ENTREVISTA
A JACQUES VALLÉE, POR LINDA J. STRAND.
(Strand es periodista
independiente, especialista en reportajes científicos. Sus artículos sobre un
amplio abanico de temas han aparecido en ‘Science Digest’, ‘Astronomy’ y otras
publicaciones análogas.)
Introducción
Jacques Vallée, francés de origen, perfectamente bilingüe en informática y en astrofísica, es al mismo tiempo el personaje más célebre y el más solitario de la ufología. Ciertamente, es el pensador más controvertido en este dominio lleno de trampas filosóficas. Por otro lado, sirvió de modelo para el personaje de Lacombe (interpretado magníficamente por el malogrado Francois Truffaut) en la película de Steven Spielberg ‘Encuentros en la Tercera Fase’.
Introducción
Jacques Vallée, francés de origen, perfectamente bilingüe en informática y en astrofísica, es al mismo tiempo el personaje más célebre y el más solitario de la ufología. Ciertamente, es el pensador más controvertido en este dominio lleno de trampas filosóficas. Por otro lado, sirvió de modelo para el personaje de Lacombe (interpretado magníficamente por el malogrado Francois Truffaut) en la película de Steven Spielberg ‘Encuentros en la Tercera Fase’.
En
ese momento, Vallée ya desaprobaba firmemente que se presentaran a los seres
venidos de otra parte como ‘hermanos’ inofensivos de otro mundo, argumento que,
como era de esperar, dejó a los productores de Hollywood totalmente
indiferentes. Jacques Vallée declaró un día a propósito del personaje de
Lacombe: ‘Creo que buscaban un carácter cuya singularidad se situara a medio
camino entre los protagonistas americanos y los visitantes del espacio’. Es
interesante recordar que los miembros de la familia nuclear extraterrestre de
Dan Ackroyd, los seres con cabeza cónica de la serie de humor ‘Saturday Night
Live’, afirmaban también que venían de Francia, cuando le urgieron para que
dijeran cuál era su origen.
Junto
con el también fallecido Dr. J. Allen Hynek, Vallée ayudó a fundar una ‘escuela
invisible’ de expertos en ovnis (fue también el título de uno sus libros sobre
el tema) y fue coautor de ‘En los límites de la realidad’. Los primeros
estudios de Vallée (como, por ejemplo, ‘Anatomy of a Phenomenon’ y ‘Challenge
to Science’, escrito en colaboración con su esposa Janine) se caracterizaron
por ser una aproximación concisa fenomenológica a los datos ufológicos. Sin
embargo, en el libro ‘Pasaporte a Magonia’ (1969) y, sobre todo, en ‘Mensajeros
del Engaño’ (1979), este hombre alto de voz suave, dejó a muchos de sus
seguidores americanos en un estado de confusión e incluso de escepticismo. El
libro ‘Pasaporte a Magonia’, en el cual compara los relatos contemporáneos de
abducciones y de seres de otro mundo con los que ha descubierto mayormente en
el folclore medieval europeo, fue muy bien acogido en Europa. La obra incluso
dio lugar a un movimiento basado en interpretaciones psicosociológicas de los
fenómenos ovni, ampliamente promovidas por amigos franceses del autor. En
Inglaterra, provocó la creación de un periódico trimestral llamado ‘Magonia’.
El libro ‘Mensajeros del Engaño’, sin embargo, consagrado casi exclusivamente a
los cultos ovni que emergieron en la costa oeste de los EEUU, era una obra un
poco desbocada, de la cual el mismo Vallée admite: ‘Hoy escribiría el libro de
una forma diferente’.
Después
de ‘Mensajeros del Engaño’, Vallée ha publicado tres libros sobre tecnología,
uno de los cuales es un manual sobre redes de comunicación informáticas. Vallée
se distanció un poco de la comunidad ufológica americana. Además del hecho de
que el público le robaba demasiado tiempo (inevitablemente, se había formado un
culto entorno a sus escritos), Vallée se dio cuenta de que reflexionaba mejor
en la soledad, al resguardo de la ‘contaminación de las teorías populares sobre
los ovnis, manteniendo un círculo de silencio a mi alrededor y llevando mis
propias investigaciones sobre el terreno’. Y continúa: ‘Mi mente trabaja mejor
cuando mojo los datos como una esponja y los exprimo de vez en cuando’.
Así
nació su libro ‘Dimensiones: Crónica de contactos con otros mundos’, una obra
que resume y aclara sus primeros trabajos. En él desarrolla el concepto que
había comenzado a exponer en ‘El Colegio Invisible’: compara a los ovnis con un
Sistema de Control que manipula nuestro inconsciente colectivo. Ya sea bajo su
forma folclórica o moderna, dice Vallée, ‘los ovnis son uno de los medios por los
cuales se organizan los conceptos del hombre’. Mientras trabajaba en el
manuscrito de ‘Dimensiones’, Vallée salió poco a poco del silencio que se había
impuesto. En 1986, publicó una novela en francés titulada ‘Alintel’, que
contenía hechos e hipótesis que la convertían en un libro de ciencia ficción.
En diciembre de 1987, dio una conferencia en Londres y unos meses más tarde,
otra en el simposio nueva era de San Francisco, con el tema ‘Ángeles, seres de
otros mundos y arquetipos: la inteligencia cósmica y la imaginación mítica’.
Strand: Señor Vallée, en estos últimos años, usted ha iniciado una especie de ‘retiro’ en lo que concierne a los ovnis. ¿Es que se ha convertido en un ermitaño o ha abandonado sus investigaciones?
Vallée: Lo único que me interesa en el campo de los ovnis es aproximarme todo lo que pueda a la solución del problema. La controversia que se da actualmente en la comunidad ovni americana me parece contraria a tal objetivo. Pero no he desaparecido: he hecho dos viajes a América del Sur para investigar algunos casos, he dado varias conferencias en Londres y he visitado a unos cuantos investigadores europeos. No es lo que yo llamaría vivir como un ‘ermitaño’.
Strand: Sin embargo, usted no ha publicado nada después de ‘Mensajeros del Engaño’ en 1979. ¿Está trabajando en un nuevo libro?
Vallée: Estoy terminando una nueva obra llamada ‘Dimensiones’. Este libro debería aportar una respuesta a muchos aquellos que se preguntan cuál es mi punto de vista sobre el tema.
Strand: ¿Piensa incluir en ella los casos que ha estudiado recientemente?
Vallée: No, aun no he hallado el marco apropiado para publicar esos casos. Hay muchos sobre los que todavía debo trabajar. Efectivamente, tengo intención de publicar todas estas informaciones, pero me gustaría hacerlo bajo una forma constructiva.
Strand: ¿Por qué escoge maniobrar de esta forma más bien secreta?
Vallée: Digamos ‘privada’ más que ‘secreta’. Es normal para un investigador llevar varios años de ventaja sobre lo que publica. Paso por fases de trabajo tranquilo y por otras de divulgación y de discusiones activas. De lo que más carecemos actualmente no es de datos: tenemos a montones, ¡pero no sabemos qué hacer con ellos! Lo que nos falta es la estructura; es eso precisamente lo que he tratado de construir en ‘Dimensiones’, utilizando datos antiguos provenientes de mis trabajo precedentes, al mismo tiempo que nuevas observaciones.
Strand: ¿Cómo obtiene sus informaciones? El terreno está más bien calmado después de varios años.
Vallée: Es verdad que no ha habido ninguna ‘ola de aterrizajes de ovnis’ en los países occidentales desde hace mucho tiempo. Pero sucede también que la gente no cuenta sus observaciones a la prensa o a las autoridades como lo hacía en el pasado; han comprendido que, desafortunadamente, eso no lleva a nada. Pero yo tengo informes que proceden directamente de testigos o que he conseguido a través de diferentes amigos que se mueven en este terreno. Como yo dispongo de los medios para llevar a cabo mis propias investigaciones, no tengo necesidad de esperar una subvención o una autorización para investigar un caso. Además, tengo acceso gratuito, o casi gratuito, a los medios tecnológicos que necesito.
Strand: Más adelante volveremos sobre el tema. En primer lugar, ¿podría resumir los estudios que ha seguido?
Vallée: Nací en Francia y quería ser astrónomo. Así pues, estudié matemáticas y física en la Sorbona. Después obtuve mi licenciatura. Era el principio de la era de los ordenadores, los cuales encontraba apasionantes. Seguí cursos de informática y de programación en mi curso de doctorado en astrofísica. Después, trabajé un año en el observatorio de París para el Comité del Espacio del Gobierno francés. Cuando llegué a la Universidad de Texas en 1962, escribí el programa de cálculo del mapa de Marte para el Proyecto Mariner. Era el primer mapa detallado del planeta, que realicé gracias a la financiación de la NASA. Más tarde, me instalé en Northwestern, donde obtuve mi doctorado en 1967 sobre un tema que hoy se denominaría ‘inteligencia artificial’. En aquella época, se conocía con el nombre de ¡matemáticas aplicadas!
Strand: ¿Cómo comenzaron sus relaciones con Hynek?
Vallée: Él sabía que mi mujer y yo habíamos compilado y analizado el primer catálogo informático de avistamientos ovni inexplicados del mundo entero. Insistió para que trabajara con él y puso generosamente sus propios datos a mi disposición. Permanecí en Northwestern de 1963 a 1967.
Strand: ¿Por qué se orientó más hacia la informática que hacia la astronomía? Muchos investigadores ovni consideran que la astronomía es la mejor formación para estudiar el fenómeno ovni.
Vallée: Una sólida formación en astronomía es importante para poder distinguir los verdaderos avistamientos de los simples objetos celestes. Es igualmente muy útil para desmitificar las declaraciones de científicos de mente estrecha que pontifican como si lo hubieran comprendido todo del universo. El estudio de la astronomía debería convertirlo a uno en humilde y curioso por todo lo que no sabemos, incluido los ovnis. En realidad, esto no ocurre así. Me di cuenta de que el dominio de la informática era mucho más abierto y más dinámico. De hecho, mis profesores de informática me alentaron para que prosiguiera mi trabajo sobre los ovnis, mientras que entre los astrónomos yo era una figura herética.
Strand: Los años pasados con Alex Hynek en Northwestern parecen haber representado un punto crucial no sólo para ambos sino también para la ufología en general. ¿Cómo ha tenido lugar esta transformación?
Vallée: Para mí, fue muy simple: por primera vez tenía acceso a la totalidad de los informes delLibro Azul y podía apuntalar los análisis precedentes. Además, pude documentarme sobre lo histórico del fenómeno ovni y encontrar a los principales actores. Para Hynek fue diferente. Era un científico muy abierto que reflexionaba en profundidad, desde hacía tiempo, sobre los límites de la ciencia, pero que caminaba sobre una cuerda tensa en cuanto se trataba del tema ovni. Por un lado, sabía que la mayor parte de las explicaciones de la Fuerza Aérea de los EEUU era ‘viento’, como él decía; por el otro, nunca había encontrado ninguna prueba científica convincente de la existencia de los ovnis y, por consiguiente, continuaba siendo escéptico.
Strand: ¿Qué es lo que le hizo cambiar de opinión?
Vallée: Eso sucedió poco a poco, a medida que las semanas y los meses pasaban, cuando vio las pruebas que había acumulado en mis dossiers de informes de aterrizajes y de correlaciones que se habían establecido con datos similares provenientes de dossiers americanos.
Strand: ¿Sin embargo, él debía conocer estos informes de aterrizajes?
Vallée: Circulaban en los EEUU en el seno de grupos marginales, pero estaban ahogados en medio del ‘viento’. Hay que comprender que todos esos aterrizajes de que se informaron a la Fuerza Aérea eran generalmente colocados dentro de la categoría ‘psicológica’, por lo que raras veces se le pedía a Hynek que se ocupara de ellos. El principal grupo civil, el NICAP, trataba de convencer a Washington de su credibilidad y, por consiguiente, eliminó también sus informes. El único grupo que desde el principio comprendió la importancia de los informes de aterrizajes fue la APRO. Además, en Francia, teníamos ya cientos de casos bien documentados de encuentros cercanos después de la gran ola de 1954.
Strand: ¿Qué pensaba él de esos casos?
Vallée: Él debía conocerlos. Siguiendo la sugerencia de un gran astrónomo francés instalado en los EEUU, se encontró con Aimé Michel y Pierre Guérin. Regresó de París muy intrigado por los datos e impresionado por Michel y Guérin, pero seguían sin estar convencido… hasta que yo le mostré los detalles y los esquemas reales. Me dijo: ‘Estos informes me parecen historias de fantasmas’. Sobre todo le impresionó lo que Aimé Michel le dijo sobre la ola de 1954: ‘Un festival de cosas absurdas.’
Strand: ¿Qué es lo que le hizo cambiar de opinión?
Vallée: El factor clave fue un razonamiento que perseguíamos desde hacía varias semanas: ¿Qué datos se pueden considerar como una prueba de la existencia del fenómeno? Por lo que a mí concierne, adopté el punto de vista siguiente; un único informe no significa nada en sí mismo, pero cientos de informes formando parte todos de un esquema global indican un fenómeno real. Lo que le hizo decidirse, por supuesto, fue que el mismo esquema comenzó a emerger de los datos de las Fuerza Aérea. Fue entonces cuando decidió que había llegado el momento de preconizar investigaciones serias sobre el fenómeno.
Strand: Esa época debió ser apasionante; una fuerte impresión de descubrimiento debía planear en el aire.
Vallée: Eso no se hizo de la noche a la mañana. Empleé cuatro años para examinar todos los dossiers del Libro Azul, es decir, doce mil casos. Y la mayor parte de ellos, por supuesto, se podrían considerar fenómenos naturales. Continúo poseyendo hoy en día la colección más completa, depurada, abreviada de los casos inexplicados de los archivos de la Fuerza Aérea. No solamente los pocos casos que fueron clasificados como ‘no identificados’, sino también aquellos para los cuales no se halló una explicación válida.
Es
ese residuo el que es interesante. Allen comparaba el proceso que se emplea
para hallar algunos gramos de radio en toneladas de pechblenda y me alentó a
incluir a otros científicos en nuestro grupo. Fred Beckmann, de la Universidad
de Chicago, Bill Powers, ingeniero jefe del Observatorio de Dearborn, y varios
otros matemáticos, ingenieros, psicólogos se unieron a nosotros. Reabrimos las
investigaciones de numerosos casos que la Fuerza Aérea había querido escamotear.
Strand: ¿Por qué los informes históricos realizados sobre el problema ovni pasan siempre por alto este período que fue, sin embargo, un verdadero punto de transición?
Vallée: No tengo respuesta para esta pregunta. Quizá porque tienen tendencia a seguir la posición oficial. Los hechos verdaderamente importantes han transcurrido entre bastidores. Mucha agua correrá bajo los puentes antes de que alguien se dé cuenta de que la verdadera historia del fenómeno no ha sido revelada porque muchos de los participantes han querido permanecer en la sombra voluntariamente. Usted es la primera persona que me ha planteado preguntas sobre este período.
Strand: En su opinión, ¿qué falta en los análisis históricos?
Vallée: Dos cosas: precisar qué cambio lento ha tenido lugar en los investigadores principales, actualmente enmascarado por grandes acontecimientos sensacionalistas; y la perspectiva internacional. Los historiadores americanos que se vuelcan sobre este dominio no han considerado más que los hechos que han tenido lugar en los EEUU, sin duda porque debían delimitar muy estrechamente el tema para poder tratarlo. Para nosotros, fue evidente desde el principio que el tema debía tratarse a nivel internacional.
Strand: ¿Podría dar algunos ejemplos?
Vallée: Es suficiente con mirar a los individuos y a las organizaciones del extranjero que han tenido un impacto importante. Investigadores como Olavo Fontes, en Brasil, o la revista británica ‘Flying Saucer Review’ de Londres. Ninguna revista americana puede compararse con ella, cuando se ha despilfarrado mucho dinero en publicaciones sensacionalistas que han desaparecido rápidamente. Actualmente, trabajo en tres casos: el análisis de una prueba material, la fotografía de un ovni, y una abducción. Únicamente el último caso tuvo lugar en EEUU.
Strand: Aparentemente, está convencido de que algo no funciona en la investigación ovni americana. ¿Qué es? ¿El chauvinismo?
Vallée: Demasiadas discusiones y muy poca investigación.
Strand: ¿Es por este motivo que no pertenece a ninguna organización ovni actualmente?
Vallée: Ya no hay necesidad de pertenecer a una organización ovni para investigar sobre los ovnis, igual que no es necesario pertenecer a un club de degustación de vino para apreciar una buena botella. Creo que pronto habrá más investigadores fuera que en el interior de los grupos constituidos. Hay siempre un gran número de puntos de vista posibles en este campo y siempre harán falta grupos fuertes y estructurados, pero si la actividad principal sigue siendo contar historias para estremecerse de miedo y especular sin fin sobre lo que oculta el gobierno, eso no me interesa.
Strand: Ha dicho que no interesaba discutir sobre el encubrimiento llevado a cabo por el gobierno. ¿No cree que las autoridades oculten algo?
Vallée: Por supuesto que ocultan cosas, montones de cosas. Pero veamos esto de otra manera: si el gobierno tratara de ocultar la nebulosa de Andrómeda, ¿cree que eso me impediría instalar un telescopio en mi jardín y mirarla? Los ovnis no son un fenómeno que se pueda pura y simplemente confiscar en un cajón. Me siento contento de que ciertos colegas traten de sacar a la luz informaciones ocultas, pero yo prefiero empelar mi saber en continuar el tipo de investigación que he llevado hasta el momento.
Strand: ¿Cree que el gobierno tiene la prueba material de la existencia de los ovnis?
Vallée: Si con ello quiere decir que posee datos interesantes y pertinentes, la respuesta es sí. Y supongo que el gobierno está también tan perplejo como cualquier otro, y que está reticente a reconocerlo. Por el contrario, si lo que quiere decir es que la Fuerza Aérea ha recuperado platillos voladores que han caído destrozados al suelo, así como cuerpos de humanoides, en ese caso debo decir que permanezco muy escéptico.
Strand: Muchos lectores han considerado ‘Mensajeros’ como una ruptura con lo que había escrito anteriormente.
Vallée: Pero no lo era. Estamos en presencia de un desafío a la comprensión, no sólo de otro entorno, sino de otra realidad. Yo introduje esta idea en ‘Pasaporte a Magonia’ en 1969, y más tarde en ‘El Colegio Invisible’. ‘Mensajeros’ no era mas que una continuación perfectamente coherente de todo lo que había escrito hasta entonces. En este libro iba aun más lejos. Añadía una nueva idea muy sensible en aquella época en la mayor parte de los ufólogos. El fenómeno ovni es un fenómeno social. Y en tanto que existe, puede ser explotado, y lo es actualmente, para objetivos que pertenecen probablemente a la guerra psicológica.
Strand: ¿Tiene datos en ese sentido?
Vallée: Creo que sí. Cuando uno pasa mucho tiempo en ese campo, encuentra casos que se revelan como fraudes, pero fraudes que no han sido inventados por los testigos, sino que por el contrario han sido combinados por alguien y dirigidos a testigos en el marco de una operación secreta. Algunas veces, la operación fracasa, mientras que en otras ésta es abortada deliberadamente.
Strand: ¿Podría dar ejemplos?
Vallée: Existen dos grandes casos típicos: el asunto ‘Ummo’, en los países hispanohablantes, y el de Pontoise, en Francia. Yo he investigado seriamente ambos casos. De hecho, yo formé parte del grupo que recibió material original de Ummo y seguí sus ramificaciones hasta Argentina. Creo que Ummo es una operación que se ha convertido en imposible, y que Pontoise es una operación que ha sido abortada deliberadamente.
Strand: ¿Cuál podría ser el fin de semejante manipulación?
Vallée: En primer lugar, estimular la creación de un culto que poseyera una estructura interna absolutamente robusta que pudiera ser ulteriormente explotada para objetivos diferentes. Eso se ha conseguido muy bien con el asunto Ummo, En cuanto a Pontoise, algo falló. Me parece divertido que los testigos del asunto Pontoise hayan vuelto a sus afirmaciones de abducción en los días que siguieron a la aparición de la edición francesa de ‘Mensajeros del Engaño’.
Strand: ¿Tiene motivos para pensar que hubo casos semejantes en los EEUU?
Vallée: Absolutamente, pero el tema no está maduro para la discusión. Y no olvide que, de todas formas, eso no atañería más que a un número ínfimo de informes. El problema es que son justamente esos los que amplifican los medios de comunicación. Y nosotros, los investigadores, gastamos mucha energía antes de reconocerlos por lo que son.
Strand: ¿Por qué dice que el tema no está maduro para la discusión? Actualmente corren un montón de rumores en la comunidad ovni sobre el encubrimiento y la manipulación. Parece como si se hubiera convertido en un tema dominante en los últimos años.
Vallée: La opinión pública es siempre extremadamente ingenua en lo que concierne a los métodos y los objetivos del mundo de las informaciones. En materia ovni, esta ingenuidad resulta exacerbada por el deseo de creer que el gobierno posee todas las respuestas y no nos las da.
Strand: ¿Debería revelarnos si hay o no respuesta?
Vallée: No necesariamente. ¿Desde cuándo el gobierno habría de decir la verdad sobre cualquier cosa? Es propio de la burocracia guardar las cosas para ella, sobre todo cuando son tratadas con incompetencia. Cada vez que he podido observar de cerca los métodos oficiales en el tratamiento del problema ovni he constatado o bien esfuerzo bien intencionados y mal organizados, o bien una incompetencia flagrante.
Strand: Una última cuestión: ¿qué es lo que más le hace falta actualmente a la investigación ovni? ¿El dinero, el apoyo del gobierno…?
Vallée: Nos hacen falta muchas cosas, entre las cuales hay que incluir el dinero y el apoyo oficial. Pero nuestra debilidad más deplorable es la falta de escépticos inteligentes. No me refiero a esos fanáticos de mente estrecha que ocupan su tiempo en ridiculizar o en atacar personalmente a los testigos de ovnis. De estos hay muchos. Y no me cuesta trabajo ignorarlos. Hablo por el contrario de escépticos informados, dispuestos a examinar los datos. Sin ellos, nuestros argumentos a favor de la realidad de los ovnis son unilaterales.
Strand: ¿Cree que hay escépticos de mente abierta en este campo?
Vallée: Sí. El ejemplo más claro sería el doctor Christopher Evans, hoy fallecido, que hizo varios documentales para la BBC sobre ovnis y los cultos. Colaborador de la revista OMNI, el doctor Evans era un verdadero científico deseoso de abordad la cuestión con curiosidad y honestidad. Era francamente escéptico sobre los ovnis y me hizo reconsiderar ciertas cosas, pero hizo un buen trabajo sobre los cultos. Este tipo de diálogo crítico enriquecería enormemente el desarrollo de las teorías de los ovnis y su naturaleza.
Mientras estemos atrapados entre los fanáticos de los extraterrestres y los escépticos casi religiosos, nos costará progresar de forma positiva y construir la estructura teórica y sofisticada que necesitamos. Este fenómeno desafía todas nuestras nociones de la realidad, y tenemos que poner a debate numerosos puntos de vista diferentes.
(Apéndice del libro ‘Crónica de otros mundos, un punto de vista científico sobre el fenómeno OVNI’, del Dr. Jacques Vallée, editado por Tikal. ISBN: 84-305-8595-8. Título original: ‘Dimensions: A Casebook of alien contact’.)
Página del Dr. Jacques Vallée
No hay comentarios:
Publicar un comentario