A
John F. Kennedy le sucede su vicepresidente Lyndon B. Johnson, del ala
conservadora; a éste le sigue el mentiroso Richard Nixon, republicano de
California, y luego Gerald Ford, también republicano.
La
mascota del partido Republicano es el elefante, elegido por ser símbolo de
conservadurismo y tradición, pues este animal se agarra a la cola de su
antecesor. Tal es así, que el presidente Gerald Ford(1) indulta
a su antecesor Richard Nixon(2)
de cualquier delito que pudiera haber cometido en el ejercicio de sus funciones
presidenciales(3).
Este
comportamiento no es de extrañar, dado que Ford ya tenía experiencia en ocultar
los bultos feos de la democracia gringa: había sido director de la Comisión Warren ,
encargada de arrojar luz sobre el asesinato de John F. Kennedy...
En
1976 llega a la presidencia el demócrata Jimmy Carter, que será objeto de la
aplastante acción republicana que lo acabará alejando de la reelección a La Casa Blanca.
Y
a éste le seguirá Ronnie Reagan, que antes de ser presidente fue gobernador de
California y soplón anticomunista, allá en los días del senador MacCarthy. Con
su elección los americanos volvieron a sentirse orgullosos de su país, después
de ver como Carter era incapaz de resolver un complejo asunto en la embajada
estadounidense en Teherán (Irán); conflicto que Reagan y George Herbert Bush
alentaron desde la sombra y resolvieron en público...
Jimmy Carter se presentaba a la reelección en unas
elecciones en las que Reagan guardaba un as en la manga llamado October Surprise (sorpresa de octubre), un regalo de la CIA que pretendía darle la
presidencia en bandeja de plata. La secuencia de los hechos es la que sigue:
4 de noviembre de 1979: Una multitud de estudiantes iraníes
asalta la embajada estadounidense en Teherán. Los 66 ciudadanos de EEUU que
trabajaban allí son secuestrados.
25 de abril de 1980: Los EEUU fracasan en su intento de
liberar a los ciudadanos retenidos en su embajada en Irán. La operación de
rescate, denominada Eagle Claw, fue
llevada a cabo por marines, y tuvo este tragicómico desarrollo: ocho
helicópteros parten de un portaviones en el Golfo Pérsico, de los cuales dos
interrumpieron la misión por fallos técnicos ya en marcha (es lo que pasa
cuando viajas sin filtros protectores en los motores), cinco tuvieron que ser
dejado en el desierto y el último de ellos chocó contra un avión, matando a
ocho marines. Un fracaso absoluto que parece sacado de una película de los
hermanos Marx. ¿Me atreveré a usar la palabra ‘boicot’ contra Carter?
Octubre de 1980. La mágica sorpresa… En Europa se
reunieron los representantes del Ayatolah Jomeini y un grupo de patriotas
estadounidenses lleno de nobles intenciones. Los honorables interlocutores
americanos llegaron al viejo continente para tratar de retrasar la liberación
de los funcionarios retenidos en Teherán. Si todo salía bien, Carter sería un
cadáver político en las apremiantes elecciones de noviembre. Y así fue: el
candidato demócrata quedó ante todos, especialmente su pueblo, como el inepto
más grande del mundo.
Según
parece, en París (algunas fuentes sostienen que en el hotel Ritz de Madrid) se
reunieron con los iraníes los hombres de Reagan y George H. Bush, logrando
boicotear las conversaciones paralelas del Presidente Carter. Los primeros
actuaron desde la ilegalidad, mientras los hombres de Carter se quedaban con el
culo al aire.
Las
acciones de alcantarilla que se llevaron a cabo entre el 15 y el 20 de octubre
estarían apoyadas por Salem Ben Laden, hermano de Osama y también amiguete de los Bush. Por cierto, es
bien conocido que este pariente del terrorista invirtió en ‘Arbusto Oil’,
compañía petrolera de Baby Bush.
Finalmente, en 1988, Salem se mató en un accidente aéreo -cómo no- en Texas.
Para
la operación clandestina en París se habría contado con los servicios del Banco de Crédito y Comercio Internacional
(BCCI)(4), una entidad
que serviría a Reagan en su acuerdo con los iraníes, así como de apoyo
financiero a los terroristas de Nicaragua, la denominada Contra. BCCI estaba dirigida por James R. Bath, representante de
Salem Ben Laden en sus inversiones en ‘Arbusto Oil’…
George
H. Bush habría estado en París acompañado -entre otros- por William Casey
(luego director de la CIA
y también relacionado con el BCCI) y por dos senadores: John Tower y John Heinz(5). Casey era jefe de campaña de Reagan, y
amigo de los responsables de Eagle Claw,
la fracasada operación de rescate ordenada por Carter. Uno de los miembros del
Cuerpo de Marines que intervino en aquella acción fue, ni más ni menos que el
Teniente Coronel Oliver North, a quien se conoce mejor como implicado directo
en el Irangate, el escándalo de venta
de armas a Irán por parte de la administración Reagan.
4 de noviembre de 1980. Llegan las decisivas elecciones
estadounidenses y Reagan arrasa; Carter gana en sólo seis estados. Ese mismo
día se cumple un año del secuestro de Teherán; un año de desgaste para el Presidente
Carter, que sin la mano negra de octubre habría obtenido un 10 % más de votos.
20 de enero de 1981. Sólo unas horas después de la toma de
posesión de Ronald Reagan, los rehenes son liberados sin derramamiento de
sangre; una sospechosa victoria diplomática del nuevo presidente.
(1)Según Burke´s
Peerage, una guía londinense sobre la aristocracia, descendiente del Rey
Enrique I de Inglaterra.
(2)Más sangre real… Posible descendiente del Rey
Eduardo III de Inglaterra.
(3)8 de septiembre de 1974.
(4)Uno de los directivos de BCCI es Salem Ben Laden.
(5)Tower y Heinz, bien por trágica casualidad o por
ser demasiado molestos, murieron en 1991 en dos diferentes accidentes de avión
en días consecutivos. John Heinz dejó
una multimillonaria viuda, Teresa, la actual esposa del senador John Kerry.
Teresa y Kerry comenzaron a salir juntos un año después, casándose en 1995.
John Heinz era el propietario de la famosa empresa alimentaria que lleva su
apellido, por lo que la herencia recibida por Teresa fue de muchísimos ceros.
Como se puede ver todo queda en casa.
Por cierto, John Tower fue uno de los elegidos por
Reagan para investigar a fondo la trama del Irangate
(venta ilegal de armas al Irán de Jomeini), llegándose a la conclusión de que
el presidente estaba libre de culpa. Cómo no… Tras su intervención en esa farsa
llamada ‘Comisión Tower’, y ahora con George H. Bush ya instalado en La
Casa Blanca , es propuesto por el nuevo
presidente para que ocupe el puesto de Secretario de Defensa, aunque
renunciará, dado que el senado lo considera inapropiado y se niega a aceptarlo.
Aquel despacho sería para el bueno del vicepresidente Dick Cheney.
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