Para una mayor información sobre la combustión espontánea humana, invito a leer la entrada en Wikipedia.
En la novela de Charles Dickens, Canción de Navidad (1843), justo al comenzar la Tercera Estrofa (El segundo de los tres espíritus), mientras un asustadizo Ebenezer Scrooge teme la llegada del espectro de la Navidad Presente. El texto, publicado en español por la editorial Vicens Vives, dice en la página 60:
"Durante todo este tiempo permaneció acostado en la cama, verdadero corazón y centro de un resplandor rojizo que se derramó sobre ella cuando el reloj dio la hora; y, aunque sólo se trataba de luz, era más alarmante que una docena de espectros, ya que no podía averiguar qué significaba, o qué finalidad tenía; y a veces lo asaltaba el temor de que en este mismo momento estuviese aconteciendo un interesante caso de combustión espontánea, sin tener el consuelo de saberlo."
Esta edición añade a pie de página el siguiente comentario:
"Creencia ampliamente extendida entre la clase médica a principios del siglo XIX, según la cual los elementos químicos del cuerpo humano podían corromperse de tal forma que la víctima moría de repente, debido a una conflagración generada en su propio cuerpo. Dickens hizo que Krook, uno de los personajes de Casa Desolada, muriera por combustión espontánea, motivo por el que mantuvo una agria polémica con el escritor G.H. Lewes."
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