(Originalmente
publicado en 2007)
PNAC (Proyecto para un Nuevo Siglo Americano)
Es
una organización no estatal -nacida en 1997- que promueve el liderazgo mundial
norteamericano para el siglo XXI, a través del poderío militar, la eficacia
diplomática y la rectitud moral (familia blanca, perrito y jardín con
barbacoa). Entre sus creadores, directores y demás miembros, encontramos a
la élite republicana más influyente, muchos de los cuales son completos
desconocidos para el común de los mortales, pero que han sido ungidos con
cargos nacidos de la Era
Reagan , enlazados con la OTAN , la banca, el sionismo, el petróleo, Yale y
Harvard.
Entre sus
miembros más conocidos están Richard Cheney, Paul Wolfowitz, Jeb Bush,
Rumsfeld, Richard Perle, Richard Armitage (constantemente vinculado al
Departamento de Defensa. Trabajó para Reagan) y James Woolsey (ver luego
escándalos de torturas en Irak). Escuchar una declaración de Woolsey es recibir
pistas de por dónde irán los tiros (nunca mejor dicho) en un futuro bélico.
La llegada a La Casa Blanca de Bush
Jr. abrió las puertas a unos cuantos de los honorables miembros de la PNAC. Y con su llegada se
puso en acción la agenda que estos intelectuales del imperio habían
confeccionado para el resto del mundo.
PNAC presentó en
septiembre de 2000 un manifiesto llamado Reconstruyendo
las defensas de América: Estrategias, fuerzas y recursos para un nuevo siglo.
En este documento se muestran las claves precisas que debiera utilizar el
gobierno de Washington, para hacer realidad que el resto del mundo disfrute de
las bondades que ofrece el estar bajo su tecnológico-feudal dominio, para lo
que su liderazgo debe ser indiscutible en tierra, mar, aire, espacio y
ciberespacio.
Y
nadie como la PNAC
está más atento a lo que sale de la boca de Israel, no en vano, sus propósitos
–fruto de la doble lealtad- se complementan… El 18 de noviembre de 2004, el
jefe de los servicios secretos israelíes, Deir Dagan, advierte que Irán es la
gran amenaza que vive Israel desde 1948. Evidentemente, empieza a preparase un
terreno que necesita abono…
Por
cierto, el
Estado sionista de Israel sólo puede existir –a juicio de sus propios
profetas- cuando su ética está supeditada a la Ley de Dios. Sin cumplimiento
de Su Ley no hay derecho para re-crear Israel, y así lo denuncian muchos judíos
israelíes en la actualidad. La naturaleza del sionismo es étnica, pero no por
ello dejó de aprovechar las raíces religiosas para exigir el regreso a una
tierra que sólo podían ocupar los judíos si se cumplían con la Torah.
Los sionistas vulgarizaron su condición judía, excluyendo
cualquier vínculo de responsabilidad con los condicionantes espirituales que
permitieran el acceso a la creación del nuevo estado, y el control total sobre
Jerusalén.
En 2003,
dirigiéndose a un grupo de estudiantes, James Woolsey describe la Guerra
Fría como la Tercera Guerra Mundial, y dice sobre el presente
escenario: ‘Esta Cuarta Guerra
Mundial, yo creo, será considerada como más larga que las dos primeras’.
El tipo dice que
esta guerra actual es contra tres enemigos muy bien definidos. A saber: El Irán
de los fundamentalistas, los “fascistas” de Irak y Siria, y los extremistas
islámicos de Al Qaeda. Ante una audiencia de trescientos escolares, Woolsey
advirtió que durante los próximos años, tal vez décadas, mucha gente se va a
poner nerviosa por lo que EEUU va a hacer en Oriente Medio...
‘Las compañías
petroleras de Estados Unidos y Reino Unido, entre las que se encuentran Exxon
Mobil, Chevron Texaco, BP, y Royal Dutch Shell consideran que el único modo de
no perder el liderazgo mundial en el mercado, es a través de la invasión de
Irak, por lo que están entusiasmadas ante las opciones de guerra de Washington.’
(Europa
Press, 12 de febrero de 2003)
La Caída de Irak
Las
campañas de EEUU en Oriente comenzaron con la invasión de Afganistán. Allí derrocaron a sus antiguos aliados, los
talibanes. Desde entonces, W. Bush estuvo intimidando a sus hijos, como buen
Saturno que es, con constantes amenazas de posibles atentados terroristas por
parte de los malos de la película… Sin embargo, el ántrax era de fabricación
propia y la alarma ante la posible explosión de una bomba nuclear en Chicago
fue en vano; nadie derribó colosales puentes, ni explosionó túneles o metros.
¿Extraño, no? Tantas supuestas amenazas para nada. Nunca la guerra psicológica
sobre su propia población civil fue tan descarada.
Después
vino la invasión de Irak. Aquello no fue una guerra. No. Fue una planificada
humillación en toda regla. Una partida amañada. Diferente habría sido jugar al
póquer con los norcoreanos. Me gustaría saber cuál sería la reacción del común
ciudadano estadounidense si tropas de decenas de países se paseasen a sus
anchas por Hollywood, Washington o Disneyland…
El
11 de octubre de 2002, el Senado y Congreso EEUU dan plenos poderes a Bush para
invadir Irak. Sólo una semana después, el Nobel de la Paz 2002, Jimmy Carter dice: ‘Bush está en la cama con Israel’(1).
La definitiva luz
verde a la invasión de Irak vino tras la alianza de marzo de 2003 en la isla
‘Tercera’ (¿alusión a la
Tercera Guerra Mundial?) de las Azores. Maticemos: la
isla Tercera, antes llamada Jesucristo…
La
guerra ya está diseñada, y Tony Blair dice sobre su apoyo a Bush: ‘Estamos dispuestos a pagar nuestro tributo de sangre’.... de eso es
de lo que va todo esto, de sangre ritualísticamente derramada.
El
presidente de EEUU consiguió, como nadie, polarizar la realidad. Por supuesto,
él es caudillo de los buenos, aunque unos pocos se atrevan a hablar de su
dañado cerebro después de abusar del alcohol y otras sustancias durante más de
veinte años. Sus mentiras harían sonrojarse al propio Nixon, que ya es decir.
Su mesiánica y narcisista personalidad lo llevó a sentirse seguro con su rápida
victoria en Afganistán.
Fue entonces
cuando Aznar aludió al
histórico apoyo de los EEUU hacia Europa durante la Segunda
Guerra Mundial,
para justificar su decidido apoyo a la invasión.
Sin
embargo, Francia y Alemania no están dispuestos a ponérselo fácil a los
estadounidenses. Sus razones (entiéndase, económicas) se disfrazan de
pacifismo. Y como era de esperar, el cerebro de Bush, por la boca de Dick
Cheney, aludió a la rancia y olvidadiza Vieja
Europa, que fue salvada del nazismo y parece carecer de gratitud.
El
17 de marzo de 1955 salieron a la luz pública unos documentos secretos
pertenecientes al presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt, el primer ministro
británico Winston Churchill y el soviético Stalin, durante la conferencia de
los vencedores sobre los nazis, en Yalta, Ucrania, febrero de 1945. En dichos
documentos los líderes americano y soviético acuerdan excluir a Francia y al
general De Gaulle de toda negociación de posguerra. De Gaulle era el líder de Francia Libre, la resistencia francesa;
su contribución a la victoria es así considerada como insignificante por los
otros dos aliados. Además, en los documentos se alude a cierto brindis de Roosevelt
a la salud del dictador Stalin, a quien invitó a fusilar a los 50.000 oficiales
alemanes presos por los comunistas. Así como la conformidad de Churchill a la
exigencia soviética de crear un ‘muro’ de países satélites comunistas entre los
que está Polonia(2).
Cuando
se estaban ultimando los preparativos de la invasión de Irak, el secretario de
Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld, abrió la boca para decir: “La guerra durará seis días, tal vez seis
semanas, pero no seis meses”(3). Sí, ya ven, 666, el sello de la Bestia.
20
de marzo de 2003. Comienza la guerra y el mundo se echa a la calle. Millones de
personas colapsan las ciudades de los cinco continentes con el grito de ‘No a la Guerra ’.
Nadie
les hará caso. La invasión no era una opción más, sino la única intención en
las podridas mentes de las élites.
Pero
contrariamente a lo anunciado por los gringos, los iraquíes no los recibieron
como en Bienvenido Mr. Marshall. Nada
extraño, después de todo, según Bob Nichols(4), activista norteamericano por la energía limpia, en el país
invadido se ha desarrollado una radiación armamentística de uranio empobrecido
equivalente a 250 mil bombas atómicas como la usada en Nagasaki. De ser así, escandaloso.
El
día 1 de mayo de 2003 escuchamos el discurso de Bush desde el portaaviones SS Lincoln: la guerra de Irak ha
terminado oficialmente. Sin embargo, desde entonces hasta noviembre del mismo
año se habrá superado el número de bajas de la guerra. Irak comienza a
mostrarse como un nuevo Vietnam. El país está sumido en el caos.
Y
las armas de destrucción masiva no aparecen por ningún lado. Se dijo que
estaban en el país, no lejos del Tigris y el Eufrates, luego en medio de los
mares, en barcos piratas (cierto que se dijo, no se rían); al no hallarse, se sugirió
que tal vez en una nación vecina… Bien, habrá que esperar a volver a la Luna. Puede que el
tirano de Bagdad las escondiese allí, en vez de usarlas cuando sus tierras
fueron brutalmente invadidas. Nunca lo sabremos.
Quede
para la memoria que nos quieren robar, que dos meses antes de la guerra, Hans
Blix(5), el Jefe de los Inspectores de la ONU en Irak, había afirmado
que no hay motivos para declarar una guerra contra ese país. Un mes antes,
el Secretario General de la ONU ,
Kofi Annan, ha argumentado de igual modo que no hay razón alguna para dar ese
paso.
Pronto,
la calma desaparece de los señores de la guerra, que ven como sus proyectos pacifistas en Oriente Medio no salen
adelante a sólo seis meses de las elecciones en las que Bush se la juega. Tal
es así que Ashcroft, responsable de Justicia de La Casa Blanca , advierte
que los terroristas ya están ultimando nuevos planes de apocalíptica
destrucción en el solar patrio. ¡Que miedo! Todo sea por la reelección y por
cerrar las bocas de los antipatriotas
que desvelan el trabajo sucio realizado en las lejanas provincias imperiales;
como el cineasta Michael Moore, quien hace campaña contra los lobos
neoconservadores en su documental Fahrenheit 9/11, en la que por cierto,
iba a aparecer Nick Berg, a quien presentaré en breve, y que tiene el triste
honor de haber sido la primera víctima de una serie de decapitaciones que tienen
lugar en el marco de la Guerra
de Irak.
El
12 de diciembre de 2003 Bush anuncia que no se darán contratos para la
reconstrucción iraquí a los países que no formaron parte de la coalición
invasora: ‘Es muy simple. Nuestra
gente arriesgó sus vidas. La gente de otros países amigos arriesgaron sus vidas
y, por lo tanto, eso es lo que van a reflejar los contratos.’
Estas
declaraciones no deben sonar extrañas; el exdirector de la CIA ya advirtió más de un año
antes, que el petróleo iraquí sería para quienes apoyasen la invasión. Una de
las empresas beneficiarias de los contratos será Halliburton (primer
suministrador mundial de petróleo), hasta hace poco tiempo relacionada con
Cheney, que fue su presidente.
Los símbolos
Como
hemos visto en otros artículos, todas las cosas materiales encierran un
contenido, una esencia metafísica que se ve representada a través de elementos
palpables. Un buen ejemplo de ello lo tenemos en las banderas nacionales, a
través de las cuales nace el sentimiento de identificación, no estrictamente
con el lugar donde uno vive, sino con algo más amplio como una nación. En
realidad las naciones engloban a millones de personas diferentes, como
diferentes son sus culturas e identidades, sin que eso suponga, en la mejor de
las ocasiones, un motivo de enfrentamiento interno. Pero sea como fuere, una
bandera encierra única y exclusivamente, sentimientos irracionales con los que
se trata de crear –artificialmente- una identidad común. Y es por medio de ese
lazo sentimental con la bandera, por el cual los pueblos se unen o enfrentan
entre sí. He ahí el valor de un símbolo.
Es
curioso observar cómo se siente un ciudadano cuando un artista o deportista
patrio es galardonado en el extranjero. Como si el premio obtenido fuese un
poco de todos... de todos los que estén detrás de esa bandera. Se crea una
especie de comunión entre el representante y sus compatriotas, que en el fondo,
no es más que una pueril manifestación de cómo nuestras emociones son
maleables. He ahí, de nuevo, el valor de un símbolo.
Este
extremo se advierte más aun, cuando un individuo de un determinado país no es
aceptado en el extranjero. Entonces, el blando y dócil sentir de una masa de
millones de personas, se une a aquel individuo ofendido, haciendo de la ofensa
una cuestión que oficialmente agravia al conjunto.
Por
suerte, este modo de conducta comunitaria no se refleja solamente en cuestiones
triviales, sino que se muestra en asuntos más serios y preocupantes. Lo vimos
durante las horas y días posteriores al 11-M, cuando en un ejemplo de unidad
con las víctimas de la tragedia, muchos millones de personas se echaron a la
calle.
Y
he ahí, en la calle, otro símbolo. Salieron a manifestarse simbólicamente, no a
‘cazar’ o enfrentarse físicamente con los criminales. Pero esas calles tomadas
por riadas interminables de gentes de todas las edades, representaban la ira y
la identificación de nosotros mismos, con los fallecidos en Madrid. Así que, en
la práctica, aquellas manifestaciones, como otras que se repitieron en muchas
capitales del mundo, no tenían como finalidad el poner fin a un terror que no
estaba en nuestras manos evitar allí.
Los
que creyeron en su capacidad para evitar la repetición de semejante tragedia,
lo hicieron en las urnas del día 14, optando por un gobierno que había
prometido sacar a España de una guerra que sospechábamos injustificada. Por si
fuera poco, el engaño de unas conexiones entre el tirano iraquí y la red Al
Qaeda, y las inexistentes armas de destrucción masiva, los que decidimos
legítimamente por la salida de los militares españoles del país ocupado,
tuvimos que escuchar durante meses las acusaciones provenientes de
personalidades periodísticas, dirigentes políticos y algún pequeño aspirante a
estadista mundial, de que la salida de España del conflicto era un gigantesco
error que pagaríamos, no ya con más sangre derramada a manos terroristas, sino
con el abandono de EEUU a nuestra propia suerte. Las dos supuestas
consecuencias de nuestra retirada de Irak se colocaban en el mismo lado de la
balanza, como si, traicionados por el subconsciente, otorgasen el mismo
maléfico poder vengativo a ambos.
Abu Ghraib, el padre del cuervo
En
la película Algunos hombres buenos (originalmente,
A few good men), dos abogados
militares (interpretados por Tom Cruise y Demi Moore) tienen el difícil
cometido de defender a dos marines acusados del homicidio de un compañero,
William Santiago. Los hechos se produjeron durante su permanencia en la base de
Guantánamo, Cuba, bajo la autoridad del coronel Nathan R. Jeseep, magníficamente
interpretado por Jack Nicholson.
Los
acusados dicen haber seguido órdenes del coronel, como castigo a Santiago por
haber infringido el código de honor del cuerpo de Marines. Los dos abogados se
las verán difíciles para demostrar que la decisión de matar a Santiago no fue
una determinación espontáneamente tomada por los dos acusados, sino dictada
desde arriba.
El
Coronel Jessep, un verdadero monstruo que actúa con absoluta impunidad desde su
feudo cubano, se mantiene frío e impasible durante todo el proceso, logrando
que no existan pruebas para su incriminación en los hechos, pero su
temperamento acabará haciéndole perder el control y reconocer que el ‘código
rojo’ por el que se ordenaba ejecutar a Santiago, fue ordenado por él. Cuando
es detenido vocifera: ‘Vosotros,
jodida gente, no tenéis ni idea de cómo se defiende una nación’.
Trece
años después de que Aarón Sorkin escribiese el guión definitivo de la película,
los hechos allí narrados han tomado una importante relevancia. Por desgracia
para los iraquíes, unas imágenes habrían de mostrarnos la clase de caballeros
andantes que eran los que ocuparon Bagdad.
Cuando
en mayo de 2004 aparecieron las fotos de la prisión iraquí de Abu Ghraib, en
las que se veía a estadounidenses vejando, violando, y asesinando a iraquíes
indefensos, no se escuchó a un ex presidente español, que antes dijo sentirse
avergonzado de la legítima decisión gubernamental de dejar territorio iraquí,
clamar por los derechos más elementales de los presos que allí aparecían. No
hubo llamadas a La Casa
Blanca para pedir explicaciones o hacer reproches, ni carta
suya en diarios afines, mostrando la más mínima indignación. Atrás quedaron los
días en que Aznar tenía la sagrada misión de poner en práctica las leyes que el
Mesías le dictaba desde el Tabernáculo de Washington. En cambio, sí que hubo un
viaje suyo a la capital del imperio para entrevistarse con los dos máximos
responsables de aquella vergüenza, aunque se evitó que aquello quedara impreso
en imágenes.
‘Nadie será sometido a torturas ni a penas o
tratos crueles, inhumanos o degradantes.’
Artículo 5 de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos.
Y
es que, para quien no se haya dado cuenta aun, estamos en plena guerra de
imágenes. Por eso, lamentando los hechos que aparecen reflejados en aquellas
horribles fotografías, bendigo su publicación, gracias a la cual una parte más
de la verdad sale a la luz, junto a las mentiras antes expuestas. E insisto en
que su aparición en los medios es bendita, porque las prácticas que en las
fotos hemos visto se realizaban también en Afganistán (en Bagram y Kandahar) y
Guantánamo, pero no lo sabíamos con certeza.
Las
instantáneas de torturas sobre presos iraquíes (luego supimos que también había
niños) tomadas en la cárcel de Abu Ghraib, cerca de Bagdad, son cientos, según
ha reconocido el Pentágono. En ellas hay desde palizas (algunas hasta la
muerte), hasta sodomización, tortura, y desnudez, algo que es especialmente
humillante en la cultura árabe. Uno de los detenidos ya liberados dijo a la CNN que prefería ser apaleado
a verse desnudo ante otros presos.
Detrás
de lo que hemos visto en las imágenes hay algo más que simples e ignorantes
soldados de la América
más profunda dando rienda suelta a sus instintos más crueles.
Al
menos dos empresas privadas de seguridad contratadas por el Pentágono están a
cargo de los interrogatorios a los detenidos. Estos mercenarios serían, según
denuncian los abogados de los soldados implicados, los que estaban a cargo de
los interrogatorios y los que ordenaban los métodos a seguir.
La
investigación militar menciona dos empresas estadounidenses contratadas para colaborar
en el trabajo sucio: Titan Corporation, con sede en
California, y CACI International Inc’.
Uno
de los representantes legales de los acusados por malos tratos dice: ‘Sabemos que CACI y Titan
contribuyeron con interrogatorios, que llevaron adelante su tarea en nombre de
EEUU, e interactuaron con guardias de la policía militar en la prisión.’
El
periodista de The Independent y
corresponsal de guerra, Robert Fisk, fue de los primeros en hablar del brutal
trato de las tropas británicas a los iraquíes, por lo que la aparición de las
imágenes de Abu Ghraib no le cogió por sorpresa.
En
su artículo La conexión israelí en las
torturas a iraquíes(6), Fisk se
despacha a gusto hablando sobre las dos empresas de ‘seguridad’ antes
mencionadas. De CACI dice que su
presidente visitó las instalaciones de un campo de instrucción antiterrorista
en Israel, donde fue atendido por el ministro de Defensa de Sharon. El viaje de
ese empresario estaba auspiciado por la élite israelí en EEUU (dice que también
el director de Titan colabora con un
grupo perteneciente a esa élite), y en él también estaban presentes otros
contratistas vinculados con el Pentágono, motivados por estrechar lazos de
colaboración entre empresas del sector, léase: mercenarios. De ahí, la
coincidencia entre el modus operandi
(privación de sueño, desnudez, vejación y golpes, etc) de israelíes y
estadounidenses(7).
Fisk
dice al respecto: ‘No es ningún
secreto que el Pentágono pidió a Israel que le informara acerca de sus “normas
sobre su nivel de implicación” vigentes en los territorios ocupados de
Cisjordania y Gaza. Los responsables israelíes han asesorado al respecto a sus
homólogos estadounidenses y, según Associated Press, “en los meses de
enero y febrero de 2003 las fuerzas armadas israelíes y norteamericanas se
entrenaron conjuntamente en el desierto de Neguev, en el sur de Israel”.
Israel, asimismo, ha recibido la visita de agentes de las fuerzas de seguridad
estadounidenses, para formarles en técnicas de contraterrorismo.’
¿Quién
pone las bombas?
Por cierto, Fisk, curtido tras sus más de treinta
años de corresponsalías internacionales, especialmente en Oriente (incluye en
su currículo tres entrevistas a Ben Laden), es de la opinión(8) de que el clima de guerra civil en Irak está siendo creado más allá de
las diferencias naturales entre chiíes y suníes. Fisk habla de escuadrones de
la muerte que trabajan para el gobierno iraquí. A este asunto se adjuntan las
supuestas acciones terroristas de agentes occidentales encubiertos; tenemos, al
menos, el reporte de un mercenario
estadounidense, contratado en labores de seguridad de contratistas, que en
marzo de 2006 fue detenido con un coche con explosivos mientras conducía por
Tikrit después del toque de queda.
Los más sorprendente hasta el momento lo ha dado a
conocer la CNN(9), que informa de la extraña detención de dos
soldados británicos en Basora…
Los hechos oficiales: El 19 de septiembre de 2005
dos hombres, miembros de las SAS (fuerzas especiales de élite),
convenientemente disfrazados con atuendo árabes (pelucas incluidas),
fueron arrestados por la Guardia Nacional
iraquí por conducir un vehículo cargado de armas y explosivos, y disparar
contra agentes iraquíes (matando a uno e hiriendo a otro) cuando fueron
interceptados en un control de carretera. Los mandos británicos negociaron con
los iraquíes la liberación de los detenidos, pero no hubo acuerdo. Luego,
saltándose la soberanía de las autoridades de Basora, los ingleses optaron por
una solución a lo Rambo: el asalto –vía helicópteros, tanques y decenas de
soldados de su Graciosa Majestad- de la comisaría en la que se creía
permanecían retenidos los dos británicos. No estaban allí, sino en una casa
cercana, de donde fueron liberados.
Exactamente un mes después del incidente de los
disfrazados de Basora llegó una nueva y sorprendente noticia(10): Dos soldados estadounidenses, disfrazados de árabes, son
detenidos en al-Ghazaliyah, un barrio de Bagdad, después de que trataran de
colocar un coche bomba. Los dos hombres fueron detenidos cuando trataban de
escapar; a los pocos minutos de la detención llegaron al lugar tropas de EEUU
que se llevaron a los supuestos terroristas. ¿Propaganda antiamericana? ¿Hechos
veraces y aislados? ¿Recuerdan Gladio? El historiador Eric Hobsbawm, nos
hará memoria(11): ‘El grupo secreto armado de orientación anticomunista, que, desde
que su existencia fuera revelada por un político italiano en 1990, se conoció
con el nombre de Gladio (la espada), se creó en 1949 para
prolongar la resistencia interna en varios países europeos tras la ocupación
soviética, si ésta llegaba a producirse. Sus miembros eran armados y pagados
por los Estados Unidos, entrenados por la CIA y por fuerzas secretas y especiales
británicas, y su existencia se ocultó a los gobiernos en cuyos territorios
operaban, con la excepción de un número limitado de personas. En Italia, y tal
vez también en otras partes, estaba constituido originalmente por fascistas que
las potencias del Eje habían dejado como núcleo de resistencia y que luego
fueron revalorizados por su condición de fanáticos anticomunistas. En los años
setenta, cuando se disipó el temor de una invasión del ejército rojo, incluso
en el seno del servicio secreto norteamericano, los “gladiadores” encontraron
un nuevo campo de actividad como terroristas de derechas, en ocasiones
haciéndose pasar por terroristas de izquierdas.’
La
tenebrosa acción de Gladio se vio
renovada, allá los primeros años de la década de los setenta, por la bendición
del doctor Henry Kissinger, por entonces Secretario Ejecutivo del Consejo de
Seguridad Nacional…
¿Podemos
asegurar que la filosofía Gladio se
ejecuta en el presente Irak? No hay sino indicios; los tres episodios de
occidentales con bombas alientan las sospechas.
A
esto se añade que la administración estadounidense ha dejado claro que desde el
11 de septiembre de 2001 se ha dado –oficialmente- carta blanca a unidades
especiales encubiertas para realizar todo tipo de acciones ilegales que tengan
como fin el establecimiento del clima político y social más apropiado para las
necesidades de Washington, por lo que no es descabellado pensar que muchas de
las acciones terroristas adjudicadas a activistas islámicos, pudieran ser
creación de esas unidades especiales.
Y
mientras, EEUU e Israel son la viva imagen de la deidad que los rige: borrachos
de venganza prometen llevar el mundo al caos, en su propósito de elevar la
mancillada imagen del Pueblo Elegido.
Tanto es así, que han logrado que el sector más ignorante del pueblo
estadounidense se pregunte incluso antes de procrear: ¿es lo que vamos a hacer bueno para los sionistas? ¿Se enojará Israel?
El trabajo soberbio de Rumsfeld
El
primer Jefe de Estado en reconocer al nuevo Israel (1947) fue Harry Truman,
presidente de EEUU, once minutos desde la fundación. El gobernante se
consideraba a sí mismo como una especie de Ciro, el rey persa que había
permitido el regreso de los judíos a casa. EEUU siempre al servicio de su señor,
hasta en lo más simbólico. Woodward, el reputado periodista del The Washington Post, revela(12) que el jefe de operaciones de la CIA en la invasión de Irak
tiene el nombre en clave de ‘Saúl’,
primer rey de Israel... Pasado y presente siempre juntos en estrecha
relación.
Este
asunto de CACI y Titan está tan enmarañado que resulta asqueroso. Entre los
anteriores directivos de Titan
tenemos a James Woolsey, ex director de la CIA , y miembro de PNAC (Proyecto para el Nuevo Siglo Americano).
Materia
enmarañada pero suculenta en beneficios económicos. Según el periodista Robert
Fisk, nombrando fuentes del Pentágono, CACI
obtuvo en 2004 la concesión de un contrato con las fuerzas armadas de EEUU,
valorado en más de diez millones de dólares, en tanto que Titan informa de un crecimiento del 21 por ciento en los ingresos
del primer trimestre del mismo año. El incremento obedece a la existencia de un
‘contrato verbal con las fuerzas armadas de EEUU’.
Cuando
las fotos se hacen públicas Amnistía
Internacional (AI) dice que las torturas en Irak son generalizadas: ‘Nuestra amplia labor de investigación sobre
Irak indica que no se trata de un incidente aislado (...) Muchos han dicho a AI
que soldados estadounidenses y británicos los torturaron y maltrataron durante
las sesiones de interrogatorio con métodos como privarlos de sueño durante
largos períodos, golpearlos, mantenerlos largo tiempo en posturas dolorosas,
algunas veces obligándolos a oír música a gran volumen, mantenerlos
encapuchados largo tiempo y exponerlos a luz de gran intensidad. Casi ninguna
de las denuncias de torturas o malos tratos han sido adecuadamente investigada
por las autoridades’(13).
AI
alude a grupos armados que atacan con aparente inmunidad en los territorios
administrados por el Reino Unido. Y es que el segundo mayor ‘ejército’ ocupante
en Irak no son militares de algún país aliado de EEUU y el Reino Unido, sino
los 15 o 20 mil mercenarios que recorren sus ciudades. Estos paramilitares que
actúan con entera libertad y fuera de la legalidad, llegan a cobrar unos
trescientos mil euros al año por sus servicios.
Un
testimonio de primera mano sobre la realidad iraquí lo tenemos en el sargento
Jimmy Massey, un exmarine con doce años de experiencia, que estuvo durante el
primer año de la invasión a Irak. En una entrevista muy recomendable de Paul
Rockwell, Massey dice sentirse engañado por sus mandos y avergonzado por el
genocidio que se está cometiendo en el país árabe. He aquí un breve extracto(14):
Pregunta:
‘Me gustaría volver al primer incidente, cuando el superviviente te preguntó
por qué habías matado a su hermano. ¿Fue ese el incidente que te puso al
límite, como has mencionado?’
Respuesta:
‘Sí. Más tarde averigüé que esas cosas
ocurren habitualmente. Hablé con mi comandante después del incidente. Vino a
verme y me dijo: ¿Estás bien? Le contesté: "No, hoy no es un buen día. He
matado a un racimo de civiles". Él contestó: "No, hoy es un buen día.
Hemos matado a un buen montón de civiles". Y añadió: "No, hoy ha sido
un buen día". Y cuando le oí decir eso, pensé "Oh, Dios mío, ¿en qué
infierno me he metido?".
Por
si todo esto fuera poco, The Washington
Post (TWP) nos recuerda que en abril de 2003, el Pentágono aprobó ilegales
técnicas de interrogatorio para Guantánamo, consistente en alterar el sueño,
exponerlos a música estridente, frío y calor extremos, así hasta veinte medidas.
Según este diario, las técnicas fueron aprobadas por los responsables de los
Departamentos de Defensa (a cargo de
Donald Rumsfeld) y Justicia (a cargo del mesiánico John –Jesús es
nuestro rey- Ashcroft).
TWP
confirma que, contra lo afirmado oficialmente, desde niveles superiores se
sabía que se aplicaban malos tratos a detenidos iraquíes y afganos. En esto
coincide con la prestigiosa revista The
New Yorker, que publica las investigaciones de Seymor Hersh, quien saltara
a la fama por haber revelado la masacre de la aldea de My Lay, Vietnam, donde
los estadounidenses mataron a sangre fría a más de cien mujeres, niños y
ancianos. Hersh citó fuentes que afirman que los abusos cometidos en Guantánamo
e Irak obedecen a un patrón sistemático.
Entonces,
emulando a la película antes citada, muchos Nathan R. Jeseep (Algunos hombres buenos) comenzaron a
ponerse tensos. Digan lo que digan los mandos militares del Pentágono, las
aberraciones que aparecen las instantáneas no son el fruto de la germinación espontánea de la
decadencia en tiempos de guerra. Vamos, que eran sistemáticas y ordenadas desde
los altos mandos.
La
soldado Lynndie England, detenida por participar en las torturas, ha sido muy
explícita respecto a su sonriente aparición en las fotos: ‘Personas de rango superior me indicaron que
permanezca ahí, sostenga esa correa... y sacaron una foto, eso es todo lo que
sé’. ¿A quién se refiere con ‘personas de rango superior’? ¿Mercenarios
pagados por el Pentágono para realizar o supervisar el trabajo sucio? ¿Tal vez
a gente de CACI o Titan?
El
diario El Mundo se hizo eco de la
información aparecida en el The New York
Times(15), tomada del
informe de los investigadores que acusan a Lynndie England de malos tratos. En
él, la acusada explica que algunas de las fotos tomadas a los prisioneros, en
las que se les ve masturbándose o tirados desnudos por el suelo, las hicieron
por diversión. ‘Creíamos –afirma
England- que se veían graciosos, así que les tomamos fotos’.
La acusada describe en el informe aparecido en el diario, que las torturas eran
como una rutina, pero que a veces eran entretenidas,
aunque nunca, según ella, fuera de orden de superiores.
El
mismo día en que se hace público en la prensa parte de ese informe de declaraciones
de England, la misma revista que destapó el caso de las torturas, The New Yorker, vuelve a la carga y
asegura que Rumsfeld autorizó las
prácticas que aparecen en las instantáneas, y que Bush estaba al tanto de todo ello. El artículo periodístico,
firmado por Seymor Hersh, afirma que el secretario de Defensa autorizó el
programa secreto sobre interrogatorios, que incluía las humillaciones físicas y
sexuales de prisioneros iraquíes. El programa se habría diseñado para quitar
‘el control de las operaciones clandestinas y paramilitares a la CIA ’, creándose para ello un
departamento secreto dentro del Pentágono. El departamento de Defensa que
lidera Rumsfeld ha calificado las afirmaciones de Hersh como ‘extrañas’ y
‘conspiratorias’, desmintiéndolo todo.
Lo
que sucede posteriormente es tragicómico: Bush apoya al máximo responsable de
las barbaries, Secretario de Defensa Rumsfeld, alias Rumsferatu (en alusión a Nosferatu, el tenebroso vampiro de la
película de Murnau), de quien ha tenido la desvergüenza de decir que ha hecho
un ‘trabajo soberbio’, y que ‘nuestra nación tiene con usted una deuda de gratitud’. Cumplidos
que son bien recibidos por alguien que sobrevivió al Watergate y al Irangate y
que ni tan siquiera se dignó a firmar personalmente las cartas enviadas a las
familias de los soldados muertos en Irak...
Dos
años después, abril de 2006, el 61% de los estadounidenses rechaza la guerra, y
varios generales de alto rango piden a Bush la inmediata destitución de
Rumsfeld, solicitud que es respondida con una negativa y elogios al tenebroso
señor de la guerra.
Abu
Ghraib significa ‘el padre del cuervo’, nombre que viene como anillo al dedo,
pues es bien sabido que el cuervo, según la cultura popular, presagia
–simbólicamente- muerte, proyectos fracasados y engaño. Sobre todo engaño... Por
lo que no debe de extrañarnos que una de las bases militares de EEUU a las
afueras de Bagdad se llame Camp Cuervo.
Esta
batalla de imágenes, en la que las de presos torturados se contraponen con constantes
elogios de un presidente hacia su (presunto) subordinado, es la mejor muestra
del momento imperante, en el que la estampa de Rumsfeld es intachable,
incuestionable, intocable. Bush es Dios y Rumsfeld su belicoso profeta.
La
militar encargada de Abu Ghraib, General Janis Karpinski, desvela que su
superior –General Geoffrey Miller- le había dado órdenes de guantanamizar Irak: ‘Los presos deben ser tratados como perros’. Y así fue.
Con
los datos que vamos teniendo sobre la mesa, la pregunta que se plantea es:
¿ordenó usted el código rojo? Evidentemente, la respuesta distó mucho de la
verdad; el gremio de los caínes de la guerra se unió en una piña.
Para
las bestias de Washington, los suicidios de presos en Guantánamo son ‘actos de
guerra’; los vuelos de la CIA
(y cárceles secretas) en Europa son mentiras; las escuchas ilegales a miles de
estadounidenses son ‘legales’; las matanzas de civiles iraquíes a manos de sus cowboys del infierno, mentiras,
mentiras…
Torturas, mentiras…
A principios de mayo del 2004 el
escabroso asunto de las torturas en Iraq está en su punto más escandaloso. Se
precisa un golpe de efecto que coloque las cosas en su sitio. Y las bestias
ponen en marcha un operativo que el día 11 ha de mostrar la naturaleza del enemigo al
que se tortura... Esa jornada es especialmente significativa, no sólo porque se
cumplen dos meses desde la hecatombe sufrida en España por los atentados, sino
porque la imagen -como concepto de enfrentamiento entre las bestias- vive su
momento más culminante.
Ese día 11 comparece ante el
Senado de EEUU el General Antonio Taguba, encargado de redactar el informe
sobre los abusos a los presos. Su conclusión es que no existió una orden
superior para que se cometieran los actos fotografiados en la prisión de Abu Ghraib.
Con ello, Tabuga contradice a la
soldado Lynndie England y reconoce que las prácticas eran ‘sistemáticas y
sádicas’, pero cree en la espontaneidad de las conductas delictivas de
los torturadores, en vez de en la violencia institucionalizada.
Evidentemente, Tabuga tiene la
respuesta clave a unas conductas delictivas que brotan tan naturales como los
champiñones: ‘La falta de liderazgo,
de disciplina, supervisión y la poca preparación’, alentaron el
comportamiento de algunos soldados, pero nunca siguieron órdenes.
En el Informe Tabuga aparecen dos acusados vinculados con Titan y CACI. Steve Stephanowicz, empleado de CACI, y John Israel (sobra cualquier nueva mención a la simbología),
empleado de Titan, ambos en la misma
brigada militar de ocupación. En el informe se acusa al primero de realizar ‘declaraciones falsas ante el equipo
investigador sobre (...) su conocimiento de la existencia de malos tratos’,
y de saber que sus instrucciones a los agentes de policía militar
estadounidense ‘equivalían a malos tratos físicos.’
En cuanto a John Israel, también
se le acusa de, directa o indirectamente, ser responsable de los abusos, aunque
existe la posibilidad de que no haya una persona real implicada con ese nombre,
sino que John Israel fuera un pseudónimo, lo que reforzaría aun más la
implicación de los sionistas.
Hay que frenar el escándalo. Los hogares estadounidenses deben tener en
su mesa algo más que la deshonra de sus soldados. Y aparece el video de la
decapitación de un joven civil –judío- estadounidense, Nick Berg, a manos de
terroristas iraquíes. Ya saben ustedes que ante el acoso que padecen las
bestias, éstas siempre contraatacan con golpes de efecto y este caso no iba a
ser una excepción.
Me explico: Sólo una imagen que
mostrase la crueldad de los putos
árabes hacia un varón blanco, judío, estadounidense, generoso con su comunidad
de Filadelfia, leal a los planes bélico-pacifistas de Bush, puede lograr que la
atención se desvíe y se deje de prestar tanto interés a las técnicas
interrogatorias de los defensores de la libertad. Definitivamente, he ahí el valor
de la imagen…
Nick Berg es asesinado y su video
de muerte en directo es difundido por televisión. El anzuelo ya ha sido lanzado
por los especialistas de la imagen. Según Washington nada tiene que ver la
muerte de Berg con el asunto de las torturas…. ¡Picad! A pesar de la
vinculación evidente entre este hecho y la humillación que vienen padeciendo
los iraquíes (de la cual nos enteramos cada día más), La Casa Blanca , por medio
de su vocero, Scott McClellan, dice que es importante ‘separar los dos temas’.
Vale…
Pero ahora hagamos algo sano:
Dudemos. Tomemos el espinoso asunto del video y desconfiemos de su autoría. Michael Berg, el padre del chico
decapitado, dirigió en declaraciones a la cadena ABC, duras acusaciones hacia su gobierno: ‘Nicholas Berg murió por los pecados de George Bush y de Donald Rumsfeld.’
Según Berg, su hijo le había
comunicado su intención de regresar de Irak el 30 de marzo, pero eso nunca
ocurrió. Las circunstancias que envuelven los últimos días de vida del joven de
26 años no parecen muy claras. Se sabe que fue detenido en Mosul -al norte del
país- por la policía iraquí antes de ser secuestrado por unos desconocidos...
Según las primeras informaciones,
Nick estaba en Irak en busca de contratos, pero sus aspiraciones no se vieron
correspondidas. Luego llegaron nuevas noticias que no dejan de ser
sorprendentes: El FBI lo había entrevistado en tres ocasiones, aunque nunca
estuvo bajo custodia del Ejército de EEUU, según afirmó el portavoz del
gobierno. Algo que contradice las acusaciones vertidas por la familia del
muchacho, que asegura que éste fue arrestado por agentes iraquíes y entregados
a las fuerzas invasoras, que lo retuvieron 13 días, durante los cuales no se le
permitió ponerse en contacto con su abogado.
Huele a ilegalidad. Huele a Abu
Ghraib, precisamente donde Berg trabajó.
Horas antes de que se emitiese el
vídeo de la decapitación, el mando militar de EEUU en Irak informó que el
cadáver de Berg había sido hallado el sábado día 8 de mayo cerca de un puente
de Bagdad.
Después supimos que Michael Berg,
padre de la víctima y en lista del FBI por sus tendencias de extrema derecha,
anunció a la CNN que su hijo conocía a Zacarías Moussaoui(16), quien habría recibido clases
de pilotaje en Oklahoma, en cuya universidad, Nick cursaba estudios. Moussaoui
no es un fulano cualquiera, sino el
único imputado en EEUU en la trama del 11 de septiembre, por la que fue
detenido tres semanas antes de los atentados. ¡Cuánta casualidad!
‘Alguien le pidió (del grupo de Moussaoui) que le dejara utilizar su
ordenador y él lo hizo. Luego se supo que este tipo era un terrorista y que
había utilizado el correo electrónico de mi hijo, entre los de otras muchas
personas’, declaró Michael Berg. Según CNN, eso explicaría por qué el FBI interrogó por tres veces al
joven, ya que a Moussaoui se le encontró el password del correo electrónico de
joven.
CNN añade más leña al fuego de este asunto cuando duda de que la
voz del verdugo directo de Berg, que en el vídeo se identifica como el jordano
al-Zarqawi, el hombre de Al Qaeda en Irak, sea auténtica. Dice la cadena de
televisión que según los expertos consultados, ‘el tono de la voz de la cinta es muy diferente al de las grabaciones
registradas del líder de Al Qaeda’. Tal es así que no se aprecia en él
acento jordano. A quién creemos, pues el Pentágono asegura que al-Zarqawi es el
autor de la decapitación.
La existencia del video fue dada
a conocer por los corresponsales de la agencia de prensa Reuters en Dubai, que habrían tomado el video de la web árabe al-ansar.biz/. Este dominio pertenecía a
Arab Press House, una respetada
sociedad de prensa con sede en Londres que no tiene vínculos con los
islamistas. Una hora después del descubrimiento del video, fragmentos de éste
ya estaban siendo difundidos, exclusivamente, por la Fox
News , CNN y BBC. Las tres cadenas habían empezado a
trabajar como buenos sirvientes de sus gubernamentales señores.
Por cierto, William Kristol,
cofundador y presidente de la
PNAC (Proyecto para un
Nuevo Siglo Americano), de origen judío y declarado sionista, es
colaborador de la derechista Fox News,
por lo que se entiende la afinidad de la cadena televisiva con el proyecto de
los neoconservadores. Este hombre es hijo de Irving Kristol, considerado el
padre del neoconservadurismo americano.
…y
cintas de video
El principal sospechoso de la
muerte de Nick Berg, al-Zarqawi, apodado ‘el cojo’, carece de una pierna y
lleva una prótesis; sin embargo, en las imágenes de la decapitación no hay en
él movimiento alguno que haga pensar que se trata de un protésico. Además, la
silla de plástico en la que aparece sentado Berg antes de ser asesinado es
idéntica a las que aparecen en las fotos tomadas en la cárcel de Abu Ghraib.
Por no decir que el uniforme naranja que viste es igual al que tienen los
presos de Guantánamo, que el sonido del crimen (los gritos del degollado) es un
añadido y no está sincronizado con la imagen, que los supuestos captores, tanto
en su corpulencia, color de piel y movimientos, no encajan en la fisonomía de
la región.
Jawad al-Jalesi, imán de la
mezquita de al-Khadimiya, en Bagdad, afirma que al-Zarqawi murió en 2003, y que
los estadounidenses han rentabilizado el miedo que supone adjudicarle cientos
de muertos. Lo cierto es que la última página sobre al-Zarqawi se escribió en
junio de 2006, cuando el ejército estadounidense le dio caza cerca de Baquba.
La muerte del terrorista jordano sirvió para desviar la atención de los
verdaderos problemas… Como no podía ser de otro modo, coincidió en el tiempo
con el más bajo momento de popularidad del presidente Bush, y con el escándalo
de matanzas de civiles iraquíes a manos de soldados americanos.
Por si las razones presentadas
sobre la falsedad del video de Berg fueran tomadas como simples tonterías sin
importancia, no pocos expertos dicen que aquella decapitación fue la menos
sangrienta que se pueda imaginar.
El doctor Raúl Castro Guevara,
experto médico forense de Ciudad de México declaró a La voz de Aztlan(17),
un boletín californiano: ‘No hay
manera que el individuo en el video estaba vivo y su corazón funcionando cuando
le estaban cortando la cabeza. En estos casos, el corazón impela sangre con
gran presión, y se corta las arterias del cuello, hay una gran cantidad de
sangre que salpica por todos lados. En mi opinión el video es un fraude.’
Dicho de otro modo: Berg habría
perdido primero la vida y luego la cabeza; por ese orden. Y el cuervo graznó
anunciando engaño. Todo esto hace pensar que Berg era desechable para su
gobierno, pero útil para su propaganda. Tal vez fuera un agente secreto que no
sólo sabía de las torturas en Irak, sino del 11-S, dada su relación nada casual
con Zacarías Moussaoui. Ahora todo está en una tumba.
Definitivamente, la decapitación Nick
Berg, de haberse realizado por los propios estadounidenses, significaría la
automutilación y no precisamente de algo esencialmente abominable, sino como
acción propagandística que busca ganarse la adhesión frente a las críticas de
sus operaciones en Irak.
Dicho de otro modo: la muerte de
Berg es un sacrificio ritual que busca reconducir una situación incontrolada,
derramando la sangre de un individuo que aun siendo inocente, servirá para que
la ira del mundo invierta su sentido y se dirija hacia el enemigo a batir,
pretendiendo minimizar las consecuencias de un escándalo aireado a la luz
pública, bajo la mirada atenta del padre
del cuervo, Abu Ghraib.
(1)Palestine
Media Watch, 15 de octubre de 2002.
(2)Estas informaciones, según el libro Crónica del siglo XX, Plaza & Janes
editores, (1987), de donde está extraída la noticia de su publicación, ‘prueba fehacientemente la responsabilidad de
Churchill y Roosevelt en la división de Europa’.
(3)Frase pronunciada el 7
de febrero de 2003. Entre otros medios aparece en el sitio www.jornada.unam.mx
(4)Artículo en la página dissidentvoice.org, 27 de
marzo de 2004.
(5)Blix tendrá que soportar toda una campaña de desprestigio
y difamación por parte de los medios de EEUU, algo a lo que Annan tampoco será
ajeno posteriormente, cuando en septiembre de 2004 declare a la BBC
que la guerra en Irak fue ilegal. El primero en levantar su voz en campaña de
acoso y derribo contra el Secretario General de la ONU , fue un periodista
sionista y pro-Bush, William Safire, quien redactaba discursos para Nixon y
Ronnie Reagan. Pero Annan no está solo: setenta premios Nobel firman un
manifiesto en su apoyo. No. Kissinger no estuvo entre ellos.
Los EEUU, por necesidad, buscan el desprestigio de
la organización. Sobre la campaña de acoso y derribo de los EEUU (Pentágono,
Casa Blanca y medios de comunicación) a la ONU véase el artículo de Joy Gordon y Scott
Ritter, quien fuera inspector de armas (UNSCOM) de las Naciones Unidas desde
1991 hasta 1998, ‘EEUU hundió el programa
“Petróleo por Alimentos” en connivencia con el Consejo de Seguridad de la ONU ’ (rebelion.org, 26 de
febrero de 2006)
(6)The Independent, traducido por J.M. Puig de la Bellacasa en La
Vanguardia , 12
de mayo de 2004.
(7)‘Por qué es justificable el boicot económico a
Israel’, artículo de Norman Finkelstein aparecido en rebelión.org (19-1-06),
traducido por Felisa Sastre. Finkelstein dice: “Desde 1967” , informa Amnistía
Internacional, “los servicios de seguridad israelíes torturan rutinariamente a
los sospechosos políticos palestinos en los Territorios Ocupados”. B’Tselem (Centro Israelí de Información sobre Derechos
Humanos en los Territorios Ocupados) ha comprobado que el 85% de los
palestinos interrogados por los servicios de seguridad israelíes han sido
sometidos a “tratos que constituyen tortura” mientras que, hace ya una década Human Right Watch estimaba que “el
número de palestinos torturados o gravemente maltratados” era de “decenas de
miles, un número que resulta especialmente significativo cuando se tiene en
cuenta que el total de palestinos, varones adultos y adolescentes, en
Cisjordania y Gaza, es inferior a los tres cuartos de millón (750.000)”. En
1987, Israel se había convertido en “el único país del mundo que había
legalizado de hecho la tortura” (Amnistía Internacional). Aunque el Tribunal
Supremo israelí parezca haber prohibido la tortura en un auto de 1999, el Comité Público Contra la Tortura en Israel
informaba en 2003 de que las fuerzas de seguridad israelíes continuaban
aplicando la tortura de forma “metódica y rutinaria”. En un estudio de B´Tselem de 2001, se documenta que las
fuerzas de seguridad israelíes aplicaban –a menudo- “torturas graves” contra
“palestinos menores de edad”.
(8)Entrevista
de The World Today, 6 de marzo de 2006.
(9)Noticia
aparecida en The Washington Post, BBC, CNN y Libertad Digital,
20 de septiembre de 2005.
(10)rebelión.org,
15 octubre de 2006, se hace eco de noticia aparecida en una página rusa,
Mirror-World
(11)Eric Hobsbawm, ‘Historia del Siglo XX’ (Age of extremes, the short Twentieth century
– 1914-1991), Editorial Crítica S.L. 1995.
(12)Bob Woodward, ‘Plan de Ataque’ (Plan of Attack), Editorial
Planeta, 2004.
(13)Amnistía
Internacional
(amnistiainternacional.org), comunicado del 3 de mayo de 2004. Otra ONG que se
hace eco del estado de los derechos humanos en todo el mundo es Human Rights Watch (hrw.org/spanish), que en su informe anual,
dado a conocer en enero de 2006, denuncia que los malos tratos y torturas
constatados en EEUU obedecen a una demostrada estrategia perfectamente
deliberada, oficializada y programada desde la cúpula gubernamental. La
respuesta de la Casa Blanca
no se hizo esperar y su portavoz, Scott McClellan, sacó pecho para decir que su
país hace por la libertad y los derechos humanos más que ningún otro país del
globo terráqueo.
(14)Entrevista que aparece nodo50.org/csca, 28 de mayo
de 2004. Massey publicó sus experiencias en Cowboys
del infierno, (2006), Ediciones Apóstrofe.
(15)Noticia aparecida en ambos diarios el 16 de mayo
de 2004.
(16)El Mundo, 14 de mayo de 2004.
(17)12 de mayo de 2004.
(17)12 de mayo de 2004.
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