A veces pienso
que “ellos” se mueven en una realidad de varias dimensiones, y nosotros sólo
captamos aquello que afecta a lo tridimensional. Tal vez nuestra realidad sea
como el agua de una piscina, y sólo percibamos de “ellos” unas piernas que
nadan, un cuerpo que bucea, o la nada, cuando se encuentran tomando el sol
fuera del agua. Los ovnis demuestran que hay otra forma de irse además de la de
alejarse. Puede, incluso, que no vengan de parte alguna y hayan estado siempre aquí, compartiendo el edificio en los pisos de arriba, como sugiere Salvador Freixedo.
Fernando Jiménez del Oso (El Síndrome Ovni, 1984). Pág. 58.
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