C.G. Jung (1875-1961)
Jung ya se había manifestado sobre el
fenómeno OVNI en 1954, a través de un artículo. Durante la década previa a la
publicación de este libro se había dedicado a estudiar el fenómeno.
Entiende que el fenómeno posee un “fundamento
físico” y un “esencial componente psíquico”. Percibe dos dinámicas: casos de
avistamiento físico que da lugar a
lo arquetípico, y viceversa. Con el
añadido de la tercera opción, lo sincronístico.
Como psicólogo, se enfocará en los aspectos psíquicos del fenómeno. “Todas las
cosas de nuestra experiencia están sometidas a la gravitación, con la única y
grande excepción de la psique (…) La
psique representa la única antítesis que conocemos a la gravitación”.
Observa el fenómeno como un rumor al que
se le atribuye origen extraterrestre, curioso e intranquilo sobre el proceder
humano (“Se contentan con una inspección objetiva de los campos de aviación y
las instalaciones atómicas”), “inofensivos”, de “sabiduría superior y sentido
moral del bien”, aunque no ignora los relatos sobre su hostilidad; elusivo,
evitando el contacto “inteligentemente y con precaución”).
El caso es
que estos rumores y la existencia física de tales cuerpos me parecen tan
significativos que me siento obligado –lo mismo que ya otra vez, cuando se
preparaban los hechos que habrían de dejar su marca en Europa (1)- a lanzar una voz de advertencia (…) No es
ni presunción ni arrogancia lo que me mueve; es mi conciencia de médico la que
me aconseja cumplir mi deber de advertir que a la humanidad le esperan hechos
tales que corresponden al fin de una era. (Página 11)
Debo correr
el riesgo por mi cuenta y apostar en el juego mi reputación, laboriosamente
conquistada, de veraz, digno de confianza y capaz de discernimiento científico
(…) Me inquieta la suerte de aquellos que, sin estar preparados, hayan de ser
sorprendidos por los acontecimientos y se extravíen ante su carácter
incomprensible. (Página
12)
Y es
difícil, por no decir casi imposible, formarse una idea precisa de estos
objetos, puesto que no se comportan como cuerpos sino como entes sin peso, como
pensamientos (…) En todo caso, parece que se han registrado casos dignos de
crédito, en los cuales la observación visual fue simultáneamente confirmada por
el eco del radar. (Página
13)
(1) El Nazismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario