jueves, 8 de agosto de 2019

"Secuestros Alienígenas", por Dr. John Mack (III)

Secuestros Alienígenas
Encuentros humanos con alienígenas
(1994)

-Abduction –
Human Encounters With Aliens

EXTRACTOS
(Tomados y traducidos por Tavo de Armas)


Trabajando con los secuestrados

(Páginas 8-27)

Con este dilema en mente me acerqué, para pedirle consejo sobre mi investigación, a Thomas Kuhn, autor del clásico de 1962 La estructura de las revoluciones científicas, en el cual analiza cómo cambian los paradigmas científicos. Conocí a Tom Kuhn desde la infancia, pues sus padres y los míos fueron amigos en Nueva York, y a menudo asistimos a fiestas de ponche y navidad en el hogar de los Kuhn. Encontré muy útil el consejo que me ofrecieron él y su esposa, Jehane, con altísimo conocimiento en el campo de la mitología y el folclore. Lo que más me ayudó fue la observación de Kuhn de que el paradigma científico de Occidente vino a adoptar la rigidez de una teología, y que este sistema de creencias estaba sostenido por las estructuras, categorías y polaridades del lenguaje, tales como real/irreal, existente/inexistente, objetivo/subjetivo, mundo intrapsíquico/externo, sucedido/no sucedido. Me sugirió que en el transcurso de mis investigaciones suspendiera las clasificaciones disponibles en esas formas de lenguaje y que simplemente recogiera la información cruda, poniendo a un lado si lo que aprendía encajaba o no con mi particular cosmovisión. Más tarde vería lo encontrado y si habría alguna formulación teórica coherente para ello. Esto, en líneas generales, es la manera en que me he tratado de acercar a lo siguiente.

(Tavo: Mack explica que su procedimiento durante los años en que, de una u otra forma, recibió como pacientes a supuestas víctimas de secuestros por parte de alienígenas, siempre fue el mismo: informar que por encima de todo estaba la salud y el bienestar de ellos y ellas, sus pacientes. Comenzaba con una aproximación de varias horas de entrevista, recibiendo datos del suceso en cuestión así como el máximo de información posible sobre el paciente y su entorno.)

Los abducidos pueden tener un montón de recuerdos conscientes de sus experiencias sin el uso de la hipnosis. Un paciente de 19 años recordó en nuestra primera entrevista los detalles de una abducción que vivió cuando tenía 4 años. Con inquietud me habló de haber sido recogido en un claro detrás de su casa por parte de alienígenas grises en medio del día y llevado al interior de su nave espacial. Fue capaz de describir la forma del ovni así como a los seres con gran detalle. En la nave no tenía capacidad de moverse, y fue forzado a tenderse en un cubículo en el que se le dio un baño de luz como láser, al tiempo que le tomaban una muestra de piel con un instrumento cilíndrico. Tras esto se le devolvió al claro y se le dijo que “ahora corriera” en dirección al complejo de apartamentos donde vivía.

(Tavo: Sin embargo, a menudos los secuestrados dicen que hay grandes áreas de su vida que fuertemente sienten que están fuera de la memoria de su conciencia, y que eso les afecta en el día a día. A pesar de saber que esas experiencias han sido traumáticas y que revivirlas será perturbador, eligen investigarlas. Por muy duro que sea lo que les espera, les parece más llevadero que no poder acceder a esas experiencias que conforman sus vidas. La inducción de un estado no ordinario, así se trate sólo del uso de técnicas de relajación, parece ser muy efectivo y les brinda la oportunidad de llevar esas experiencias al consciente, descargando así su impacto traumático.)

No entiendo por qué esto es tan dramáticamente cierto. La mayoría de los secuestrados con los que he trabajado parecen moverse fácilmente dentro de un no ordinario estado de conciencia, aunque estudios previos hayan mostrado que no son más fáciles de hipnotizar que los demás (Spanos e al. 1993; Rodeghier, Goodpaster, y Blatterbauer 1991). Es como si el cambiado estado de conciencia, en una suerte de espejo opuesto que escanea la original conciencia de la psique, desatara las fuerzas de represión que fueron impuestas en el momento en que sucedió la experiencia del secuestro. Estas fuerzas represivas son percibidas por los secuestrados como si fueran mucho más que sus propias defensas de autoprotección. Ellos pueden sentir que tanto como el 90% de la energía que los mantiene alejados de recordar la experiencia es el resultado de un apagado de memoria realizado por los propios alienígenas. Según los secuestrados, los alienígenas les comunican frecuentemente que ellos, los secuestrados, no recordarán o no deberán recordar lo que ha ocurrido. Algunas veces esto se justifica diciendo que es por su propia protección y, en verdad, especialmente en casos con niños pequeños, el desarrollo de recuerdo consciente de experiencias dolorosas o traumáticas podría interferir con la vida diaria (por ejemplo, Jerry, capítulo 6). Cuando los secuestrados cooperan conmigo en el recuerdo de sus secuestros, pueden sentir que están desobedeciendo las órdenes específicas dadas por los seres alienígenas, con quienes ellos a menudo se sienten conectados o siendo aliados en un nivel muy profundo. Esta demanda reconfirma –respecto a mí- que, según mi entendimiento, ningún daño ha venido alguna vez de recordar esas experiencias cuando se ha realizado en un contexto de apoyo apropiado.
Mientras que los informes a menudo comienzan como profundamente traumáticos, al final el experimentador frecuentemente informa de una profunda conexión con esos seres. Se ha sugerido que esta alianza con los seres alienígenas es una manifestación del “Síndrome de Estocolmo”, o la identificación con el perpetrador, a través del cual las víctimas simpatizan con el agresor con el fin de mantener un sentido de agencia (de autonomía) en una situación de desamparo. Mientras esto queda como una hipótesis válida, en mi experiencia, y en los siguientes casos, los abducidos parecen llegar a sentir una más auténtica identificación con el propósito del fenómeno completo.
La economía y el relato del recordatorio en el fenómeno de los secuestros es uno de sus aspectos más interesantes. El detallado recuerdo de experiencias que nunca fueron conscientes en el conocimiento puede desencadenarse años, incluso varias décadas, después de que el suceso, mediante algo que se escucha o se ve, muestre sólo una mínima relación con el secuestro real. Qué combinación de factores entre el secuestrado y los alienígenas determina el momento temporal para recordar, incluyendo cuando los experimentadores eligen investigar sus historias y quién viene a contarla, nos falta por entender aún. En mi trabajo con los secuestrados les doy valor en un entorno seguro y tranquilo que les haga permanecer enfocados en la respiración como un instrumento que les centre e integre. Trabajando con ellos he encontrado que esto es invaluable. Esto está relacionado a la extraordinaria intensidad de las energías  involucradas/conectadas aparentemente con el poder de la experiencia original, manifestada en sensaciones corpóreas, movimientos y fuertes emociones, especialmente terror, rabia y tristeza, que salen a relucir cuando el material del secuestro emerge (…) Como es habitualmente cierto que los supervivientes de otros eventos traumáticos buscan recordar plenamente, igual sucede con los secuestrados por alienígenas (…) Cuando los experimentadores me preguntan por el estatus de sus experiencias en el estado no ordinario, yo sólo puedo decirles que los elementos de su historia han aparecido una y otra vez en las historias de otros individuos que no están mentalmente perturbados (…) La negación (de lo ocurrido) nunca desaparece completamente, y un shock puede volver a darse, incluso después de varias sesiones de hipnosis, especialmente si un segundo secuestrado informa de manera independiente que ha sido testigo o ha compartido un secuestro que el primero ha contado. Un aspecto importante de mi trabajo con ellos son las reuniones regulares de apoyo en grupo, en una atmósfera amigable y privada donde la socialización es fácil.


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