Parecen muy hambrientos de nuestra energía vital, y quieren
repartirse esta especie de gasolina que emana de nuestros cuerpos. Políticos,
científicos, servicios secretos e iglesia, saben de fenómenos que prefieren
ignorar; por tanto, defenderse es tarea de cada individuo.
Dr. Corrado Malanga,
investigador.
El alquimista y las ánimas
La ciencia oficialista
intentó explicar las abducciones de manera simplista, reduciéndolas a un tipo
de patología mental (síndrome disociativo
o esquizofrenia sicótica).
Hasta que
el prestigioso doctor John Mack se pronunció al respecto, definiéndolas como
una realidad que envuelve –involuntariamente- a una persona sana. A su juicio,
los alienígenas están preparando a ciertos humanos escogidos para un salto
evolutivo frente a la catástrofe ambiental que vive el planeta.
En Italia, el primero en
profundizar seriamente en las abducciones fue el doctor Corrado Malanga (1951),
profesor e investigador del Departamento
de Química Orgánica de la Universidad
de Pisa.
Su primera investigación fue
el Caso Valerio Lonzi, un chico de
Génova que en 1992 fue abducido en un camping en las montañas de Liguria.
Malanga publicará en Gli Ufo nella mente
(Los Ovnis en la mente), el contenido
de las declaraciones de Lonzi durante las sesiones de regresión, a las que se
sometió en manos del propio doctor. El libro, que fue recibido en la sociedad
italiana como un bombazo, ofende al Centro
Ufológico Nacional (CUN), del cual formaba parte el propio Malanga. El
presidente del CUN, Roberto Pinotti, que incluso había prologado la obra sin
haberla leído, lo presionó para que no continuara investigando en esa línea.
También los militares, según ha contado Malanga, han tratado de persuadirle. A
su juicio, ambos -el CUN y los militares- trabajan juntos por mantener el
secreto de la realidad del fenómeno.
Lo cierto es que las
investigaciones de Malanga, trabajando con cientos de abducidos, arrojan más luz
sobre el fenómeno, dando continuidad, por ejemplo, al trabajo de sus colegas
estadounidenses.
Malanga: Una de las cosas claras que tenemos en la
cabeza es que un psiquiatra no sabe hacer hipnosis. Los mejores en este campo,
de hecho, han sido Budd Hopkins, que es pintor, y Jacobs que es profesor de
historia en la Temple University (…) están llenos de capacidad empática y
logran obtener estados hipnóticos más profundos. No siendo
"new-ageanos" como Mack, está claro que intentarán entender qué hay
detrás del falso "buenismo" que hay en las declaraciones de los
abducidos (…) Mack no es capaz de descubrir el parásito alienígena que se
alberga en los abducidos y que toma el lugar del inconsciente, haciéndoles
decir cosas falsas y construidas.
El ufólogo italiano habla
de, al menos, una docena de diferentes grupos
de poder alienígenas, todos ellos enfocados, interesadamente, en el ser
humano. Los seres grises serían robots biológicos al servicio de esos entes,
con pequeñas diferencias según sea para quiénes estén al servicio.
Cuatro de esos grupos de poder
aparecen frecuentemente en los relatos de abducidos; quienes, por cierto, han
dicho al unísono que los aliens les han hecho saber que ellos vivían a través de nosotros, a través de nuestras
mentes...
Más sorprendente, todavía,
lo que el Dr. Malanga afirma con rotundidad: lo que el alienígena busca en el ser humano es el Ánima (alma), una
dimensión sensible que poseería la cualidad de ser eterna. Como en un
relato arquetípico de princesas y dragones, el alma es el tesoro a
salvaguardar. Y no todos los seres humanos la tendrían, sino una minoría.
Las investigaciones del doctor
Malanga están disponibles en la Red. Por su valor, comparto aquí algunos
extractos de su obra Alien Cicatrix
(2012):
Mi di cuenta, de hecho, que al estudiar a los alienígenas, había
cometido un gran error metodológico: no
se puede estudiar los alienígenas sin saber cómo estamos hechos nosotros mismos.
Descubrí tempranamente que los alienígenas buscaban algo de nosotros que ellos mismos no poseían, algo que nosotros no
sabíamos que poseíamos, algo que convierte a muchos hombres en parte
integrante de Dios.
En este contexto es fundamental hacer notar que algunas
abducidas son objeto de fecundaciones artificiales por parte de los
alienígenas, los cuales introducen un óvulo, preparado por ellos y ya
fecundado, en el cuerpo de las víctimas; éstas últimas llevan adelante la
gestación durante tres meses, y luego durante otra experiencia de secuestro, el
feto es extraído de la portadora e introducido en un cilindro de material
transparente, lleno de líquido, para continuar con la gestación in vitro. Al relato
de lo sucedido, realizado bajo hipnosis regresiva, contado exactamente en el
mismo modo por todas las interesadas hasta en los más mínimos detalles, se
agrega el aval de los análisis médicos, de las ecografías y de todo aquello que
pueda servir a identificar en estas mujeres, no casos de embarazos histéricos,
como va charloteando algún desinformado, sino como verdaderas pruebas objetivas
de abducción. También en este caso las pruebas disponibles son aplastantes,
pero una vez más la ciencia oficial, interpelada sobre este aspecto
característico de las abducciones, explica el fenómeno así:
"En estas mujeres el nacimiento de un tumor en los ovarios
produce los efectos de un embarazo durante tres meses, luego el tumor, grande
como un pequeño feto, se cura solo y desaparece".
Las abducidas tratadas por mí, que han sido sometidas a la
implantación del óvulo, han formado tejido placental y sucesivamente a la
extracción del feto por parte de los alienígenas, lo han expulsado, habiendo
generado además una hinchazón en los senos por producción láctea. Algunas de
ellas tenían las trompas quirúrgicamente cerradas, algunas utilizaban
progestágenos para evitar el embarazo, otras no habían tenido relaciones
sexuales por mucho tiempo, pero en la prueba química todas resultaban
embarazadas y todas, sea a través de hipnosis o mediante las técnicas de
Programación Neuro-Lingüística, relataban sus experiencias con los alienígenas.
Ante una extraña ecografía efectuada a una mujer embarazada de
tres meses (a juzgar por los valores de los esteroles presentes en los análisis
químicos), en la cual se individuaban líquido amniótico y una placenta con algo
dentro muy pequeño y en donde se escuchaba un rumor rítmico similar a un latido
cardíaco pero más lento que el del humano, once médicos dijeron que el embarazo
era histérico y que el latido cardíaco era de un feto que estaba por morir (en
un embarazo histérico no hay feto), o si no, se trataba de contracciones
rítmicas de la vagina de la pobre desafortunada; de resaltar es que todo eso
sucedía en la que, en el campo académico, está actualmente considerada como ¡la
mejor clínica ginecológica italiana!
Los abducidos que habían tenido contacto con estos seres, bajo
hipnosis, reportaban unánimemente que los alienígenas vivían: "a través de
nosotros, a través de nuestra mente" (…) En este tipo de abducidos
existían una fuerte dicotomía cerebral, que un psiquiatra de pacotilla habría
fácilmente interpretado como esquizofrenia aguda; sin embargo analizando más
profundamente la personalidad de estos sujetos no quedaban dudas sobre su total
salud mental. Ellos se sentían a menudo diferentes, como si no fueran de este
mundo, y tenían flash-back donde recordaban escenas de vidas pasadas e imágenes
en donde obraban en un contexto alienígena, como si fueran ellos mismos
alienígenas. Fue rápidamente claro que en sus mentes existía una zona de
memoria con acceso denegado, en donde estaban escondidos algunos recuerdos que
contenían escenas de vida de un alienígena: nació la hipótesis de que fuera real
aquello que resultaba de varias otras hipnosis; es decir, que los alienígenas
usaban el cerebro de los abducidos como depósito para sus recuerdos (en
términos informáticos, una especie de sistema de back-up).
Según tal hipótesis, los alienígenas en cuestión buscaban la
inmortalidad, que no pueden en realidad alcanzar, porque, a pesar de ser mucho
más longevos que nosotros, mueren igualmente. Pueden, sin embargo, hacer
sobrevivir todos sus recuerdos, metiendo en el cerebro de un niño terrestre
toda la experiencia de la vida entera (hasta ese momento) de uno de ellos, el
cual, después de esto puede eventualmente morir. El niño, con el transcurrir de
los años, se convierte en adulto y cada tanto el cerebro muestra pequeñas
señales de otra personalidad, creándole no pocos problemas existenciales.
La memoria alienígena permanece de todas maneras inaccesible, a
menos que se recurra a una especie de clave (similar a la password de una
computadora) capaz de abrirla y de liberar el contenido.
Antes de la muerte del abducido utilizado para el back-up, los
alienígenas vuelven y copian, si es necesario, todo el contenido de la memoria
en el cerebro de uno de ellos recién nacido. Éste dispone así de inmediato de
la memoria, aparte de la del terrestre, la de su predecesor alienígena, por lo
tanto se convierte en uno con él. Así su personalidad sobrevive, aunque el
cuerpo muera, y se obtiene un sucedáneo de inmortalidad. El alienígena recién
nacido no tiene que hacer experiencia, empezando de nuevo todo el proceso
formativo, y al final, por dar un ejemplo, un alienígena (o mejor dicho su
personalidad) antiguo de treinta mil años resultará formado por los recuerdos
de seis alienígenas de cinco mil años cada uno, más un número elevado de
memorias de terrestres usados para el back-up.
El producto de la aplicación de la idea recién descripta es una
sola personalidad en evolución, que utiliza muchos cuerpos en sucesión: una
suerte de pseudo-inmortalidad que permite a los alienígenas conservar todas las
características fundamentales de su pensamiento original.
Una vez leído a Malanga con
sus propias palabras, viene a mi mente ese psicópata al que he mencionado. Que
acapara puestos clave en la administración de la granja. El psicópata,
disfrazado, que pasa desapercibido en nuestras calles. Y trata de adentrarse
–como piedra en el camino- en las vidas de la buena gente, abduciéndola,
subvirtiendo la realidad hasta construir una maqueta piramidal, hecha a su
medida, idéntica a la telaraña global. Sí, ese psicópata de apetito voraz, incapaz
de crear algo, embustero y usurpador, maestro del fingimiento y las lágrimas de
cocodrilo.
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