Inconmensurabilidad,
Ortodoxia y Física de la Alta Extrañeza
Un Modelo de 6 Estratos para
analizar el Fenómeno Anómalo
Por
Jacques
Vallée & Eric W. Davis
Basado en la ponencia
presentada en el Foro “Ciencia, Religión y Consciencia”, en la Universidad Fernando Pessoa, Porto,
Portugal (24 octubre 2003)
Jacques Vallée tiene un
doctorado en Ciencias Informáticas. Eric Davis tiene un doctorado en Física.
Ambos son miembros consultivos del National
Institute for Discovery Science, Las Vegas, Nevada.
Reseña
El argumento principal
presentado en este documento científico es que el estudio continuado del Fenómeno Aéreo No Identificado (UAP en
inglés) puede ofrecer un teorema de
existencia(1) para nuevos modelos de la realidad física. El actual
paradigma SETI y su “asunción de la mediocridad” pone limitaciones a las formas
no humanas de inteligencia que podrían ser investigadas. Un prejuicio similar
lo tenemos en la hipótesis frecuentemente expuesta por los ufólogos, de que si
el UAP es real debe representar a visitantes espaciales.
Observando que ambos modelos
están predispuestos por el antropomorfismo, Vallée y Davis tratan de clarificar
las cuestiones que rodean las observaciones de “Alta Extrañeza”, extrayendo de
ellas seis estratos de información que pueden derivarse de eventos UPA, a
saber: (1) Señales físicas, (2) Efectos que contradigan leyes de la física, (3) Factores psicológicos, (4) Factores fisiológicos, (5) Consecuencias psíquicas y (6) Consecuencias culturales. En un
posterior paso nos proponen un marco de trabajo para el análisis del Fenómeno Aéreo No Identificado que tiene
en consideración la inconmensurabilidad del problema.
(1)En matemáticas, un teorema
de existencia es un teorema con un enunciado que comienza 'existe(n)...', o más
generalmente 'para todo x, y,...existe(n)...'. Esto es, en términos más
formales de lógica simbólica, es un teorema con un enunciado involucrando el
cuantificador existencial.
EL RETO DE LA ALTA EXTRAÑEZA
El estudio racional de los
casos reportados de Fenómeno Aéreo No
Identificado (UAP) actualmente está en un punto muerto. Esta situación
tiene mucho que ver con el estado incompleto de nuestros modelos de la realidad
física, como ocurre con la complejidad de la información. Entre los
científicos, una primera objeción hacia la realidad de los eventos UAP, surge
cuando los testigos, sistemáticamente, informan de objetos que se comportan de
una manera aparentemente absurda que “posiblemente no puede” ser relacionado
con un fenómeno real, ni bajo condiciones extremas.
Los escépticos insisten en
que inteligentes visitantes extraterrestres, simplemente, no harían las
payasadas que se les atribuye en la literatura. Este argumento puede ser
criticado por antropocentrista, por ser selectivo en la observación resultante
de nuestro limitado punto de vista, como Homo Sapiens del siglo XXI, tratando
de trazar conclusiones sobre la naturaleza del universo. No obstante, la alta
extrañeza de numerosas informaciones debe ser reconocida.
Defensores de la realidad de
UAP, en la otra mano, generalmente afirman que la Hipótesis Extraterrestre (ETH, en inglés), centrada en viajeros
interestelares provenientes de fuera del Sistema Solar, visitando la Tierra, es
la explicación más plausible para los objetos y entes asociados con ellos. Este
argumento, de nuevo, puede ser cuestionado sobre la base del testimonio de los
propios testigos. Los ufólogos han estado, de forma sistemática, ignorando o
minimizando los informes en que el comportamiento aparentemente absurdo del UAP
pone en entredicho la ETH, extrayendo de manera selectiva aquellos datos que
mejor cumplían con sus propósitos o su versión de la ETH. Sin embargo, la ETH,
al igual que el argumento de los escépticos, se fundamenta en la selección
antropocéntrica (Vallée, 1990). En dicho caso, estamos presenciando una
interesante coincidencia entre los paradigmas SETI y UAP: cada uno deja fuera
del estudio al otro cuando ambos claman por la legitimación de sus respectivas
investigaciones en pos del contacto con una potencial inteligencia no humana.
A juicio de los autores, las
actuales hipótesis no son lo suficientemente extrañas como para dar explicación
a los hechos en que se manifiesta el fenómeno, y el debate sufre de la falta de
información científica. De hecho, desde la perspectiva de la Física moderna,
nuestro Vecindario Cósmico podría abarcar otros universos (paralelos),
dimensiones extra-espaciales y otras dimensiones temporales más allá del común
espacio-tiempo de 4 dimensiones que reconocemos. Y tales aspectos podrían
conducir a explicaciones racionales para los aparentemente “incomprensibles”
comportamientos de quienes visitan nuestro percibido continuo espacio-tiempo. La Física moderna, tal y como intenta
reconciliar la teoría con las propiedades observadas de las partículas
elementales, y con los descubrimientos en la frontera de la cosmología, sugiere que la humanidad aún no ha
descubierto todas las facetas del universo, por lo que debemos proponer nuevas
teorías y experimentos con el objetivo de explorar esos aspectos desconocidos. Eso es por lo que el sistemático estudio de
informes de eventos UAP es importante: Podría aportarnos un teorema de
existencia para nuevos modelos de la realidad física.
Mucho de lo que se ha
avanzado recientemente en conceptos cosmológicos, ya es aplicable al problema
UAP: Ahora, los agujeros de gusano
transitables (túneles tridimensionales hipersuperficiales) han sido
obtenidos de la Teoría General de la
Relatividad de Einstein (Morris and Thorne, 1988; Visser, 1995). En
concreto, se ha demostrado que la Teoría
General de la Relatividad de Einstein, en modo alguno limita la topología
del espacio-tiempo; lo cual permite a los agujeros de gusano proporcionar
conexiones transitables entre zonas de dos universos separados, o entre
espacios remotos (y/o tiempos), dentro del mismo universo.
Matemáticamente, también
puede ser demostrado que los agujeros de gusano de dimensiones superiores,
pueden aportar conexiones hipersuperficiales entre espacios multidimensionales
(Rucker, 1984; Kaku, 1995). Recientes programas de gravedad cuántica han
explorado esta propiedad en la Teoría de
Cuerdas, junto con propuestas para, teórica y experimentalmente, examinar
espacios extra-dimensionales a escala macroscópica (Schwarschild, 2000) En
consecuencia, ahora es ampliamente conocido que la naturaleza de nuestro
universo es mucho más compleja que lo presagiado por las investigaciones basadas
en la selección antropocéntrica. A este respecto, ufólogos e investigadores del
programa SETI parecen estar luchando en una batalla interna. Ambos sufren de
las mismas limitaciones cosmológicas que trasladan a sus respectivos campos y
al de su antagonista.
EL SESGO ANTROPOCÉNTRICO EN LOS
PARADIGMAS DE SETI Y UAP
Los prejuicios
antropocéntricos en el programa SETI son evidentes en el actual paradigma de
investigación. Históricamente, los fundadores del programa definieron cuál
sería el paradigma de investigación sobre la base de una serie de complejos
argumentos y asunciones que condujeron al establecimiento de un “ortodoxo punto
de vista de SETI” de la comunicación interestelar, mientras aplica el “principio
de mediocridad”(2) a nuestras
conocidas capacidades tecnológicas (Oliver et al.,1973)
(2)
En astronomía, el
principio afirma que no existe nada intrínsecamente especial acerca de la
Tierra y, por ende, tampoco del ser humano. En consecuencia, el principio de
mediocridad predice que la vida extraterrestre debe ser relativamente común en
el universo, porque las condiciones que han originado la aparición de la vida y
de la inteligencia en nuestro planeta deben darse también en un gran número de
otros planetas.
Esta aproximación fue
afirmada sobre la idea de que era más económicamente barata y tecnológicamente
más sencilla de generar y recibir ondas de radio de fotones por parte de
señales interestelares, en lugar de establecer viajes interestelares tripulados
o pruebas robóticas. En realidad, esto último fue considerado económica y
tecnológicamente improbable dentro del “ortodoxo punto de vista de SETI”. Esto
nos conduce a 4 décadas de programa SETI siguiendo un dominante
radio/microondas (RMW) orientado a la estrategia de búsqueda.
Dados los fallos de este
acercamiento inicial, en las dos últimas décadas, se han propuesto programas
alternativos al SETI. El aprovechamiento coherente del láser óptico/IR
(COSETI), señales holográficas y planes mundiales de detección, así como ideas
para la búsqueda de artefactos ETI (SETA, o astroarqueología) y pruebas de
visitación (SETV, V=visitación) en el Sistema Solar o en la Tierra (Tough,
2000).
Existen nuevas propuestas de
planes de búsqueda basadas en la aplicación de alta energía (de partículas),
como rayos de neutrinos ajustados, rayos X, rayos gamma, y rayos cósmicos, etc.
Otros proyectos de búsqueda propuestos proponen buscar excesos de emisiones de
radiación artificialmente generadas por parte de cuerpos astronómicos en el
espacio, o la búsqueda del rastro de naves espaciales de alta energía agotadas
(G. Matloff, comunicación personal, 1998).
Estos nuevos programas han
estado en desacuerdo con el dominante programa RMW-SETI, posiblemente por el
hecho de tener que compartir recursos o competencias con otros programas que no
fueran RMW (Radio Micro Wave), por la muy limitada financiación disponible para
toda la investigación SETI.
La comunidad de
investigadores del Fenómeno Aéreo No
Identificado (UAP en inglés) se dirige también según su propia ortodoxia
(conforme a sus principios), la cual sólo se ve rota por el gran riesgo
personal de quienes proponen un punto de vista fuera de lo normal; y también
por parte de su propio “principio de mediocridad”, cuando se intenta
categorizar o hacer hipótesis explicativas del fenómeno. Por esta razón
nosotros preferimos usar el término UAP, en vez del más común, OVNI, el cual es
inmediatamente asociado en la mente del público y los medios de comunicación
con la idea de visitantes espaciales. Todavía es posible alzar un puente entre
las dispares comunidades SETI y ufológica, sólo si ambas reconocieran un simple
hecho: Ningún experimento puede
distinguir entre el fenómeno manifestado por visitantes interestelares
(arbitrariamente avanzados) ETI, y entidades inteligentes que puedan existir
cerca de la Tierra -dentro de un universo paralelo o en dimensiones diferentes,
o quienes son (terrestres) viajeros en el tiempo-.
Cualquiera de estas
interesantes posibilidades puede ser manifiesta a través de la aplicación del
principio físico del agujero de gusano
(“traversable”/viajable) dado que teóricamente conectan dos universos
diferentes, dos lugares espaciales remotos, tiempos diferentes y dimensiones
(Davis, 2001). Agujeros de gusano viajables son sólo uno de los ejemplos de las
nuevas herramientas de la física que están al disponibles o en el horizonte de
lo posible al considerar viajes interuniversales, interestelares,
interdimensionales o en el tiempo.
Esto conduce a los presentes
autores a especular que puede hallarse una nueva síntesis mediante la
examinación del contexto integral del UAP, incluyendo sus aparentes
características absurdas, en términos de un modelo de seis estratos.
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