumulados prueba varios patrones que tienden a indicar que los ovnis son reales, representan un fenómeno previamente no reconocido, y que los hechos no apoyan el concepto frecuente de los visitantes espaciales. He aquí cinco elocuentes argumentos que contradicen la ETH: 1- Inexplicados encuentros cercanos son, de lejos, más numerosos de los que se precisan para un estudio físico de la Tierra. 2- La estructura del cuerpo humanoide de los presuntos “aliens” no es como cabría esperarse con origen en otro planeta y no está biológicamente adaptado para el viaje espacial. 3- El comportamiento reportado en miles de informes de abducciones contradice la hipótesis de experimentación genética o científica en humanos por parte de una raza avanzada. 4- La extensión del fenómeno a través de los registros de la historia humana demuestran que los ovnis no son un fenómeno contemporáneo. 5- La aparente habilidad de los ovnis para manipular el espacio y el tiempo sugiere, radicalmente, diferentes y ricas alternativas, tres de las cuales son esbozadas como conclusión de este documento.

Hipótesis Inicial

Durante los últimos 40 años hemos observado el constante desarrollo de un grupo de fenómenos aéreos generalmente mencionados Objetos Volantes No Identificados / ovnis. Tras un breve intento por explicar los informes en términos de prototipos secretos (Hipótesis de la Tecnología Avanzada), dos grandes explicaciones han captado la atención del público, los medios de comunicación y los científicos. Esas dos teorías son la Hipótesis del Fenómeno Natural y la Hipótesis Extraterrestre (ETH).
Una gran mayoría de la comunidad científica, que normalmente ignora los datos observados excepto aquellos que publica la prensa popular, continúa defendiendo la Hipótesis del Fenómeno Natural. Afirma que todos los informes pueden ser explicados por una combinación de errores de observación, clásicos fenómenos atmosféricos y objetos de origen humano; todo, posiblemente combinado con delirios psicológicos, irrelevantes en física. Concluye que no hay obtención de nuevos conocimientos más allá del estudio especializado de las observaciones por parte de científicos profesionales, quizás, con la excepción de mejoras marginales en cuanto a la documentación de algunos estados alterados de la percepción.
Una mayoría del público y la casi totalidad de los investigadores ovni han apoyado la ETH. Bajo esta hipótesis, los ovnis son artefactos físicos controlados por seres inteligentes de otros planetas, los cuales han estado visitando la Tierra como parte de un estudio científico que comenzó durante la Segunda Guerra Mundial, de forma muy semejante a como nosotros exploraríamos entornos planetarios remotos. En esta interpretación del fenómeno, este estudio incluye en reconocimiento de sitios estratégicos, la recolección de minerales y muestras de plantas, así como la sofisticada interacción con los humanos y formas de vida animal presentes en el planeta.
El reciente interés en informes de testigos abducidos ha contribuido a que muchos investigadores de ovnis consideren como evidencia convincente que tales visitantes extraterrestres están llevando a cabo una serie de intervenciones biológicas diseñadas para obtener muestras de tejidos humanos y fluidos corporales, ocupados en experimentos de hibridación con fines genéticos.

Desafíos

Una lenta pero constante acumulación de minuciosos informes y la continua investigación de viejos casos hace posible examinar estas hipótesis contra una cada vez mayor y documentada base de datos.
La Hipótesis del Fenómeno Natural no sale bien parada a través de esos exámenes. Muchos informes son bastante concretos en cuanto a parámetros físicos y biológicos, provenientes de un análisis de la interacción entre el fenómeno y el medio ambiente. Una presentación hecha por Velasco en SSE Conference (1989) apuntó que no menos del 38% de los casos estudiados por el CNES (Centro Nacional de Estudios Espaciales, equivalente francés de la NASA) han fallado al ser identificados en términos de efectos naturales (Velasco, 1989).
Las interacciones medioambientales más habitualmente informadas incluyen abrasión, quemaduras y efectos en plantas, animales y humanos. El trabajo de Velasco y Bounias en Trans-en-Provence (presentado para publicación) es un buen ejemplo. Al igual que la reciente investigación realizada en Brasil, la cual será parte de un próximo informe de trabajo de campo, dirigida privadamente por este autor durante los últimos 10 años (Vallee en prensa; un sumario de los estudios brasileños también fue presentado en el encuentro de MUFON 1989 en Las Vegas, Nevada). El fenómeno observado efectos de radiación sin que la causa se encuentre en la combinación de causas conocidas, físicas y psicológicas.
Al mismo tiempo, como quiera que sea, encontramos que la ETH, también está siendo desafiada cada vez más por los nuevos patrones que los investigadores están descubriendo. Cinco grandes contradicciones merecedoras de un especial examen serán estudiadas en este documento. Tienen que ver con la sorprendentemente alta frecuencia de encuentros cercanos, con la descripción fisiológica de los “ocupantes”, con los contenidos de los informes de abducciones, con la extensión histórica del fenómeno, y con el comportamiento físico de las naves reportadas. Analizaremos estos cinco puntos de uno en uno, y después propondremos nuevas hipótesis intentando tener en cuenta estas objeciones.

Argumento Uno: Frecuencia de encuentros cercanos

Hace aproximadamente 20 años, cuando fue recopilado el primer catálogo de informes de encuentros cercanos (Vallee, 1969) me sorprendí al descubrir que contenía 900 entradas, mucho más allá de las expectativas de la mayoría de los investigadores de la época. Con la creciente atención actual puesta en esta categoría de avistamientos, las listas de encuentros cercanos inexplicados han crecido más allá de este catálogo previo. Los cálculos alcanzan entre 3 mil y 10 mil casos actuales, dependiendo del criterio que usemos. Nosotros hacemos una estimación moderada de 5 mil casos. Este sobresaliente número de casos puede y debe ser usado como un reto para la Hipótesis Natural del fenómeno: Si los ovnis fueran simplemente un peculiar efecto atmosférico, como una descarga de plasma, la mayoría de los casos que aún permanecen sin identificación podrían ser contabilizados por tener en cuenta los correspondientes patrones. También debería enfatizarse que aquí no estamos interesados en la apariencia general de los ovnis en el cielo, sólo en los encuentros cercanos, aquellos episodios dramáticos en los cuales los testigos describen un fenómeno inmediatamente cercano a ellos. Aún, el mismo argumento puede también ser usado contra la Hipótesis Extraterrestre del fenómeno (ETH): Es difícil afirmar que exploradores espaciales necesitarían aterrizar 5 mil veces en la superficie de un planeta para llevar a cabo su estudio, tomar muestras de flora y fauna y crear un mapa completo. Mientras la ETH podría, quizás, contar por los 923 aterrizajes reportados en nuestra recopilación de 1969, la teoría no puede ser sostenida a día de hoy. Tampoco la cantidad de 5 mil es una buena estimación. Numerosas indicaciones se unen para mostrarnos que sólo uno de cada diez casos es realmente reportado. Así las cosas, el número de encuentros cercanos que necesitamos explicar es del orden de 50 mil. Esto sin contar el hecho de que la abrumadora mayoría de nuestras fuentes están en Europa, América y Australia. Es lógico asumir que el fenómeno es mundial, y que nos estamos perdiendo la verdadera magnitud del problema, al menos por un factor de dos. Esto nos conduce a una cifra de cien mil eventos.
Si permaneciéramos esperanzados en una estricta interpretación de la Hipótesis Extraterrestre, incluso esta enorme cifra todavía sería una infraestimación del número real de aterrizajes ovni. ¿No deberíamos asumir que exploradores extraterrestres aterrizarían en nuestro planeta sin tener en consideración la presencia de testigos humanos? De hecho, Poher y yo encontramos (usando una base de datos independiente) que la distribución geográfica de los encuentros cercanos indica un patrón de evitación de centros poblados, con una incidencia mayor de aterrizajes en desiertos y áreas sin viviendas (Poher & Vallee, 1975). Si seguimos esta línea de razonamiento, entonces sería prudente multiplicar nuestra cifra por un factor de 10 para tener en cuenta el elevado porcentaje de escasa población sobre las tierras densamente pobladas. Esto colocaría nuestra estimación en un millón de aterrizajes que deben ser explicados. En otras palabras, si los testigos humanos estuviesen equitativamente distribuidos sobre la superficie de la tierra, y si estos testigos informaran de cada encuentro cercano que ellos observaran, la base de datos global constaría de un millón de casos.
Esta cifra no tiene en cuenta otro importante patrón en el fenómeno, su carácter nocturno. Este patrón, publicado por primera vez en 1963 muestra que no hay una diferencia significativa entre los casos más antiguos y los más recientes, e incluso produce la misma distribución cuando es analizada una muestra muy homogénea de casos previamente no informados de una región (Poher & Vallee, 1975).
La Tabla 1 muestra la frecuencia de encuentros cercanos como una actividad en tiempo local diario para tres diferentes y no coincidentes muestras reunidas por el autor, nombradas (A) Catálogo Internacional de 362 casos anteriores a 1963: (B) Catálogo Internacional de 375 casos durante el período 1963-1970; y (D) 100 casos ocurridos en España y Portugal.


En esas curvas puede observarse que el número de encuentros cercanos es muy bajo durante las horas diurnas. Comienza a incrementarse sobre las 17:00 horas, alcanzando su máximo sobre las 21:00. Entonces, comienza a decrecer continuadamente hasta llegar a la 1:00 de la madrugada, cuando empieza, de nuevo, a incrementarse hasta alcanzar un segundo pico máximo sobre las 3:00 de la madrugada, para regresar al bajo nivel diurno sobre las 6:00 de la mañana.
Una vez este panel fue publicado otros investigadores llevaron a cabo sus propios estudios, que condujeron a resultados semejantes. En particular Merritt (1977), trabajando para los Expedientes UFOCAT de Saunders, encontró que los casos que incluían efectos electromagnéticos, marcas físicas e informes sobre ocupantes de las naves, tenían un pico elevado sobre las 21:00 horas y una media diurna baja. Los informes que hablan de ocupantes aparecen en un segundo pico que ronda las 3:00 de la madrugada (Tabla 2).


La investigadora Jenny Randles (1981) condujo su propio estudio de 223 casos procedentes de los expedientes de dos grupos británicos, y halló un patrón similar de alta actividad nocturna con un pico elevado en la noche y un segundo pico antes del amanecer.
Los informes sobre abducciones, en cualquier caso, mostraron un máximo alrededor de la medianoche (Tabla 3).


Dado semejante patrón estable estamos obligados a preguntar, ¿cómo sería el panel de la distribución horaria si tuviésemos un número constante de potenciales testigos? En otras palabras, si la gente no se fuera a descansar llegada la noche. Nos podemos acercar a la respuesta si tomamos la distribución media de población al aire libre en función de la hora del día (Szalai, 1972) y computando una “deconvolución” (operaciones matemáticas empleadas en restauración de señales para recuperar datos que han sido degradados por un proceso físico que puede describirse mediante la operación inversa a una convolución) contra la curva de avistamientos reportados. Esta operación genera una curva de actividad que se eleva constantemente a través de la noche alcanzando un pico sobre las 3:00 de la madrugada. También muestra que el número total de eventos reales debería ser 14 veces más de la cifra del fenómeno observado. Esto nos da un total estimado de 14 millones de aterrizajes en 40 años, si nos adherimos de forma estricta a la Hipótesis Extraterrestre (ETH).
La cuestión a responder es: ¿Qué objetivos podrían tener los visitantes extraterrestres en nuestro planeta que requiere que aterricen 14 millones de veces?
Deberíamos tener presente que la superficie de la Tierra es claramente visible desde el espacio exterior, a diferencia de Venus u otros cuerpos planetarios envueltos en una atmósfera densa.
Además, nosotros hemos radiodifundido información sobre todos los aspectos de nuestras variadas culturas en forma de radio por la mayor parte del siglo XX y en por medio de televisión por los últimos treinta años, de manera que la mayoría de los parámetros sobre nuestro planeta y nuestra civilización pueden ser fácilmente obtenidos por métodos técnicamente remotos y discretos. La recolección de muestras físicas requeriría aterrizajes, pero también podría ser llevado a cabo con unas pocas y cuidadosas misiones dirigidas, del tipo de nuestros experimentos con la sonda Viking en Marte. Todas estas consideraciones parecen contradecir la Hipótesis Extraterrestre del fenómeno (ETH).


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