viernes, 10 de agosto de 2018

Lugares Comunes


“Cuando termine el año casi todos serán profesores. De literatura no saben demasiado, pero es suficiente para empezar a enseñar. Eso no es lo que me preocupa. Me preocupa que tengan siempre presente que enseñar quiere decir mostrar. Mostrar no es adoctrinar, es dar información, pero dando también el método para entender, analizar, razonar y cuestionar una información. Si alguno de ustedes es un deficiente mental, y cree en verdades reveladas, dogmas religiosos o doctrinas políticas, sería saludable que se dedicara a otra profesión, a predicar en un templo o desde una tribuna. Si, por desgracia, siguen en esto, traten de dejar las supersticiones en el pasillo antes de entrar al aula. No obliguen a sus alumnos a estudiar de memoria, no sirve. Lo que se impone por la fuerza se rechaza, y en poco tiempo se borra. Ningún chico será mejor persona por saber de memoria en qué año nació Cervantes. Pónganse como meta hacerlos pensar; que duden, que se hagan preguntas (…) Hay una misión o un mandato que quiero que cumplan. Es una misión que nadie les ha dado, pero que yo espero que ustedes, como maestros, se impongan a sí mismos: despierten en sus alumnos el dolor de la lucidez. Sin límites. Sin piedad.”

   (Federico Luppi, en Lugares Comunes, dirigida por Adolfo Aristarain en 2002.)

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